Alcaraz se enfrenta de nuevo a su Everest particular y ya ha tomado medidas para el futuro

Los números no engañan. Cuando acaba el US Open, Carlos Alcaraz se debilita. Sus estadísticas menguan y su palmarés se resiente. Es un tenista de enero a agosto y otro diferente de septiembre a noviembre. Pero eso es algo que tiene solución y el murciano ya está tomando medidas.

El bajón en el rendimiento de Alcaraz se debe a dos asuntos que en realidad son vasos comunicantes: cansancio físico y cansancio mental. El circuito ATP apenas da tregua a los tenistas y casi todo el esfuerzo de los tenistas se concentra entre enero y septiembre, cuando se disputan los cuatro Grand Slam y siete de los nueve Masters 1000. Después del US Open sólo quedan tres grandes torneos, los Masters de Shanghai y París y la Copa de maestros.

Por lo tanto, es normal que los mejores tenistas sufran un pequeño decaimiento cada año cuando el US Open echa el telón a principios de septiembre. Sin embargo, en el caso de Alcaraz hay una diferencia mucho mayor respecto a sus competidores. Así lo dicen las estadísticas.

Los 15 títulos que ha levantado -y las cinco finales que ha perdido- han sido antes de septiembre. Y su porcentaje de victorias también se desvanece tras el último grande del curso: en 2022 logró un 85% (51-9) de victorias hasta el US Open y un 60% (6-4) después, mientras que en 2023 la diferencia fue mayor, con un 89% (58-7) en el primer tramo y un 58,3% (7-5) en el segundo.

En este 2024 acumula hasta la fecha 39 victorias y nueve derrotas, lo que se traduce en un 81,2% de eficacia antes de iniciar esta semana su Everest particular. El español estará en Valencia par comandar a España en la fase de grupos de la Copa Davis y después el calendario le llevará por la Laver Cup, Pekín, Shanghai, una exhibición en Arabia Saudí y después tiene París-Bercy antes de las ATP Finals y una hipotética final de la Davis.

El torneo de Turín y la Davis en Málaga son los dos grandes objetivos que le quedan este año a un Alcaraz que pagó a finales de agosto los esfuerzos de un verano único con los títulos de Roland Garros y Wimbledon y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París. Porque a todo lo anteriormente escrito, del calendario y el desgaste, este 2024 hay que añadir esa parada extra con la cita de los anillos.

"Venía de un verano espectacular, saliendo de ahí pensando que había dado un paso hacia delante, en el que me di cuenta de que para ganar grandes cosas hay que estar duro de cabeza. Vengo a esta gira y siento que he dado pasos hacia atrás. Que mentalmente no estoy fuerte, sin saber responder a los problemas", decía cabizbajo Alcaraz tras dos derrotas muy tempranas en Cincinnati y el US Open.

Rafael Nadal, unos días después, ponía un poco más de luz. "Está cansado, un poquito saturado de todo lo que ha conseguido este verano, ganar Roland Garros, Wimbledon, la final de las Olimpiadas… Hay un momento dado en el que la mente necesita descanso", reflexionaba el balear en El Hormiguero.

¿Y cómo se descansa en un circuito con tantos torneos? Pues aligerando en calendario. "Curiosamente, Sinner es de los pocos que no compitió en los Juegos y está celebrando el US Open. Casualidades o no, con Sabalenka más de lo mismo", decía Álex Corretja en la noche del domingo durante la retransmisión de Movistar+ para ilustrar la importancia del descanso. "Es muy difícil entender lo que conlleva el día a día de los jugadores, el cambio de superficie, el cambio de horario, el cambio de países, de hoteles... En este US Open se ha visto que muchos jugadores estaban resentidos física y anímicamente", añadía.

Con vistas a mejorar su descanso, Alcaraz ha tomado ya alguna decisión respecto al calendario. En 2025, por ejemplo, no jugará la gira sudamericana de tierra batida, que era una parada fija para él. Justo antes de la primera gira americana de Indian Wells y Miami, el murciano viajaba a Sudamérica para disputar el ATP 500 de Río de Janeiro. Y como el viaje implicaba ya un gran desplazamiento, un cambio horario y un cambio de superficie, pues añadía una parada más para el ATP 250 de Buenos Aires.

Esa gira, que conlleva al final un viaje de casi un mes, la cambiará a partir del año que viene por el ATP 500 de Rotterdam, que se juega en Europa y en pista dura, la misma que el gran torneo anterior (Open de Australia) y el siguiente (Indian Wells).

Ese pequeño cambio será un bálsamo para las piernas y la cabeza de Alcaraz y le permitirá ahorrar unos cuantos gramos de energía. Es un torneo menos y un cambio de superficie menos. Aunque parezca poco, eso es mucho en la agenda de un tenista como Alcaraz, que además del circuito tiene una gran cantidad de compromisos por fuera.

Así lo expone David Ferrer, extenista y actual capitán de la Copa Davis. "La presión que adquieres cuando estás tan arriba es de ganar siempre. Entonces eso también es un desgaste mental. Y ya no te hablo del tema físico, porque el calendario siempre ha sido muy ajustado. Y a eso hay que añadir algo que no es fácil, que son los compromisos publicitarios y sponsors que tiene Carlos. En ese aspecto es muy diferente a cualquier otro jugador", dice Ferrer en una entrevista con Relevo. "Él tiene un equipo donde se cuida mucho eso y donde tiene la experiencia de su entrenador, Juan Carlos Ferrero, que también en su día pudo entenderlo y ver lo que le está pasando".