Ferrer dibuja el complicado final que le espera a Nadal con el ejemplo de Sampras: "No deja de ser un trauma"

David Ferrer colgó la raqueta en 2019, cuando con 37 años decidió que ya había jugado suficiente al tenis. Que después de dos décadas dando vueltas por el mundo y compitiendo en los mejores escenarios -fue número tres del ranking ATP y levantó 27 títulos-, ya era el momento de parar y descansar.

Para un deportista de élite, el momento de la retirada es uno de los más complicados de gestionar. Es abandonar tu vida de siempre, dejar lo que llevas haciendo cada día desde que tienes prácticamente uso de razón. Ya no hay más adrenalina, no hay más competición. vacío.

Ferrer se despidió en el estadio Manolo Santana en mayo de 2019, manteado por los recogepelotas del Mutua Madrid Open y ovacionado por un público entregado a una de las mejores raquetas españolas de todos los tiempos. El alicantino compensó después ese vacío de varias formas: siguió en el mundo del tenis, primero como entrenador en el circuito ATP, después como director de las Finales de la Copa Davis y actualmente como capitán español y director del Conde de Godó. El gusanillo de la adrenalina lo mata subido a la bicicleta.

Sin embargo, Ferrer no duda en usar la palabra "trauma" cuando responde a una pregunta de Relevo sobre el proceso de la retirada, sobre si existe una despedida ideal en el tenis. Porque al ser un deporte individual tan exigente, es prácticamente imposible retirarse en lo más alto.

Rafael Nadal, rival durante muchos años y ahora amigo, transita ahora mismo por ese camino tan tortuoso como es el proceso de tener que decir adiós. A sus 38 años y pese a que apenas ha podido competir con continuidad en los dos últimos cursos, el balear sigue en activo y todavía confía en poder regalarse alguna que otra alegría. Aunque, de momento, su calendario ATP está en standby.

"He hablado con Rafa, pero de otros temas, de ver cómo estaba él, la familia... Yo ya sabía que no entraba en sus planes jugar la fase de grupos y personalmente lo vi bien, que es lo que me importa, porque es mi amigo", dice Ferrer en una entrevista con Relevo sobre la posibilidad de que Nadal dispute en noviembre la fase final de la Copa Davis.

"Al final es una decisión únicamente suya. Va a jugar la Laver Cup y la exhibición de Arabia Saudí y luego decidirá. Yo creo que Rafa ahora mismo está en otro momento personalmente, entonces primero tiene que decidir y luego, hacer", añade el capitán español desde Valencia, donde esta semana España se enfrenta a República Checa, Francia y Australia en busca de un billete a las finales de noviembre.

Cómo y cuándo se despedirá Nadal es una pregunta que ahora mismo no tiene respuesta. "No puedo convivir diariamente pensando en la retirada, porque entonces no terminas de intentarlo de verdad", dijo el propio jugador la semana pasada en El Hormiguero.

Lo que parece cada vez menos probable es que Nadal vaya a decir adiós por la puerta grande. No sería nada sorprendente en un mundo como el del tenis, un deporte cruel en la retirada y en el que hay muy pocos ejemplos de jugadores que hayan colgado la raqueta en lo más alto.

Prácticamente, la única excepción es Pete Sampras, el ejemplo elegido por Ferrer para ilustrar el complicado final que le espera próximamente a Nadal. "La despedida al final, cuando te dejas el tenis, para el jugador no deja de ser un trauma. La despedida ideal quizás fue la que tuvo Pete Sampras, que ganó el US Open y después decidió retirarse, pero lo decidió luego, no durante el torneo. Entonces es realmente complicado tener la despedida ideal. Hay mejores despedidas, pero bueno, eso va en base también en la persona".