MOTOGP

Correr en Malasia con la cabeza en Valencia: "No sentía que fuese el momento de celebrar"

El GP de Malasia estuvo capitalizado por la tragedia que se estaba viviendo en España, con el epicentro en la provincia de Valencia.

Jorge Martín enseña la senyera en Valencia. /EFE
Jorge Martín enseña la senyera en Valencia. EFE
Borja González

Borja González

El fin de semana del Gran Premio de Malasia estuvo muy marcado por la tragedia que golpeó a España esa misma semana, con el epicentro en la provincia de Valencia. Desde la distancia no quedaba otra que ir siguiendo las noticias, viendo las imágenes, mientras la competición seguía su marcha. Eso sí, con la contingencia de la imposibilidad de que no iba a poder disputarse la última cita de la temporada en el Circuito Ricardo Tormo de la Comunitat Valenciana, una posibilidad que en un principio no se descartó, pero que en poco tiempo desapareció como idea, para alivio de una parte importante del paddock, muy incómodo con que eso pudiese llegar a suceder.

El Mundial de Motociclismo tiene una amplia población valenciana, con pilotos que son de allí y otros que viven y entrenan allí, con una escudería emblema como es el Aspar Team, con sede en Alzira y unas nuevas instalaciones en Guadassuar, liderada por un icono de esa comunidad, Jorge Martínez Aspar; y, además, hay muchos equipos que cuentan con mecánicos y técnicos que son de allí (a todos estos se les repartieron pegatinas con la bandera valenciana con un crespón negro añadido, que pusieron a sus pilotos). Así que es lógico que todo esto marcase el ambiente, lo que terminó derivando en un continuo homenaje y en muchas muestras de apoyo, como se vio en la zona de la parrilla de salida y ese minuto de silencio que reunió a toda la comunidad del campeonato.

En la cara de Aspar se percibía toda esa tensión, en un fin de semana en el que siempre estuvo cariacontecido, en el que rehuyó de las entrevistas, y en el que apenas pudo dormir. Tras la victoria de uno de sus pilotos, David Alonso, que alcanzó su decimotercer triunfo del año, todo un récord, el cuatro veces campeón del mundo no pudo aguantar la emoción, mientras trataba de encontrar las palabras para expresar sus sentimientos. Arón Canet, que selló el subcampeonato de Moto2, hablaba con DAZN al término de la prueba, sin poder contener las lágrimas, aunque la tragedia no le hubiese golpeado directamente (sí a su pueblo, Corbera).

Alonso recibió en la pista la senyera valenciana de manos del jefe de comunicación de su equipo, Vicente Vila, valenciano también, y que tampoco ocultaba lo duro que le resultaba estar trabajando a la vez que estaba pendiente de lo que ocurría en su casa, por fortuna sin daños personales, aunque sí materiales. "Cuando celebro o cuando hago un baile es porque me sale de dentro y lo siento, y hoy no sentía que fuese el momento de celebrar y sólo quería coger esa bandera y pasearla por todo el circuito. Eso era lo único que íbamos a hacer hoy", nos explicaba el campeón del mundo de Moto3 de este año. Ese gesto, el de portar la bandera, fue uno que se repitió en todos los podios, después en del Moto2, con presencia del valenciano (de La Pobla de Vallbona) Jorge Navarro, y también de otro piloto de Aspar, Izan Guevara.

"Quiero acordarme de mi pueblo, de mi región, de Valencia, que ha sufrido una cosa que es increíble que pase hoy en día, pero ha pasado", nos decía Navarro, que había llegado al anterior Gran Premio de Tailandia para sustituir al lesionado Joe Roberts, y que sorprendió a todos con un fin de semana magnífico, con récord del circuito, pole y el segundo puesto en la carrera de Moto2. "No se sabe ni cuántos muertos va a haber. Quiero mandarles toda mi fuerza. No tengo palabras. Es una cosa de la que creo que me daré cuenta cuando llegue a casa, cuando vaya por ahí y vea todo lo que ha pasado, pero ya todo lo que he visto parece increíble. Así que quiero mandarles toda la fuerza, y este podio es para ellos".

Para 'ellos' también fue el podio de MotoGP, con los dos primeros de la general y los protagonistas de la gran pelea del año, Jorge Martín y Pecco Bagnaia, juntos bajo la senyera. Martín ya había comunicado el sábado tras vencer el sprint que los bonus económicos que iba a recibir por esa victoria los iba a donar a los damnificados por la DANA. "Ha sido un fin de semana un poco diferente, un poco más difícil de gestionar por el hecho de que veo totalmente respetable y totalmente lógico que la gente ha tratado de estar a su ciento por ciento, pero no era lo mismo porque teniendo a tu familia allí en esa situación, al final no hay las mismas risas, ya en el coche todo el mundo va más serio y eso hizo que yo saliese también a pista no con la misma actitud, pero ha estado bien que lo hayamos sabido gestionar, porque no era fácil".

Esta reflexión de Alonso resumía lo difícil que resultó en Malasia compaginar lo que supone ser profesional cuando la parte anímica no acompaña, y el difícil equilibrio que se da entre estar feliz por haber cumplido con el objetivo deportivo cuando es obvio que el momento no acompaña para la celebración. De hecho, de común acuerdo con su equipo, el hispano colombiano decidió suspender las celebraciones de su título que tenía pendientes, mientras no se cansaba de recordar el sistema cooperativo de ayuda que el Aspar Team había activado con la idea de alcanzar el medio millón de euros, una acción que también Martín recordó el sábado después de ganar la prueba corta, ese resultado que le ha acercado mucho a convertirse en campeón del mundo de MotoGP. Podrá hacerlo la semana que viene, en un gran premio que suma el calificativo de 'solidario' y que volverá a tener a la tragedia causada por la DANA como desgraciado actor principal.