MUNDIAL DE CATAR

Para bien o para mal, con Luis Enrique, al fin del mundo

Desatado, pero con todo bajo control, el líder de la Selección lidera el asalto al Mundial de una España que cree en lograr algo grande.

Luis Enrique, en un entrenamiento de la Selección /EFE/RFEF/Pablo García
Luis Enrique, en un entrenamiento de la Selección EFE/RFEF/Pablo García
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

Abre directo España para el mundo, un streaming que llevamos esperando cuatro años, después del baneo de Rusia, con el tren del hype lanzado, cuesta abajo y sin frenos, buscando subs para que la comunidad crea y crezca, fútbol sin raids, Padrique al micrófono y la chavalada desatada para reventarlo. Traducido, la Selección empieza el camino en Catar alejada del jaleo del pasado Mundial, agarrada el liderazgo indiscutible de Luis Enrique, capo de un grupo tan joven como hambriento, mariposas en el estómago de todos.

A las 17.00 hora peninsular, en el estadio Al Zumama, con apenas unos pocos centenares de aficionados españoles, la Selección española se medirá a Costa Rica , un combinado dirigido por Luis Fernando Suárez donde conviven estrellas como Keylor Navas, jugadores con pasado en España caso de Celso Borges (Deportivo), Joel Campbell (Villarreal y Betis), Óscar Duarte (Levante y Espanyol), incluso presente, como Sequeira (actual portero del Lugo), con otros que apenas cobran 3.000 euros al mes. En el recuerdo, los cuartos de final del Mundial de Brasil. Como dato, España no pisa esa ronda desde Sudáfrica.

Salvo el caso Gayà, cuya gestión sigue dejando sombras a pesar de las explicaciones dadas, la concentración de la Selección ha ido sobre ruedas, y no solo la de los patinetes con los que la expedición se mueve por la residencia universitaria donde se alojan. Apenas 10 días de concentración, encantado el grupo con las instalaciones, sin tiempo para el aburrimiento porque el balón rueda ya. Los resfriados por los bruscos cambios de temperatura quedaron atrás. De hecho, la temperatura esperada para las 19.00 hora local es de 25ºC.

Todas las miradas van a Luis Enrique, que se ha colocado en el foco mediático con su faceta streamer, fagocitando cualquier tipo de debate deportivo o de futuro, absorbiendo toda la presión, cachondo como cuando iba al Bernabéu vestido de azulgrana. Da la sensación de que lleva años preparándose para esta cita. Que cuando firmó con España en 2018, solo dos años, en su horizonte estaba Catar. Que cuando regresó en noviembre de 2019, con una herida que nunca se va a curar, ya se aseguró llegar a este Mundial por contrato. Y aquí está, transpirando seguridad, humor, carisma y, sobre todo, ganas de ganar.

Los jugadores van a muerte con él. "Es el p… amo", coinciden varios, jueguen o no. Se los lleva ganando mucho tiempo. En estos días han descubierto a un profesor que no ha querido poner más deberes de los necesarios antes de los exámenes. El primer día en Las Rozas insistió en que antes del Mundial había que descansar y no forzar. Después llegó la ocurrencia del partido a la carta contra Jordania. Mensajes y decisiones para destensar. Son casi cuatro años de entrenamientos y charlas. Si su mensaje no había calado, no lo iba a hacer en 10 días. Pero la cuestión es que sí ha calado. Las sensaciones son inmejorables, la convivencia, divertida, las rivales, por ahora, no asustan...

Comparten en el vestuario que la fortaleza de la Selección es el grupo y el plan de juego. "Tenemos una idea… y sabemos llevarlo a cabo". Muy por encima de las individualidades, donde el equipo no va sobrado. Es la receta que dejó a la Selección a las puertas de la final de la Eurocopa y de ganar la Nations League, cuya fase final volvemos a disputar en junio. Es el camino que ha marcado el líder Luis Enrique, similar al que él vivió con uno de sus referentes, al menos en el territorio de la dirección del grupo, Javier Clemente.

No hubo bombas en la lista ni tampoco en el once. Si acaso la inclusión de Rodri como central. Le encantó en Portugal cuando le retrasó en la segunda parte y ha insistido con él de zaguero en los entrenos de esta concentración. El resto, lo llamativo es la presencia de Azpilicueta por delante de un resfriado Carvajal, además de Asensio de falso '9', escoltado por Olmo y Ferran Torres. 

Arranca el Mundial de la España de Lucho. Para bien o para mal, con el asturiano como autoproclamado líder. Contra Costa Rica, el primero de los siete partidos que aspira a jugar toda Selección. Con toda la presión sobre sus espaldas. Y sin miedo a nada, como debe ser para quien ha pasado por lo que ha pasado Luis Enrique.