Jörgensen saca del apuro a un Villarreal mermado por un error infantil de Baena

El Coliseum se preparó para recibir a Bordalás como un auténtico héroe, a través de pancartas, cánticos y camisetas que demuestran que el "Esto es fútbol, papá" había calado como la nueva fiebre de los "Bad Boys". El calor abrasador de la capital, fruto del verano de San Miguel que vivimos, daba alas al fútbol subterráneo que pagó Baena con una expulsión de niños. Y aunque la comunión del Bordalismo estaba decantada, acabó estrellada en un muro danés que se vistió de superhéroe.

Desde el pitido inicial, los azules dejaron claro al Villarreal que para ganar en el Coliseum había que bajar al barro. Además, en el mismo instante del arranque, con Damián Suárez. El veterano de Getafe volvió al once en calidad de interior, y esa ofensiva acabó con un forcejeo pasado de revoluciones con Pedraza. El colegiado, viendo la temperatura tan disparada, tuvo que poner orden. Pero ahí demostró el Getafe el dominio del escenario, y el propio Pedraza se llevó la primera amonestación en la revancha personal con Damián del minuto 5. Sin embargo, no iba a ser la agresión que marcara la pauta, y sobre todo, el calibre del partido.

La desesperación que empezó a brotar en los groguets, con un Getafe intenso y a su vez sorpresivo bajo el 4-4-2, bloqueó por completo la idea de Pacheta. Djené volvió a sus inicios en Alcorcón como lateral derecho, rompiendo por completo la salida de Pino. El Getafe olió la sangre, y salió como perros de presa al área de Jörgensen. El danés consiguió sostener el resultado, y dio la primera salvada en el minuto 15 tras blocar un disparo lejano de Óscar Rodríguez y sacar con los pies el rechace al palo corto de Mata.

Por instantes, apareció una asfixia que incrementaba la desesperación del submarino amarillo. Eso, sumado al juego subterráneo que determinaba la balanza, acabó siendo la estaca final del Villarreal. Baena decidió bajar al barro con Mitrovic, y al pecar de confianza, pensó que el codazo sin balón sobre el defensor estaba al nivel del partido. Pero el VAR, esta vez, decidió poner el límite y expulsar al atacante. Pacheta no podía creérselo. Con uno menos, totalmente desesperado, el Villarreal se dio cuenta de que cayó en la telaraña de Bordalás. Y buscó el descanso, a hombros de Jörgensen, como agua de mayo.

Sin embargo, lo que parecía ser la llave del partido para el Getafe, acabó siendo la clave del empate. Bordalás buscó el gol al descanso, dando entrada a Greenwood y Latasa. Pero Pacheta, consciente de la realidad, decidió compactar defensivamente al equipo con Kiko Femenía y Alberto Moreno. Y el plan empezó a verse a los cinco minutos, con los locales rozando el 80% de posesión bajo un juego plano y ralentizado.

La impotencia groguet seguía floreciendo, pero acabó relajándose con una ocasión clara de Sørloth y con una gran palomita de Jörgensen. El meta danés, totalmente crecido por su actuación en la primera mitad, se sacó una palomita para desviar el latigazo del charrúa. Ya en el 70, el Villarreal se acordó de la falta clara de recorrido físico del equipo, especialmente con Foyth y Pino. El argentino, incluso, acabó sumando su nombre a la lista de bajas por problemas musculares de los groguets.

Pacheta, aceptando el reto para sobrevivir a toda costa, acabó dándole a Bordalas su "Esto es fútbol papá", e instaló una línea de 7 defensores que acabó por minar mentalmente al Getafe. Al final Bordalás, el que se postuló como héroe en el Coliseum, acabó viendo desde el cristal como el padre fue un portero danés que devuelve la moral submarina y, a su vez, las dudas al Getafe.

Árbitro: Mateo Busquets Ferrer (Comité Balear). Mostró cartulina amarilla a Pedraza (min. 5), Jörgenssen (min. 63), Yeremy Pino (min. 67) y Kiko Femenía (min. 75) y expulsó con roja directa a Álex Baena (min. 24) por parte del Villarreal. También fueron amonestados Óscar Rodríguez (min. 30) y Greenwood (min. 53) por parte del Getafe.