La Federación considera a Galán un "friki"... pero marca el paso ante el 'Caso Rocha' y le temen
Una vez más, tras azotar a Villar y Rubiales y ante la inminente convocatoria de elecciones por la inhabilitación de Rocha, su nombre sobrevuela para elegir la hoja de ruta por si denuncia.
Entre todos los rivales que ha ido acumulando la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) con el paso de los años, hay dos personajes por encima de todos que han acaparado el odio interno en la casa. Uno de ellos es Javier Tebas, presidente de LaLiga, y el otro Miguel Ángel Galán, director de CENAFE. Compartían la animadversión desde Las Rozas y se alternaban hasta hace nada en el primer puesto como personas non gratas en la casa según virara la actualidad. La novedad estos días es que el portavoz de los clubes profesionales ya no está tan en la oposición. Por haber hecho migas con Pedro Rocha, presidente inhabilitado de la RFEF, y con varios de sus escuderos y, sobre todo, por haber cesado las hostilidades entre instituciones. Y mientras, los enfrentamientos con el responsable de uno de los centros de formación privada de entrenadores va a a más. No sólo no ha menguado desde tiempos de Villar sino que el hostigamiento se ha multiplicado desde que Rocha es presidente.
En privado, los directivos de más alta alcurnia en Las Rozas se refieren a Galán desde hace mucho tiempo como un "friki", un "provocador" con un estilo "extorsionador" y un "egocéntrico sin remedio" y bastantes otras lindezas. Con menos tacto que Alfredo Relaño, que con gracia se refirió a él en una columna en AS como "ecologista exagerado". De hecho, cuando el madrileño denunció casos como el de Haití y se remangó con Soule en el pasado, comenzaron a llamarle Querellator en la RFEF al mismo tiempo que se señalaba a los medios de comunicación que daban cobertura a sus querellas por algo así como estar creando un personaje peligroso. Como si a los dirigentes a los que acusaba fueran ejemplares.
Parece no tener demasiada importancia para ellos que Galán le complicara en parte la vida en su día a Ángel María Villar -hay más méritos que repartir-, que lo hiciera luego con Luis Rubiales y que lo esté logrando ahora con Pedro Rocha a base de formular las primeras denuncias que luego desembocan decisivamente en el CSD, el TAD o en los tribunales ordinarios. Es una persona a la que prefieren echarle en cara sus excentricidades, las múltiples pataletas que no han prosperado y sus interés, e incluso obviar que hasta Rubiales le llegó a poner un detective privado en el pasado y que cuando Villar le presentó batalla también se publicó en plenas Navidades de 2016 una querella por supuesta extorsión que envió al padre de Galán al hospital del susto que se llevó nada más leerla. La estrategia durante todo este tiempo desde la RFEF con él es no acercarse públicamente ni dejarse ver a su lado, e intentar hacerle de menos. Pero todos, con mínimas excepciones, han intentado acercar posturas en algún momento, le responden mensajes, cogen llamadas, intercambian tuits, han quedado en privado en torno a un café y le tienen muy en cuenta. Hay barones que hasta celebran su beligerancia y querencia a acudir a los tribunales.
Galán, para los que no le conozcan demasiado, y en resumidas cuentas, tiene un claro objetivo en su histórica lucha contra la Federación. Lo hace animado por su defensa a ultranza de los entrenadores y como mecanismo de defensa ante lo que considera un trato injusto desde Las Rozas con aquellos técnicos que no se han formado en la RFEF y sí lo hacen en la Ciudad del Fútbol y que, por tantos, tienen dificultades para ejercer en el extranjero por la burocracia de las licencias. Y ni siquiera él mismo lo ha ocultado nunca, más allá de si la razón está o no de su parte, como reconoció en una entrevista reciente en Relevo a doble capítulo que resume su figura: "El friki de Galán, el loco de Galán, el Querellator, el no sé qué... Menos mal que el tiempo me ha dado razón. No soy ningún friki, aunque tampoco la palabra friki a mí me resulta peyorativa. Si soy un friki del fútbol o de los entrenadores, lo acepto. Pero lo importante aquí es que llevaba razón y todas mis denuncias tenían fundamentos. Si se soluciona lo que pido y por lo que lucho desaparecería del escenario jurídico-federativo. Es mucho tiempo de lucha y hay un desgaste personal y familiar".
En esa charla aseguraba no hacer todo esto por ego. Así que en esas continúa: "No lo necesito. A ver, me gusta que se me reconozca mi trabajo, sí. Eso sí. Es normal, son muchos años. Lo que no puede ser es que una querella mía haya provocado toda esta investigación en la Federación y venga Manos Limpias o no sé quién a decir que están de acusación popular. Es que si yo no pongo la querella no la pone nadie en España. Es que si yo no pongo la denuncia a Villar, no la pone nadie. Es que si yo no pongo la denuncia en la Fiscalía por el beso no consentido de Rubiales a Jenni, no la pone nadie. Es que todos los grandes temas jurídicos relacionados con la Federación han venido porque Galán se ha movido. No hay otra persona. Y hay que decirlo. Pero no porque me quiera llevar unos méritos que no me corresponden. Simplemente porque no hay otra persona que se atreviera". En total son ya casi 40 acciones judiciales entre querellas y denuncias. "Llevo más de 300.000 euros gastados si sumas las denuncias, querellas y demás, con las campañas electorales metidas ahí en las que he participado para decir lo que hay y quieren esconder. (...) No quiero que resulte que estoy intentando coaccionar o algo a alguien. No es mi intención. Cuando se solucione lo de la licencia con los entrenadores pararé. Y creo que es posible. Tiene que llegar".
Más madera
La realidad es que esa paz no llega. Así que Galán no ha levantado el pie del acelerador y hoy sigue con la RFEF en la diana. Y además de Rocha, que ya está contras las cuerdas por su inhabilitación de dos años, ahora ha puesto sus miras en el nuevo secretario general, Álvaro de Miguel, al que ya enviado un tercer requerimiento antes de denunciarle al Consejo Superior de Deportes (CSD) para que dé traslado de sus posibles irregularidades al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD): "Desde hace más de un mes que el expresidente de la RFEF, Pedro Rocha, fue inhabilitado y debería haber constituido la Comisión Gestora y haber convocado elecciones a la presidencia con la Asamblea actual de acuerdo al artículo 31.8 de los estatutos. Sin embargo, igual que el señor Rocha en el pasado, desoye mis argumentos jurídicos y retrasa intencionadamente el cumplimiento de dicho artículo esperando una especie de suerte cautelar del señor Rocha que nunca va a llegar. Luego TAD como siempre me dará la razón y será inhabilitado como el señor Rocha".
Y añade en su escrito: "Jordi Aparisi, jefe jurídico de la RFEF, ¿a parte de fastidiar a los entrenadores en los juzgados con la licencia UEFA Pro no sabe hacer nada más? ¿Seguirá el mismo camino que Tomás González Cueto y Andreu Camps? Además, usted se permite el lujo de otorgar subvenciones a territoriales sin ser aprobados por un órgano de gobierno, esto es Junta Directiva, Asamblea o presidente como bien sabrá [se refiere a la distribución de parte de la primera de la RFEF por la Eurocopa]. El departamento de secretaría general no puede aprobar subvenciones ni dar dinero sin tener un presidente en activo, por no hablar de haber presidido una Asamblea de la RFEF cuando en ausencia del presidente lo debe hacer la vicepresidenta. Los anteriores hechos pudieran ser constitutivos de faltas muy graves que pudieran llevar a su inhabilitación. Por todo lo expuesto le requiero por tercera vez que en el plazo de 24 horas haga pública la constitución de la Comisión Gestora que obliga el artículo 31.8 y convoque elecciones a la presidencia con la actual Asamblea".
Por eso ahora, y aunque los servicios jurídicos de la RFEF parecen tener claro el plan, las amenazas de Galán siguen teniendo su importancia internamente porque nadie quiere verse envuelto en asuntos judiciales ni tener que defenderse de acusaciones de prevaricación administrativa. De ahí que haya un debate encendido en Las Rozas: si convocar elecciones sólo a la presidencia -como lleva reclamando Galán y algunos barones desde hace meses- o hacerlo directamente a la Asamblea y a la presidencia -como pretendió el Gobierno en su día y como más de un profesional sigue viendo con buenos ojos ahora- para tener presidente (sea Rocha y otro) en 2024 y no esperar hasta el año que viene si se lleva a cabo el proceso electoral más completo de todos.
Galán propone salir de dudas ante esta disparidad de criterios de ejecutar los estatutos: "Como hay dudas, yo recomendaría a la RFEF solicitar una aclaración al CSD y así evitar futuras impugnaciones de las elecciones. No cuesta nada que el Abogado del Estado se pronuncie y deje claro que se debe hacer en la situación actual", compartió ayer en un chat de whatsapp con periodistas donde difunde sus opiniones, noticias y apariciones. Un mensaje de acercamiento, antes de volver a desatar la tormenta, que también leen miembros de la RFEF a diario y que, al final, tienen en cuenta. Es la confirmación de que, para ellos, Galán es un "loco" al que le gusta mucho salir en los papeles, pero que también les condiciona, hasta marca el paso y temen.