FEDERACIÓN

En la Federación hay sorpresa, división, inquietud y hartazgo con el 'palo' a Rocha... pero no se vive un funeral

La RFEF se divide entre la Guardia de Corps que desea que siga a toda costa por interés, los barones que exigen un cambio y el grueso de los 600 trabajadores cansados de "curro extra".

Pedro Rocha, presidente de la RFEF inhabilitado por dos años. /GETTY
Pedro Rocha, presidente de la RFEF inhabilitado por dos años. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

El minuto y resultado ahora mismo en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) es el siguiente: Pedro Rocha ha sido inhabilitado como presidente para dos años por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y la justicia ordinaria no le ha concedido la cautelar solicitada, por lo que la Junta Directiva deberá ejecutar inmediatamente la sanción, formar una protocolaria Comisión Gestora y convocar elecciones este mismo mes a sabiendas que el directivo extremeño puede volver a solicitar clemencia en los tribunales -y así lo hará porque le ampara la ley- para acudir a las urnas como candidato. Esto en cuanto a la institución pura y dura. En lo personal, hay división de emociones como respuesta al nuevo terremoto.

La Guardia de Corps de Rocha -pocos pero fuertes- pelea a contrarreloj en estos momentos para mantener intactas sus opciones de seguir al frente de la RFEF. Hay quien, pese a su pereza y falta de costumbre, se está leyendo la letra pequeña de los autos y los estatutos en busca de resquicios esperanzadores. Pese a que Rocha se alejó de Las Rozas desde el 16 de julio, cuando conoció su sanción, hay reuniones clandestinas entre él y muchos escuderos que les delatan... Rafael Louzán -presidente de Galicia e íntimo de Javier Tebas (LaLiga)- es el que más lealtad está mostrando y todas las decisiones pasan por su mano. Es sólo la punta del iceberg de esa grupeta de cabeza que se mueve por interés, ya que posee cargos golosos y salarios elevados que no podrá mantener con cualquier otro presidente.

Otros miembros de ese círculo de confianza aparecen en estas cumbres con la mejor de sus intenciones mientras, al mismo tiempo, informan al final a la oposición de los planes que tiene Rocha y se dejan querer, con tres barajas en la mano, para quedar bien posicionados pase lo que pase. Ellos saben quiénes son. Estuvieron con Villar, se adaptaron a Rubiales, repitieron voltereta camaleónica con Rocha y tienen experiencia y habilidad para volver a hacerlo con cualquier otro presidente que se anime a estar en la Ciudad del Fútbol hasta 2028. No es el caso de Medina Cantalejo, Jorge Mowinckel, Chema Timón y algún directivo o cargo de responsabilidad más, que prefieren estar estos días en un segundo o tercer plano -cada uno con las funciones que le quedan o les han ido dando-, para no seguir el camino que en su día fueron cogiendo muchos de los despedidos en los últimos meses.

Algunos barones, por su parte, -pocos, aunque cada vez más, pero determinantes- exigen cordura y que se abra un espacio democrático de inmediato para el cambio sin dañar más la imagen de la casa por el ansia de poder. Ahí sigue latente el núcleo de nueve de los 23 presidentes que ven los toros desde la barrera en estos momentos, tras haber realizado algunos recortes y sufrir ciertas cornadas, porque se ven bastante agotados después de los tira y afloja de los últimos meses debido a un clima de "hartazgo y desconfianza". Ahí están los capos de la Comunidad Valenciana (Salvador Gomar), Castilla y León (Marcelino Maté), Madrid (Paco Díez), Castilla-La Mancha (Pablo Burillo) y País Vasco (Javier Landeta), más aquellos interterritoriales que no son miembros natos de la Asamblea como el de Las Palmas (Juan José Arencibia), Vizcaya (José Ignacio Gómez Mardones), Guipúzcoa (Manu Díaz) y Álava (Kepa Arrieta). En la actualidad están tranquilos mientras algunos de sus compañeros van conociendo nuevas noticias del 'Caso Soule', pero tienen la certeza de que serán claves en el debate que se abrirá próximamente para consensuar cuáles son los siguientes pasos a seguir. Igual que llegaron al verano frustrados, septiembre y el juez les han vuelto a cargar las pilas.

Y luego están los trabajadores más anónimos de la RFEF -muchísimos, casi 600- que suplican soluciones, paz y estabilidad porque con el caos reinante en el último año, los despidos, las purgas y los nuevos nombramientos, está recayendo sobre ellos mucho más 'curro' del habitual. "El trabajo de todos los que ya no están se está repartiendo entre el resto", denuncian desde dentro. Por eso -entre otras cosas- profesionales como Alfredo Olivares agradecen estar ya fuera. Pasó de ser el responsable del Departamento de Operaciones y Personas (Recursos Humanos) a Competiciones y luego a la mismísima secretaría general para intentar unir fuerzas junto a Elvira Andrés y Emilio Herrero para poder suplir a Andreu Camps.

Fachada de la sede de la Federación en Las Rozas.
Fachada de la sede de la Federación en Las Rozas.

Dentro de la institución hay mucha división por los grupos que se han ido creando poco a poco fruto de las circunstancias. Quedan reductos importantes del Rubialismo, que convive con otro bastión -a modo de escisión- que ahora mismo sabe que, aunque Rocha no es Napoleón, ha logrado pacificar el sainete tendiendo puentes con AFE y LaLiga. Y queda una mayoría que, como siempre, no es de nadie ni lo será y que simplemente vela porque el fútbol español funcione a diario pese a las trabas. Pese a que de puertas para fuera exista la sensación de que toda la RFEF está podrida, la realidad es que el trabajo del mayor porcentaje de la plantilla es intachable a ojos de todo el mundo. De hecho, otras federaciones no hacen más que copiar protocolos del trabajo que se realiza. En el gran salto en recursos humanos que dio Rubiales, al mismo tiempo que disparó los ingresos a 400 millones de euros, la RFEF cuenta ya con 320 curritos entre las oficinas y como técnicos, 200 árbitros y los 45 profesionales del hotel y otros 35 que pertenecen a la sociedad Novanet. Y entre ellos hay una voluntad que refleja su Comité de Empresa: "Pedimos rigor y respeto".

Una doble cara

Ayer, en cuanto se conoció la noticia de la negativa a conceder la cautelar a Rocha, whatsapp echaba humo entre los grupos de la Federación -con su preocupación, pero también con sus memes y su sorna-, mientras llegaban noticias contradictorias sobre lo que podrá hacer o no Rocha en los próximos días. Porque, aunque en septiembre de 2023 aseguró a las territoriales -como rezan las actas de las reuniones- "no tener afán ni deseo de ser presidente", ahora sólo vive ser más que un directivo interino y erigirse en mandamás hasta 2028. Promete guerra. Pero, para calibrar las reacciones, lo mejor es el cara a cara. La noticia coincidió con el entrenamiento de la Selección y cuando a alguno de los miembros de la expedición se le preguntó por el tema, se reía, resoplaba y volvía al lugar común más recurrente desde la pasada Eurocopa: "Lo nuestro es el balón...". Perder al líder o verlo en apuros sería un drama para la mayoría de instituciones. En LaLiga, por ejemplo, se echan a temblar pensando que Tebas pueda ser inhabilitado. Pero aquí, no. Nadie va de negro, anda angustiado o pone velas. La cara de la RFEF es la de la Selección.

Otro semblante diferente es el que mantenían trabajadores que están a todas horas alrededor del presidente. Ahí, la sonrisa fue algo más impostada. Nerviosa. Como aparentando que no pasa nada cuando en realidad sucede de todo. La Federación, en este caso y pese a que con asuntos de calado le ha faltado tiempo para lanzar comunicados de todo tipo, confirmar o desmentir publicaciones y orientar, con mensajes bien estructurados para el corta y pega de los más obedientes, no se dijo ni mu. Todos los movimientos internos que se suceden no están teniendo publicidad. Bastante tienen con que los trapos sucios vayan saliendo en los medios y con que Miguel Galán (conocido como Querellator) ya esté de nuevo al quite.

Si antes, a los que fueron despedidos fulminantemente no se les dejó casi ni recoger sus pertenencias porque urgía darles salida, ahora hay más cautela, comprensión con los tiempos y humanidad. "Hasta que nada sea firme...". La ejecución de la sanción a Rocha, la configuración de la Comisión Gestora y la convocatoria de elecciones llegará a su debido tiempo y con las explicaciones justas. Es el modus operandi actual. Como cuando hace unos días despidieron al responsable de las categorías inferiores, Francis Hernández, y las tres líneas ofrecidas en la web parecieron una separación como quien se va de vacaciones. Sin embargo, la procesión va por dentro.