FÚTBOL SALA

De jugar maratones en Málaga a ser el capitán de Francia en el Mundial

Kevin Ramírez nació en Clemont Ferrand, pero con 16 años sus padres, de origen español, regresaron a su pueblo en Málaga, Casares, y fue allí donde se forjó el talento del líder de 'Les Bleus', debutantes en el Mundial y clasificados para octavos de final.

Kevin Ramírez celebra un gol de Francia en el Mundial de Uzbekistán. /FFF
Kevin Ramírez celebra un gol de Francia en el Mundial de Uzbekistán. FFF
Gustavo Muñana

Gustavo Muñana

Casares es un pequeño municipio de la provincia de Málaga, al límite con Cádiz. En 2003, la familia Ramírez Valadez regresó a su pueblo desde Francia y su hijo Kevin dejó Clemont Ferrand, la capital de la Región de Auvernia, con 16 años. El capitán de 'Les Bleus du Futsal' no intuía que aquella decisión de sus padres le iba a cambiar la vida para siempre. En el polideportivo La Huertezuela, al final de la calle Chorrete, se empezó a forjar el talento del primer jugador profesional galo y que ha superado ya las 100 internacionalidades tras su debut internacional en 2014.

Tardó dos años y medio en darse cuenta de su verdadera vocación tras un frustrado paso por el fútbol jugando con la UD Estepona de Tercera División. Impagos, una lesión y la llamada del Manilva Fútbol Sala para jugar en Segunda B dieron un giro a su trayectoria. Kevin Ramírez nunca pensó que aquel deporte de pachangas interminables bajo un sol de justicia y maratones en pistas de hormigón se convertiría en su profesión y le llevaría dos décadas después a disputar un Mundial en Uzbekistán con su Francia natal, luciendo en esta entrevista con Relevo un impecable español con un inconfundible acento andaluz.

"Tengo muy buenos recuerdos de mis primeros años en España. Empecé a jugar al fútbol sala por diversión, para divertirme con mis amigos", rememoró. "Agradezco a la gente y a las personas del Manilva que me llevaron al fútbol sala y me ayudaron y apoyaron. Amo a este deporte. Juego desde hace más 18 años y mírame, estoy en Mundial, es increíble", detalló con una sonrisa. Kevin Ramírez ha acumulado una prolija experiencia internacional jugando en Inglaterra (Baku United), en Azerbaiyán, en el Benago checo, en el Bombay indio o en el Bisceglie y la Lazio de Italia. Y no ha dejado de jugar maratones, más bien, torneos de exhibición en Dubai junto a leyendas futsaleras como el brasileño Falcao.

Su regreso a Francia para jugar en el KB united, el ACCS Asnières junto al portugués Ricardinho y en el Mouvaux Lille coincidió con la puesta en marcha de un plan estratégico de la Federación Francesa de Fútbol para potenciar el fútbol sala. Con 'Les Bleus du Futsal' siendo la revelación del Mundial de Uzbekistán y clasificados a octavos de final a pesar de su condición de debutante, los éxitos galos están cimentados en una millonaria inversión que roza los 20 millones de euros y "mucho trabajo de los clubes, del staff y de los jugadores", puntualizó Ramírez.

"Nos están apoyando, nos están acompañando y la verdad que es un trabajo de muchos años que también estamos aprovechando ahora y queremos seguir a más", aseguró el capitán de Francia antes de medirse a Irán, la campeona de Asia, este domingo en un partido que decidirá el liderato del Grupo F. Los galos no conocen la derrota tras vencer a Guatemala y Venezuela. El cierre explicó que "estamos contentos y orgullosos. Es nuestro primer mundial y ganamos los dos primeros partidos y tenemos hambre de más".

En función del resultado ante la potencia persa, Francia se medirá a Tailandia o a Portugal o Marruecos. "Solo pensamos en Irán. Es una final y todos queremos jugar contras las grandes naciones del Mundo", aseguró Kevin Ramírez regateando la pregunta. El 'malagueño' si opinó sobre España."Es una de las favoritas y estará ahí. Es una potencia del futbol sala mundial y veo muchos mensajes sobre España, pero siempre estará y es un gran equipo", dijo el máximo goleador de Francia en este Mundial con 3 goles. "Estoy disfrutando como un niño", evocando aquellas tardes de verano en Casares.

Tras un paréntesis en el Al-Taraji de Arabia Saudí ha regresado a su país para jugar en el Sporting Club de Paris. A sus 37 años no piensa en la retirada y tiene claro que su futuro puede pasar por ser entrenador. Sin lugar a duda, Kevin Ramírez tiene madera de líder. "Cada vez que me pongo la camiseta de la selección y llevo el brazalete, sé que es una responsabilidad y estoy representando a todos los seguidores y los jugadores y a todos los que nos acompañan en este viaje increíble y acompañan al futbol sala francés".

Ramírez es la extensión de Raphael Reynaud en la pista. Este cierre diestro es el encargado de ordenar tácticamente a una selección que él mismo apoda como 'La Team Soldat'. Física y técnicamente son un portento y mezclan a la perfección la veteranía con la juventud de jugadores como Mamadou Touré (Barça) o el imponente Souheil Mouhoudine (Jimbee Cartagena). En los últimos 20 partidos, tan solo Argentina ha sido capaz de ganarles. Han vencido en amistosos a Brasil y empatado con Marruecos y España. Y es que Francia ha llegado a la élite para quedarse. "Podemos hacer grandes cosas. Queremos mostrarle al mundo del fútbol sala que estamos ahí, en nuestro lugar", palabra de capitán.