Lando Norris arrasa y achucha a Max Verstappen; Carlos Sainz remonta hasta la séptima y Fernando Alonso termina octavo

Le ha costado hacerlo desde el mes de mayo. Doce carreras de Fórmula 1. Casi nada. Lando Norris ganó, por fin, en Singapur como se debe cuando pilotas el coche más rápido de la parrilla. El cohete que es su McLaren no dejó ni las migas: más de veinte segundos de ventaja a su rival por el Mundial, Max Verstappen, y el punto de la vuelta rápida.

Norris venció a sus fantasmas y mantuvo el liderato tras la salida, inaudito. Ganó por todo lo alto aunque para ser campeón del mundo va a tener que hacer muchas genialidades. Verstappen resistió en la segunda posición y minimizó daños. Es un superviviente nato. Mientras, los españoles se fueron con una sonrisa.

Fernando Alonso solo perdió un puesto y terminó octavo regalando cuatro valiosos puntos a Aston Martin. Carlos Sainz tiró de inteligencia y acertó de lleno con la estrategia: logró remontar hasta la sexta plaza pero acabó séptimo. En Singapur, hay que darle mucho mérito a ganar tantas posiciones.

Hay Mundial. Le ha metido siete puntos en Singapur a Max Verstappen y ya ha rebajado la diferencia hasta los 52 puntos. Lando Norris dio un golpe sobre la mesa ganando con mucha solvencia: sonrojó al campeón con una ventaja de más de veinte segundos. Una parada gratis. Si sigue a este ritmo, no ganará el campeonato pero terminará muy cerca de Verstappen.

Las calculadoras de McLaren echan humo porque saben que tienen opciones en el Mundial de Pilotos. Norris tuvo apenas un susto cuando su alerón delantero rozó el muro. Tuvo la suerte del campeón ya que apenas lo dañó y pudo seguir. Se acercó mucho a la tragedia cuando lideraba. Durante el resto de la cita, el británico implantó un ritmo de carrera infernal demostrando el potencial del coche más letal de la parrilla.

"Esto es frustrante, ¿cuántas vueltas voy a tener que estar así?". La paciencia de Fernando Alonso le regaló unos valiosos puntos y sacó de quicio a Charles Leclerc, que pasó detrás del asturiano gran parte de la carrera en la séptima plaza. Lo retuvo con menos ritmo todo lo que pudo hasta que paró y adelantó enseguida a Magnussen cuando cayó atrás tras su parada.

Crucial para su carrera y para arrebatarle desde la distancia la posición a Hulkenberg gracias a la estrategia. Las últimas vueltas de la prueba fueron un mano a mano contra Leclerc, que tenía ruedas mucho más jóvenes que el español. El monegasco le terminó adelantando en la vuelta 41 y relegó a Alonso al octavo puesto. Un éxito teniendo en cuenta que pilota el séptimo u octavo monoplaza de la parrilla.

El fin de semana ha sido un 'más difícil todavía' para él. Desde su accidente en la clasificación hasta la salida en la que perdió posiciones. Carlos Sainz pasó atascado detrás de Tsunoda las primeras vueltas de carrera. Se le hicieron eternas hasta que decidió arriesgar con la estrategia e ir a pie cambiado del resto: montó pronto el duro, en la vuelta catorce, y lanzó un undercut masivo a varios rivales que estaban delante.

La inteligencia y el ritmo del madrileño le dio muchas posiciones en un trazado imposible. Pasó a cuatro coches en pista y remontó desde la décima posición de salida hasta la sexta. En este trazado, parecía imposible. Sainz hizo gala de una de sus mayores virtudes como es la lectura de las carreras en su prueba número 200 en Fórmula 1.

Las órdenes de equipo de Ferrari le quitaron la sexta plaza para cedérsela a Leclerc, que era el único que podía dar caza a Hamilton, afincado en la quinta plaza. Terminó pasando a su futuro compañero y peleó con Russell por la cuarta posición.

Se trata de la cita más exigente del calendario junto a Catar. George Russell reconoció que se prepara con meses de antelación para correr en Singapur, una cita diferente y sofocante como ninguna. El 70% de humedad deja a los pilotos sin apenas abrir la radio en las últimas vueltas de carrera porque no tienen fuerzas. A pesar de jadear, terminaron muy enteros.

A pesar de ser súperatletas, acaban asfixiados. Es habitual verles todo el fin de semana con paños húmedos o cualquier tipo de método refrescante para sobrevivir. 62 vueltas en la ratonera que es Singapur les resta unos cuatro kilogramos durante la cita. De hecho, Russell, en las últimas vueltas, ironizó con que su Mercedes parecía una sauna dada la alta temperatura que había en el cockpit. El Williams de Albon se sobrecalentó y tuvo que abandonar en la vuelta 15.