FÓRMULA 1

Fernando Alonso revive su faceta de mártir... pero sigue siendo tendencia en Nochebuena

El alto rendimiento del asturiano no ha podido con las carencias de su Aston Martin. El bicampeón arrastra a la misma muchedumbre de aficionados, que ponen su última esperanza en 2026.

Alonso tiene sus esperanzas puestas en 2026./ASTON MARTIN
Alonso tiene sus esperanzas puestas en 2026. ASTON MARTIN
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Casi todo lo que rodeaba a Fernando Alonso cuando debutó en Fórmula 1 en el año 2001 ha cambiado respecto a hoy. Había temor y respeto hacia la tecnología por el cambio de milenio y ahora avanza a un ritmo desenfrenado, con drones y dispositivos futuristas. La peseta agonizaba en nuestro país y ahora hay quien hasta se ha atrevido con las criptomonedas. El asturiano era el más joven del Gran Circo, en aquel Minardi que estrenó con 19 años, y ahora hasta siete novatos de la parrilla que no habían nacido cuando debutó compartirán pista con él.

Han pasado 23 años pero su curso 2024 ha reunido lo de siempre, la esencia Alonso, lo único que no ha cambiado en dos décadas: su velocidad, acompañada de un público obsesionado, en un curso en que el asturiano ha vuelto a ser mártir de su coche y su equipo, una circunstancia que se repite cada poco en su carrera deportiva. Ferrari, McLaren, Alpine y ahora, Aston Martin, que le ha recordado lo que es sufrir con bólidos carentes de ritmo o con fallos de fiabilidad.

Mártir, no en sentido figurado y en el plano deportivo, sino literal. Sufrimiento físico. Ese que marcó sus últimas citas del año y que, sin embargo, no pudo afectar a su fuerte ritmo con el monoplaza. "Ha sido ese período del año que fue un poco molesto con algo de fiebre y alguna infección, antibióticos, todas esas cosas que debilitan tu sistema inmunológico. Pero así son las cosas, no puedes elegir cuándo enfermar".

Alonso, un 'enfermo' del pilotaje que se sigue subiendo a un vehículo con ruedas siempre que puede, hasta en su tiempo libre, tuvo dificultades para salir de su coche por culpa del salvaje rebote. "En Brasil, tuvimos muchos rebotes ese fin de semana y también me lesioné un poco el hombro". Llegó a terminar la carrera de Interlagos a pesar de las torturas en su espalda "por los mecánicos y por los afectados de la DANA de Valencia", reconoció en su día.

La espalda, el hombro y la infección intestinal invitaron a sus detractores a venirse arriba: "La gente, rápidamente, si estoy mal físicamente, piensa en que tengo 43 años". El argumento de la edad, al menos este año, no tiene fuerza, pues el asturiano ha pilotado muy por encima del nivel del coche y ha aupado, él solo, a Aston Martin hasta el quinto puesto del Mundial. Con molestias físicas en Austin, México, Brasil, Las Vegas, Catar y Abu Dabi. Ni rastro de su compañero Lance Stroll.

Cuando el bólido estuvo a la altura, durante las primeras carreras del campeonato, no bajó del top diez hasta el dichoso Gran Premio de Imola, cuando su equipo cambió medio coche y condenó su temporada. Nunca supieron salir de aquel pozo por mucha pieza nueva que implantaran. Arabia y Australia, precisamente a principio de curso, ayudan a entender su temporada. En la primera, sostuvo a George Russell con un coche mucho más lento para terminar quinto y, en la segunda, demostró que la persecución y criterio de la FIA con él nunca ha cambiado.

La sanción de veinte segundos y tres puntos de la superlicencia, dos puestos en carrera, en Melbourne todavía cuesta entenderla. Los comisarios decidieron que el accidente de Russell, mientras le perseguía, fue culpa del español y abrieron la veda para sus quejas conjuntas con Max Verstappen sobre la importancia del pasaporte. En esos momentos, los de polémica y sanciones, se ha vuelto a demostrar la gigante capacidad de convocatoria y la cantidad de aficionados que sigue arrastrando Alonso aunque pasen los años y no pilote un coche competitivo.

Es de los pocos deportistas en España capaz de que las redes sociales, que ni existían en sus primeras temporadas en Fórmula 1, ardan por él. Cada fin de semana, las palabras 'Fernando Alonso', 'Alonso' o 'Aston Martin' son tendencia en X. Pase lo que pase. Aunque termine decimoséptimo. En Nochebuena, época de memes y de resúmenes del ejercicio, volvió a colarse en las conversaciones familiares y fue Trending Topic. Por suerte o por desgracia, el Gran Circo en España es Alonso... a pesar de que Carlos Sainz haya completado la mejor temporada de su carrera, con dos victorias en su despedida con Ferrari. Por ahí se puede explicar la caída de audiencias de este año.

La comunidad que genera el bicampeón en redes es inmensa y está atenta a cualquier mínimo detalle para viralizarlo: desde un Tik Tok cómico hasta un gesto en rueda de prensa. Una muchedumbre de veinteañeros a los que empieza a invadirles la melancolía, conscientes de que a su piloto no le quedan demasiados años en primera fila. Tiene contrato hasta 2026 incluido y renovará hasta 2027 si el coche no es una tortura.

La fe y la inversión, hacia 2026

Pese a todo, se resiste a calificar la temporada con adjetivos negativos: "Es difícil poner 2024 como un mal año, el año no ha sido ni como esperábamos ni como predecíamos. Teníamos muchas expectativas tras 2023, y empezamos fuertes a principios de año, luego parece que no fuimos capaces de mejorar el coche a lo largo de la temporada. Terminamos quintos en el campeonato, que era el requisito mínimo".

El optimismo de Alonso antes de sus últimas batallas es admirable, conocedor de la ambición del proyecto en el que está inmerso. Tal vez el que mejor color está cogiendo en la Fórmula 1 de cara a los próximos años tras tanta inversión: "Terminamos los edificios 2 y 3 de la fábrica en el nuevo campus y contratamos a Adrian Newey". Aston Martin, por cierto, ha pasado de contar con 400 trabajadores a 800 para diseñar un monoplaza campeón del mundo al ovetense. Nueva fábrica, nuevo simulador, nuevo túnel de viento y varios ingenieros de renombre entre bastidores.

La pasión que mantiene el español por las carreras cobra más mérito cuando acumula tantos años lejos de pelear por victorias, dentro de su tremenda obsesión por ganar. El asturiano se empeña en hacer evidente en cada comparecencia lo mucho que disfruta pilotando con 43 años mientras ve cómo otros pilotos menos rápidos se atiborran a sumar Grandes Premios y podios a su palmarés mientras él tiene que conformarse con rascar algún punto y con dejarles pasar cuando está siendo doblado.

Alonso ha sufrido en 2024 porque siempre tiene que pasarle algo. Sabe que 2026 puede ser su última bala, la del tercer Mundial. "Sigo soñando con un tercer título. ¿Por qué no iba a hacerlo? Sé que 2026 será probablemente mi última oportunidad, porque en 2025 será realmente difícil. Pero sigo soñando, porque la Fórmula 1 es para soñadores". Puede tener un monoplaza una o dos décimas más lento que el resto pero, clasifique como clasifique, siempre tendrá al lado a sus inseparables seguidores.