"No me retiro ni cagando": la frase que resume la filosofía de Nadal sobre el dolor y el esfuerzo
Su carrera se explica con títulos y también con su tolerancia al dolor. Algunos, no obstante, lo ven como algo negativo. "Es un ejemplo de mierda", llegó a decir el cantante Iván Ferreiro.
"¡Es el isquio!", grita Rafael Nadal cuando el partido de los cuartos de final del Open de Australia acaba de comenzar. Es enero de 2011 y el balear se mide a un David Ferrer que es una auténtica roca. Y Nadal, al poco de saltar a la Rod Laver Arena, sufre una lesión en los isquiotibiales de la pierna izquierda.
"Me he hecho una rotura de fibras, seguro", añade Nadal mientras dirige la mirada al banquillo. En la primera visita a la silla, con 2-1 abajo en el marcador, el entonces número uno se toma una pastilla y se marcha al vestuario para que los médicos le venden el muslo. Quiere seguir, quiere intentarlo. Durante esos minutos que dura el vendaje, Toni Nadal resopla en la grada y niega con la cabeza. No se lo puede creer: otra vez una lesión, otra vez en un momento crucial.
Un ratito después, Nadal regresa a la pista por el túnel con cara de pocos amigos. Sabe que no está bien y es consciente de que con la pierna así va a ser prácticamente imposible derribar a Ferrer. Cuando el reloj marca los 50 minutos de partido y con 5-2 abajo en el primer set, Nadal se acerca a la esquina donde está su box a dejar la toalla y su tío le dice que se retire. "Toni, estoy en los cuartos de final de Australia y no me retiro ni cagando", responde Nadal en mallorquín.
Como en Australian Open, la historia se repite en #Wimbledon.
— rob aboian (@robaboian_) July 6, 2022
Nadal: "Ni cagando me retiro". pic.twitter.com/nCWYPBfG1v
Esa frase es un buen resumen de la filosofía de Nadal, de su cultura del esfuerzo y de su tolerancia al dolor. De intentar siempre, sea como sea, competir y luchar. De arrojar la toalla únicamente cuando ya no haya más remedio, cuando se hayan cerrado todas las puertas. Lógicamente, Nadal acabaría perdiendo aquel duelo por 6-4, 6-2 y 6-3 y las pruebas médicas a las que se sometió después en Melbourne confirmaron lo que él ya sabía: una rotura fibrilar en los isquiotibiales.
Asediado por incontables lesiones durante toda su vida, el campeón de 22 Grand Slam ha abandonado un total de nueve partidos en su carrera y en otras seis ocasiones no pudo ni siquiera salir a competir. De esos 15 abandonos, cinco han sido en Grand Slam y siete en torneos de Masters 1000. Lo que no sale en las estadísticas es el número de veces que Nadal ha terminado un partido lesionado.
El de Australia ante Ferrer es uno. El de los cuartos de Wimbledon 2022 ante Fritz es otro, un duelo que ganó en cinco sets pese a sufrir una rotura abdominal en el segundo parcial. Aquel día ya no estaba Toni en su banquillo, pero su padre, su hermana y su agente le dijeron lo mismo: que se retirara. Pero no: siguió y ganó, aunque al día siguiente, a horas de las semifinales, se tuvo que retirar. Otro ejemplo es la final de Australia 2014 ante Wawrinka, al que arañó un set sin poder casi sacar. O el torneo de Roland Garros 2022, que lo jugó y lo ganó, desde la primera ronda hasta la final, con el pie dormido.
Las críticas de Iván Ferreiro: “Es un ejemplo de mierda”
Esa oda a la resiliencia ha ayudado a elevar su leyenda unos cuantos peldaños: es el deportista que viene a la mente de casi todos cuando se habla de superar lesiones, de caer y levantarse, de no rendirse. Es cierto que el tenis es un deporte que castiga una barbaridad los cuerpos y que raro es el jugador que acaba un torneo sin molestias. Pero Nadal siempre ha ido un paso más allá. "Desde 2005 es incapaz de jugar un Grand Slam sin tomarse un calmante", dijo recientemente Toni Nadal, el hombre que le moldeó desde niño.
Sin embargo, Nadal no ha recibido únicamente elogios y aplausos por esa actitud. También ha sido el blanco de críticas feroces. La más famosa es la del cantante Iván Ferreiro, que en una entrevista con Esquire acusó a Nadal de "ser un ejemplo de mierda para los niños".
"Me toca los huevos, para mal, Rafa Nadal (...) el ejemplo de mierda que da yendo a jugar un partido hecho polvo. Y todo el mundo dice: '¡Qué buen ejemplo para los niños!' Pues yo creo que es un ejemplo de mierda. Hemos tardado muchos años en conseguir que cuando nos encontremos mal no tengamos que ir a trabajar, para que este millonario, para tener una medalla, nos diga que fue con el pie roto", fueron las palabras del músico, que se hicieron virales en abril de 2023.
La respuesta de Nadal
Justo un mes después, Nadal le respondió durante la famosa rueda de prensa que dio en su academia para anunciar que renunciaba a Roland Garros y que iba a pasar por el quirófano para operarse de la cadera. No fue una respuesta directa, porque ni el periodista ni el tenista le nombraron a Iván Ferreiro, pero con la crítica tan reciente se dio por hecho que fue una contestación a las palabras del músico.
"Uno tiene que hacer las cosas como uno las siente. Yo no trabajo o no hago de mi día a día algo ejemplar ni pretendo ser ejemplar. Yo hago las cosas que creo que son correctas desde mi ética. Y la ética no es igual para ti que para mí", arrancó el campeón de 22 Grand Slam antes de ofrecer un discurso elaborado sobre el ejemplo y la salud mental.
"Si pasamos a lo de ser ejemplo, yo tampoco quiero ser ejemplo para parar demasiado pronto. Si tengo que ser ejemplo de algo, prefiero serlo para parar más tarde que más pronto, porque al final creo que nos hacemos débiles mentalmente", señaló el manacorí, que entre 2015 y 2016 atravesó un gran problema con la ansiedad. "Uno tiene que poner remedios cuando tiene problemas mentales, cuando uno tiene depresiones, cuando uno tiene enfermedades, sin ninguna duda. Son cosas muy serias. Cuando uno tiene problemas mentales tiene que trabajar para solventarlos con profesionales, sin ninguna duda".
"La salud mental es vital, lo que pasa es que la salud mental hay que entrenarla más allá de las enfermedades, la tenemos que entrenar. Si a la mínima que no nos salen las cosas, paramos porque no nos podemos quemar, para mí estamos desentrenando la salud mental y entrenando la frustración. Y si nos frustramos a las primeras de cambio, lo que hacemos es ser más infelices. Claro que hay un momento dado, cuando uno no da para más, en que es justo parar, pero para mí, antes de tomar esta decisión, uno tiene que haberse dado muchas oportunidades y creo que esto es lo correcto".