La retirada de Nadal es un balón de oxígeno para su amigo Feliciano López
El adiós de Nadal en la Copa Davis alivia de algún modo a una competición que no deja de dar señales de alarma.
Cuando Rafael Nadal publicó en la mañana del pasado jueves el vídeo en el que anunciaba que la Copa Davis de noviembre sería su último torneo, la tristeza y la melancolía se apoderaron de tenistas, aficionados y prácticamente de cualquier persona que haya tenido relación con el deporte y con la raqueta. No obstante, dentro de esa pesadumbre, también había una buena noticia para su buen amigo Feliciano López y para una Federación Internacional de Tenis (ITF) que no para de dar bandazos con la Davis.
Al igual que la retirada de Roger Federer en 2022 en la Laver Cup hizo que millones de personas sintonizaran aquel día la televisión para ver el adiós del suizo, los últimos raquetazos de Nadal como tenista profesional provocarán seguro un efecto similar con la Davis. La competición por equipos más antigua del tenis atraviesa una grave crisis desde hace una década y el hecho de que Nadal haya elegido ese escenario para colgar la raqueta es un balón de oxígeno para la organización.
Y al frente de ella está Feliciano López. El hombre que ha compartido mil batallas con Nadal y que le vio debutar en la Davis allá en febrero de 2004 en República Checa. es ahora el director de las Finales que se disputarán del 19 al 25 de noviembre en el Martín Carpena de Málaga.
"No podemos ser más afortunados de tenerte en Málaga, de que puedas representar a tu país una vez más. Sé lo importante que ha sido para ti la Davis, lo que significa poder jugar por esos colores, lo he visto de cerca muchos años. Solo espero que disfrutes mucho tu último torneo", señalaba el propio Feliciano López en un vídeo que subió a sus redes sociales horas después del anuncio de Nadal. "Vamos a intentar estar a la altura de tu leyenda y obviamente no va a ser fácil".
Nadie quería que llegara este momento..
— Feliciano López (@feliciano_lopez) October 10, 2024
Gracias @RafaelNadal 🫶 pic.twitter.com/RMjy0gdREA
La locura con las entradas de la Davis
Con capacidad para algo más de 11.000 espectadores, el Martín Carpena de Málaga se llenará hasta la bandera para la despedida de Nadal. Si antes del anuncio quedaban entradas sueltas para los días que están programados los partidos de España, ahora ya no queda un solo ticket. De hecho, en la reventa se piden ya miles de euros por una entrada. España debutará el martes 19 de noviembre ante Países Bajos y si gana, jugaría el viernes 22 las semifinales ante Alemania o Canadá. La final se disputará el domingo 24.
La Davis tiene todos los ingredientes para que Nadal pueda despedirse del tenis por todo lo alto y delante de un público español entregado. Con Carlos Alcaraz como primer espada y con Marcel Granollers liderando el dobles, la idea de Nadal es poder aportar en el individual. Sin embargo, si físicamente no se ve preparado, tiene la opción de renunciar al singles y centrarse en el dobles, donde siempre es una garantía y más con un número uno al lado como Granollers.
Pero más allá del plano deportivo, ¿podrá la Federación Internacional aprovechar la presencia de Nadal para reflotar la Copa Davis? La competición lleva años de capa caída y no consigue hacerse un hueco en las apretadas agendas de las grandes estrellas.
La revolución llevada a cabo hace seis años por Gerard Piqué a través de Kosmos se quedó a mitad de camino y desde entonces la ITF no para de dar bandazos con el formato. Muchos aficionados no saben ya ni cómo se disputa la Davis. Para 2025 volverá a haber cambios: desaparecerá la fase de grupos y se recuperará una eliminatoria de local y visitante.
Ese era el anhelo de muchos jugadores, deseosos de que se recuperara esa mística tan especial de la Davis. Ahora sólo falta que los mejores jugadores no renuncien a jugarla, como ha ocurrido en muchísimas ediciones de la última década. Este año, sin embargo, a la presencia de Nadal se unen nombres como Jannik Sinner, Carlos Alcaraz o Taylor Fritz. Una ocasión inmejorable, con millones y millones de hinchas detrás de la televisión, para devolverle el lustre a la Ensaladera.