TENIS

El árbitro de los grandes enfados de Nadal se retira con nostalgia: "Ahora te sientas y dejas que la tecnología decida"

Carlos Bernardes puso fin a su carrera en Málaga tras más de 8.000 partidos arbitrados y varias broncas con Nadal. "Pasé de jugar en las calles brasileñas a arbitrar a Sampras y Agassi".

Carlos Bernardes, durante una de sus broncas con Nadal. /ben radford/Corbis via Getty Images)
Carlos Bernardes, durante una de sus broncas con Nadal. ben radford/Corbis via Getty Images)
Nacho Encabo

Nacho Encabo

- Mira mi mano. ¿Cómo quieres que juegue con la mano así? ¿Es mi culpa si sudo mucho? Venga hombre, lo que no hay nadie que me pite tanto como tú.

- Pero Rafa...

- Tranquilo. Te digo una cosa. Te lo digo en serio. Voy a pedir que no me arbitres nunca más porque no puedo más contigo, en serio. No puedo más, no puedo más. Y yo no tengo ningún problema contigo, pero yo no puedo más.Eres el que me pita y el que me mete más presión de todo el circuito, de todos, y si no, mira los vídeos. Me da igual, no tienes razón.

La noche en Río de Janeiro es tremendamente calurosa y húmeda. Es 21 de febrero de 2015 y Rafael Nadal busca la final del ATP 500 carioca ante Fabio Fognini. El español está enfadadísimo con el árbitro del partido, el local Carlos Bernardes, después de que le pitara dos warnings por excederse en el tiempo antes de sacar. Pero el cabreo viene del día de antes también, cuando el mismo juez de silla no le dejó irse al vestuario a cambiarse los pantalones pese a que Nadal se los había puesto del revés.

"Sí, he pedido a la ATP que Bernardes no me arbitre más. No tengo nada en contra de él como persona y no creo que no sea bueno haciendo su trabajo, pero creo que para los dos es mejor no vernos en una pista", confirmó Nadal un par de meses después en Roland Garros. "Cuando tienes siempre problemas con el mismo árbitro, es mejor tomarse un descanso. En Río de Janeiro no me respetó. Me sancionó por abusar del tiempo en cuatro ocasiones, pero más importante fue cuando me puse los pantalones del revés. Entonces le pregunté si me daba 20 segundos para cambiarme y ponérmelos bien. Me dijo que podía, pero que me castigaría por excederme del tiempo. Creo que eso no demuestra respeto. No quiero decir que no me arbitre nunca más, solo que ahora es mejor tomar distancia". El veto duró casi un año, hasta enero de 2016, cuando la ATP volvió a colocar a Bernardes en la silla de un partido de Nadal.

La bronca con Tomas Berdych

Las carreras de Nadal y Bernardes se han cruzado muchas veces. De hecho, fue el brasileño el que arbitró el primer partido de Nadal en el circuito profesional, allá por 2002 en el Abierto de Mallorca, y también el que se sentó en silla en el primer Nadal-Federer, en Miami 2004. Ahora han cerrado juntos el círculo en la Copa Davis de Málaga. Porque aunque todos los focos hayan estado puestos en la retirada de Nadal, lo cierto es que la Davis ha sido también el último torneo de Bernardes como árbitro profesional.

La mayoría de las veces han coincidido en una pista, todo hay que decirlo, no ocurrió ninguna polémica. Pero la hemeroteca lo que guarda son las broncas, como la que vivieron en la Copa de Maestros 2010, cuando Nadal estuvo a punto de abandonar su partido ante Tomas Berdych. "¡Me estás diciendo una barbaridad, Carlos! ¡Me estás diciendo una barbaridad! ¡Me estás diciendo una locura! ¡Carlos, mi bola ha ido dentro!", le dijo Nadal en aquella acalorada discusión, en la que el manacorí amenazó incluso con abandonar el partido si no venía un supervisor.

Más de 8.000 partidos arbitrados

El sueño de Carlos Bernardes, nacido hace 60 años en Sao Caetano do Sul, a las afueras de Sao Paulo, nunca fue estar sentado en la silla de árbitro de las mejores plazas del tenis. Él quería estar en esas pistas, pero dando raquetazos.

"Mi primer contacto con el tenis fue de niño en Brasil. Solíamos saltar la valla para jugar en el club local hasta que finalmente nos inscribimos allí. Desde entonces, he formado parte del tenis, y me siento muy afortunado de haber vivido estas experiencias", relataba hace unos días en una conversación con la página web de la ATP.

Sin embargo, Bernades se dio cuenta pronto de que no iba a poder vivir de ser tenista. Así que en 1984, cuando tenía apenas 20 años, se apuntó como juez de línea en una eliminatoria regional de la Copa Federación, lo que se conoce ahora como la Billie Jean King Cup. Y en 1992 se incorporó como árbitro en el circuito ATP.

"Se está volviendo más mecánico, y tenemos que ser precavidos. Me gustaba la presión de tomar la decisión correcta. Ahora, aunque crea que una pelota está fuera, me siento y dejo que la tecnología decida"

Carlos Bernardes

"Empecé con torneos en Sudamérica y luego me asignaron a Estados Unidos. Recuerdo un torneo en San José en 1996", contaba en la misma entrevista. "En aquel torneo participaban Sampras, Agassi y Chang. Sampras era el número uno del mundo. Fue increíble: pasar de jugar al tenis en las calles brasileñas a arbitrar a Sampras y Agassi".

Testigo directo del tenis durante las últimas cuatro décadas, Bernardes ha arbitrado a casi todos los grandes de la raqueta: Sampras, Agassi, Chang, Edberg, Wilander y Becker en los 90, posteriormente a los Federer, Nadal, Djokovic y Murray y ya por último a los Alcaraz y Sinner. En total han sido más de 8.000 partidos: el último fue el Berrettini-Van de Zandschulp de la final de la Davis.

Todo ha cambiado en el tenis en las últimas décadas. Y los árbitros han sido precisamente los grandes damnificados con los avances tecnológicos: cada vez tienen menos peso, cada vez deciden menos e incluso en 2025 van a desaparecer los jueces de línea en el circuito ATP.

"Ahora es diferente con las decisiones electrónicas: no se habla tanto con los jugadores. No hay necesidad de anular o explicar las decisiones. Ahora solo escucho la música en el estadio. Se está volviendo más mecánico, y tenemos que ser precavidos. Me gustaba la presión de tomar la decisión correcta. Ahora, aunque crea que una pelota está fuera, me siento y dejo que la tecnología decida", dice con nostalgia el ya jubilado Bernardes.