Jordan Díaz, el titán de oro que vuela alto gracias al anime: "Estaba tan enganchado que me acostaba a las tres de la mañana"
El hispanocubano se sienta con Relevo en París pocas horas después de proclamarse campeón olímpico en el triple salto.
Solo han pasado unas horas desde que Jordan Díaz Fortún voló en París. Pim, pam, pum. Tres saltos para flotar como un pájaro sobre el pasillo del triple y aterrizar 17,86 metros después en el foso, marca imbatible para sus rivales —entre ellos, Pedro Pichardo, de quien, dice, no ha recibido ninguna felicitación— y oro olímpico, el cuarto de España en lo que va de Juegos Olímpicos.
"Estoy muy contento, pero también agotado", reconoce el nuevo campeón a Relevo mientras estira el isquio derecho, agarrotado tras la final. Díaz responde en un sillón acolchado, junto al Louvre y los jardines del Palacio Real, lugar elegido por Red Bull para establecer su sede en la capital francesa. "No salí mucho de fiesta ayer, pero aun así he dormido poco", admite. "Esta noche habrá que hacer alguna cosita por París".
No es para menos, claro. Hay mucho que celebrar. Y eso que Díaz, nacido en La Habana pero afincado en España desde 2022, cuando obtuvo la nacionalidad tras desertar de la selección cubana, todavía no se ha colgado la medalla en el estadio de Saint-Denis. "En un rato me toca", advierte. "Y tengo muchísimas ganas".
Después llegará una sorpresa inesperada, algo que ha retrasado un día más su regreso a España. "Me llamó Ruth [Beitia, jefa del equipo de atletismo en París 2024] y me dijo, te hemos cambiado el vuelo al día 12. Claro, yo me quedé en plan, ¿por qué, si me iba mañana?", explica, visiblemente hastiado de su estancia en la capital francesa.
"Es que llegué el 30 y hasta el día 7 no competí en la clasificación y el 9 en la final, imagínate, ha sido terrible", añade. "Ya ahí Ruth me dijo que es porque iba a ser abanderado con María [Pérez] en la ceremonia de clausura de los Juegos. Claro, ahí dije, hostia, si es por eso sí me quedo".
"Me acostaba súper tarde y decía, uf, tengo que acostarme que mañana hay que entrenar"
Campeón olímpico de triple saltoEntre tanta espera, Díaz se ha refugiado en el anime japonés, un vicio que arrastra desde hace varios años. "Veo muchísimas; de las tochas, diría que ya he visto casi todas, pero me faltaba ésta, que al principio me daba un poco de pereza, pero me la recomendaron mucho y cedí", explica, en referencia a 'Ataque a los titanes', la serie que le ha acompañado camino al oro olímpico.
"Lo que me costaba a mí era empezarla", aclara con una sonrisa. "Al final me gustó muchísimo, me la vi entera del tirón y mira, decidí hacer la celebración en todas las competiciones a las que fuera", declara. "El primero [ejecutado en su entrada al estadio] es como un saludo del cuerpo. El otro, el de morderse la mano [justo antes del salto], es cuando el principal se muerde la mano para convertirse en titán".
"Vi un mensaje, no sé si en Twitter o en Instagram, para que hiciera el gesto [de la mano] antes del gran salto final, y me moló. Dije, ni tan mal, vamos a por ello", añade quien, en cualquier caso, y más allá del excelso desempeño deportivo, se ha visto influido en los últimos días por la serie japonesa.
"Me acostaba súper tarde viendo capítulos hasta que decía, uf, tengo que acostarme porque mañana hay que entrenar", reconoce, incapaz de esconder la carcajada a pesar del cansancio. "Algún día me dieron las tres de la mañana, miraba la hora y decía, vamos a relajarnos que hay que descansar".
"Pichardo no me ha felicitado; no tengo ningún vínculo con él"
Campeón olímpico de triple saltoAtrás queda, en cualquier caso, el mal sabor de boca de no volar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando se quedó en tierra —cubana— pese a tener nivel más que demostrado para optar a las medallas. "En Cuba tienes la cabeza puesta en cosas muy externas al deporte", lamenta. "Aquí, en España, solo me he concentrado en lo mío, en rendir; aparte que Iván [Pedroso] me ha ayudado mucho con su conocimiento y tranquilidad".
Algo más de tres años han transcurrido desde que un joven Díaz —20 primaveras por aquel entonces— aterrizara en Castellón con la decisión de no volver. "Habló con nosotros unos días antes y ya nos dijo que se iba a quedar en España", reconoció a Relevo su padre, Jesús Díaz. "Así es", confirma el saltador. "Si pienso en aquel primer día en Castellón, recuerdo miedo, porque no sabía qué me iba a deparar el futuro. No sabía si me iba a salir bien la jugada. Fue muy complicado, pero ahora ya puedo decir que cada segundo valió la pena. Tomé la decisión correcta".