JJOO | ATLETISMO

Pedroso se metió en la cabeza de Jordan Díaz para llevarlo al oro olímpico: "Cree en ti"

El entrenador señala cuál es el secreto del éxito y qué mensaje le lanzó a su discípulo para llevarlo a la victoria en el triple salto de los Juegos de París.

Jordan Díaz habla con su entrenador Iván Pedroso durante la competición olímpica de triple salto./REUTERS
Jordan Díaz habla con su entrenador Iván Pedroso durante la competición olímpica de triple salto. REUTERS
José M. Amorós

José M. Amorós

"En los entrenamientos él hacía y hace barbaridades, pero no lo visualizaba en la competición. Ha sido Pedroso el que ha conseguido metérselo en la cabeza". Quien habla es Jesús, el padre de Jordan Díaz, en conversación telefónica desde La Habana con Relevo. Analiza como su hijo, con unas cualidades únicas que le llevan a hacer cosas con una aparente facilidad que el resto de la humanidad solo podría soñar, ha conseguido ese ADN ganador que le ha llevado a proclamarse campeón olímpico de triple salto con solo 23 años y un salto de 17.86m: "Siempre ha tenido una capacidad física que es una barbaridad, pero no lo tenía en la mente".

Pero se juntó el portento con la magia del que más sabe. Porque el gran prodigio actual del hop-step-jump está en las manos del para muchos mejor saltador de la historia, Iván Pedroso. Jordan tardó solo unas semanas en unirse al grupo del técnico afincado en Guadalajara después de desertar del equipo cubano en Castellón durante un viaje a la competición. Desde entonces y sabiendo que las largas piernas del saltador harían el resto, decidió apostar todo a germinar un carácter de hambre a ganar. Se metió en su cabeza e hizo el resto.

"Es un trabajo que viene de atrás, porque antes de todo esto hay que preparar bien la mente", confirma el propio Pedroso a Relevo mientras sube las escaleras del estadio como el entrenador del nuevo oro olímpico. Una ardua labor de picar cada día, en cada mañana de entrenamiento en las pistas de La Fuente de la Niña de la capital alcarreña, tiene una frase que Pedroso le repite una y otra vez.

Tanto que ha conseguido que retumbe en la cabeza de Jordan en las grandes citas: "Cree en ti, ¡cree en ti!". Esa fue el mensaje, como confiesa el propio técnico, que le repitió durante una final que se puso muy dura con la competencia del portugués Pedro Pablo Pichardo. Al igual que pasó en el pasado Europeo de Roma, Jordan aguantó para hacer sonar de nuevo el himno de España.

"Hoy estaba preparado", afirma Pedroso con su mirada siempre fija y penetrante, esa que convence a su equipo, del que también forma parte Ana Peleteiro, de que todo es posible con "trabajo, trabajo y trabajo".

Este 9 de octubre, incluso también lo fue un récord mundial de la prueba que ya está a punto de cumplir un cuarto de siglo: los 18.29 metros de Jonathan Edwards, en Goteborg 1995. El británico, por si acaso, no ha querido perderse la cita y ha estado presente en el estadio, aunque finalmente ha mantenido la plusmarca. "Lo podía haber batido aquí, pero el objetivo aquí era ganar", señala Pedroso.