JJOO | ATLETISMO

Una promesa, un recuerdo al cielo y una foto con historia tras el oro olímpico de María Pérez en el relevo mixto

La granadina quiso acordarse de su amigo Ángel Vaca, que falleció hace dos meses, con una foto con sus hijos al poco de cruzar la meta.

La foto de María Pérez rodeada por los hijos de Ángel Vaca, junto a otro niño y su compañero Álvaro Martín. /REUTERS
La foto de María Pérez rodeada por los hijos de Ángel Vaca, junto a otro niño y su compañero Álvaro Martín. REUTERS
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Acababa de cruzar la meta, después de una carrera en la que parecía que volaba, tras haber recogido el testigo de su compañero Álvaro Martín, en esta primera prueba del relevo mixto que debutaba en los Juegos Olímpicos de París. El grito de rabia era el que evidenciaba el final, oficialmente, de un año durísimo. El mejor broche posible, de oro, cómo no, tras la plata que había logrado hace una semana. Pero dicen que a una persona la definen sus actos y la verdadera medalla de María Pérez era una cuenta pendiente cuyo significado tuvo mucho más sentido unos momentos después gracias a una foto.

Cuando apenas habían pasado un par de minutos tras cruzar la meta, mientras que otras atletas aún seguían compitiendo y llegando al final, había un plano en el que se veía a María Pérez y Álvaro Martín junto a unos niños. Y esa foto es el ejemplo de la grandeza que hay detrás de la persona más allá del deportista. Porque era la foto que cumplía una promesa de la marchadora granadina hacia el cielo.

El pasado 31 de mayo falleció causa de un cáncer Ángel Vaca, un miembro de la organización del Covirán Granada de baloncesto, encargado de asuntos de marketing y patrocinios, que desde hace muchos años siempre ayudó a María Pérez. Tanto que se convirtieron en amigos hasta el punto de que solo unas horas antes de fallecer, Ángel y María hablaron. Una despedida que trajo consigo una promesa y esa promesa era pelear por conseguir esa medalla en París. Y vaya si lo hizo.

La promesa hace una semana estaba más que cumplida, pero la de este miércoles era todavía más especial. Ya no sólo por ser campeona olímpica junto a Álvaro, que también, sino por quienes estaban allí animándola. Junto a sus padres y amigos, que ya la vieron colgarse a la plata la pasada semana, también estaba Belén, la viuda de Ángel, y sus dos hijos, porque tanto ella como quienes conocen a Ángel saben que de haber podido él hubiera estado allí el primero (aunque en cierto modo, seguro que lo haya hecho).

Y entonces llegó la foto. "Serán sobrinos o primos", decían en la retransmisión, porque era la primera foto que tanto Álvaro como María se hacían como campeones olímpicos... pero no era así. Lucía y Ángel eran esos dos niños que rodeaban a María Pérez y son los niños de su amigo, al que le prometió que lo daría todo por conseguirlo y con el que, desde luego, cumplió su promesa más que con creces. Una foto con historia, que demuestra la grandeza, la humanidad y el cariño que hay tras una deportista que ya es una leyenda para el deporte español.