Rubiales reta al mundo y decide morir matando
El presidente sorprende en la Asamblea y no presenta la dimisión como la RFEF había comunicado.

Con la misma expectación desbordada de entonces (180 periodistas acreditados), pero con mucha más seriedad flotando en el ambiente por la gravedad del asunto a tratar, Luis Rubiales decidió este viernes alargar una trayectoria en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas que parecía agotada como presidente de la Federación 1.926 días después de haber llegado al cargo para sustituir a Ángel María Villar.
Si aquel histórico 17 de mayo de 2018 repartía abrazos sonriente por haber conseguido casi un imposible con 80 votos de su lado de 140, este 25 de agosto prefirió verse a primera hora en privado con su núcleo duro para comparecer después con un perfil muy bajo en su inicio, con la prensa lejos del salón principal, para disparar después un discurso incendiario con el objetivo de anunciar -ya con el tono mucho más elevado y de forma vehemente-, que ¡no va a dimitir! Rubiales desafía al mundo y dice que la razón está de su parte. Repitió hasta en cinco ocasiones una frase contundente que quedará en el imaginario colectivo como la de Tejero en el Congreso.
Y para ello no le importó contradecir a Jenni, que le dejó en pañales a última hora del día, echar a los leones a Jorge Vilda, terminar de alejarse de las internacional, que han declinado regresar mientras siga él, tomar nuevas decisiones de futuro aireando incluso sueldos y cargar contra el feminismo, los políticos, la prensa y Javier Tebas, entre otros, ante los aplausos de la mayoría de asambleístas presentes, con el seleccionador nacional, Luis De la Fuente, a la cabeza. Ahora mismo el riojano ha quedado en un segundo plano, pero en la próxima convocatoria de la Selección en septiembre estará obligado a dar explicaciones.
Ni la presión social de un feminismo justificadamente empoderado tras los graves gestos de Rubiales tras la final del Mundial femenino. Ni la denuncia institucional que prendió Pablo Echenique en las redes cuando el resto se jactaba y que continuaron Miquel Iceta, Yolanda Díez y Pedro Sánchez ante otras voces temblorosas como las de Víctor Francos (CSD) -hasta que este viernes, ya con Rubiales señalado, ha comparecido en conferencia de prensa para anunciar que iniciaba los trámites ante el TAD para suspenderle-. Ni los dardos a nivel internacional, resumidos en el expediente disciplinario que le abrió la FIFA. Nada de todo esto ha empujado a Rubiales a la dimisión pese a que ayer la propia Federación difundió estratégicamente a sus medios más afines y a la agencia EFE -compañeros a los que citó Relevo al no lograr una confirmación de la noticia que volaba a esas horas- que iba a dejar el cargo dando paso a Paco Roche para dejarlo en una triquiñuela y luego dar la sorpresa.
Y vaya si lo fue. Dejó frases históricas. "Espero que se siga haciendo justicia". A Vilda le dedicó otro buen monólogo y eso que el seleccionador aún no había roto a aplaudirle: "He activado los mecanismos para que Andreu comience una negociación contigo para que te quedes con nosotros cuatro años más, por medio millón al año". Sobre su futuro: "Tenemos la posibilidad de celebrar un Mundial y algo tendré yo que ver, aunque sea un poquito". En su defensa: "Han sido cinco años de cacería"; "he recibido presiones"; "voy a ejercer acciones legales contra estas personas que quieren asesinarme públicamente"; "gran parte de la prensa de este país me va a seguir matando"; "no se está tratando de hacer justicia, se está ejecutando un asesinato social"; "hay mucha gente que, aunque silenciada, me está dando su apoyo"… No se recuerda una intervención más dura, sorprendente y, seguramente, criticada en el mundo entero. Si el vídeo de Doha fue una disculpa con la boca pequeña, esto ha sido una inmolación que le deja boqueado.
La hora del Gobierno
Pedro Sánchez y su equipo, pese a estar en funciones, serán ahora quienes tengan que actuar puesto que Rubiales volvió a demostrar, aun pidiendo perdón, que sigue sin entender del todo qué ha pasado y qué ha hecho realmente mal en esta cadena de errores televisada de una semana. Esas dudas, compartidas por otros muchos que reaccionaron tarde, mal y sin criterio, seguramente sea el mayor de los problemas en un caso que ha catapultado definitivamente al fútbol femenino tras no dejarle celebrar una proeza futbolística que convendría rescatar y difundir desde ahora mismo, cuando logren templar los ánimos. Si es que se templan, porque esta escenificación no parece más que un pulso a Pedro Sánchez, al CSD y al TAD, que ya han entrado en el asunto de lleno. Rubiales, parece -únicamente parece- tener las horas contadas al esperarle una posible suspensión provisional que puede acabar con una inhabilitación. La Fiscalía y la Audiencia Nacional también han entrado ya en juego. Las jugadoras profesionales ya se han hartado y apoyan a Jenni "a muerte".
Debates aparte, lo más doloroso para el canario en las últimas horas, aunque motrileño de adopción, es que le estaban abandonando como a un apestado al que sólo su núcleo de asesores le dio cobijo en los momentos más críticos. Los mismos que deslizaron la engañifa de lo que no iba a suceder. Acostumbrado a que en su periplo sindicalista en AFE y ahora en la RFEF ganaba sus Asambleas por mayorías aplastantes y con alfombras rojas, como hoy ha vuelto a repetir, se ha envalentonado con los consejos de los más beligerantes y está dispuesto a hacer uso de su última bala y negarse a tener que recoger los bártulos repudiado y con el silencio, la ausencia y el desprecio de muchos de sus habituales apoyos y de la sociedad. Mientras que algunos, como los clubes de LaLiga (11 de Primera y 9 de Segunda), le hicieron el vacío por estrategia, pues siempre estuvieron enfrente, otros alegaron cualquier cosa para no dejarse ver en Madrid. Una omertà que ha sido la constante también entre muchos de los temorosos trabajadores de la propia Federación que, curiosamente, estos días no tenían cobertura y han teletrabajado. El nerviosismo y el temor ha hecho que el ambiente en la Ciudad del Fútbol sea irrespirable a la espera de que algún aliado les ayude o libere.
A falta de que en algún momento, si lo hacen, se pronuncien Alejandro Blanco (COE) - según nos dicen, de vacaciones (y nunca mejor dicho) - y Florentino Pérez (Real Madrid) -los abanderados del rubialismo desde que se autoproclamó delfín de Villar y azote de Javier Tebas-, la mayoría de su Guardia de Corps ha decidido ser cómplice de un comportamiento inapropiado -que ha dejado la marca España por los suelos- pese a que tenga consecuencias personales en sus vidas laborales fuera de la RFEF. Lo han visto como una opción mucho más saludable que darle el toque de gracia a un cadáver andante desde el pasado domingo. Algo que ha venido sucediendo en tantas y tantas ocasiones con los diversos escándalos que se mantienen judicializados desde hace dos años y que -supuestamente- se perpetraron lejos de los campos y son más de cuello blanco. Hoy, para muchas fuentes consultadas, la Federación no ha escenificado más que otro caso de encubrimiento con tal de mantener la silla y, en muchos casos, unos salarios de seis cifras que nunca vienen mal.
Pedro Rocha tendrá que esperar su momento. Algunas fuentes ya habían oficializado este viernes que el presidente de la Territorial extremeña iba a suceder a Rubiales. No fue más que otra mentira filtrada en el momento oportuno con la intención de cerrar una teatralización perfecta. A rey muerto, rey puesto, pensaban. La decisión de elegir un heredero tendrá que esperar, aunque Rubiales ha reconfigurado su Junta - hasta hoy con ocho vicepresidentes - a Rocha como vicepresidente único para que le suceda cuando vengan a buscarle (si hubiera dimitido, la Asamblea tendría que elegir). No se descarta que el cambio de guardia llegue pronto. El CSD y el TAD ya han afilado la guadaña. Y el gran quebradero de cabeza, si algún día sale Rubiales de su despacho, es cómo se empieza a construir el futuro donde el balón pese más que la corbata.
No todos los candidatos o presidentes de Territoriales están igual de preparados para dar el paso próximamente y, además, varios continúan investigados y en la diana judicial por diferentes casos. Una realidad que viene a confirmar que el cambio en el sillón presidencial no solucionará todos los problemas que aún se mantienen latentes en esta casa. Una institución protegida por un sistema de elección anquilosado que se le resiste a todo aquel candidato de fuera que pretende entrar, muchas veces teledirigidos, para intentar mejorar las cosas. Rubiales y una dimisión con paradinha que ha terminado de encender al pueblo no es el único sonrojo. La Federación tiene muchos metros cuadrados de podredumbre.