Peter Lim, el hijo del pescador que hunde al Valencia: "Tenía a la gente del club atenta a si su hija llamaba a las 4 de la mañana, que estaba pedo o necesitaba un reservado"
El relato de algunos de los pocos que han compartido tiempo con él en esta década: "Es una trituradora de personas".
'Os sacaremos de nuestro club' rezaba una gran pancarta en letras mayúsculas y rojas en la Avenida de Suecia en los prolegómenos del Valencia-Las Palmas que hundió a los de Baraja al último puesto de la clasificación tras diez jornadas de Liga. En otro gran cartel amarillo se leía el 'Lim Go Home' que resuena más allá del minuto 19' en Mestalla y un tercero portaba el rostro de la presidenta Layhoon Chan junto a un 'mentirosa' también mayúsculo, como el enfado posterior al encuentro que terminó con la afición y los antidisturbios a la carrera en torno al estadio.
Fue la escenificación doble del hartazgo social y deportivo que siente la afición del Valencia. Los ches protestan antes, durante y después de los partidos pero siguen sobrepasando los 40.000 espectadores en las gradas en cada encuentro, fieles a un equipo que también continúa su pugna en el verde, con Baraja al frente pero ya cuestionado y con un proyecto "sin armas", "raquítico", marcado por la "inanición a la que lo tiene sometido su dueño". "Peter Lim vino como solución y se ha convertido en el problema. Vino para mejorar 95 años de historia y es el peor problema en la historia del club", asegura una de las seis voces que nos ayudan a trazar un perfil del magnate singapurense y que le dan voz a la realidad deportiva, económica e institucional de la entidad valencianista en el décimo aniversario de la llegada de Lim al club che.
Cuatro de ellas mantienen el anonimato. Las llamaremos A, B, C y D. Los periodistas Cayetano Ros y Héctor Esteban relatan cómo fue el viaje a Singapur que tuvo lugar en mayo de 2016, con el que el Valencia quiso acercarse a la prensa y a su vez a la afición. Mientras, Suso García Pitarch, entonces director deportivo del Valencia, no tiene "interés en manifestar nada al respecto, excepto que a mí me trató muy buen siempre y que le tengo mucho aprecio".
Como "mitómano", "trituradora de personas" o "persona sin carisma" describen, entre otras muchas nomenclaturas, la figura de Peter Lim, que el 24 de octubre de 2014 firmó el contrato que le acreditaba como máximo accionista del Valencia al adquirir el 70% de las acciones del club por 94 millones de euros. Hoy en día posee el 91,5% de las acciones tras capitalizar los préstamos que, como asistencia financiera, ha realizado a través de Meriton por un valor de otros 100 millones de euros en estos diez años de gestión. El Valencia ha firmado pérdidas en nueve de ellos con el magnate de la lista Forbes al frente.
La propuesta de Peter Lim se aupó entre las siete que se presentaron en el proceso de venta del Valencia iniciado el año anterior después de que la Generalitat Valenciana se hubiera convertido en propietaria del Valencia en febrero de 2013. El telón de fondo, una ampliación de capital de 92 millones de euros que en 2009 inició Manuel Llorente, entonces presidente del Valencia, para hacer frente a la deuda anterior, de en torno a 300 millones de euros, generada por Juan Soler al iniciar los trabajos del nuevo Mestalla sin haber vendido los terrenos de la Avenida Aragón sobre los que se levanta el centenario coliseo che y que llevó al Valencia al borde del concurso de acreedores.
De esos 92 millones de euros, 18 millones fueron suscritos por la masa social del Valencia C.F. y la diferencia se la adjudicó la Fundación del club a través de un crédito concedido por Bankia mediante un aval del entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, a través del Instituto Valenciano de Finanzas y sellado meses antes de su dimisión por la trama Gürtel.
Si la Fundación no hacía frente a los pagos, la Generalitat Valenciana era la entidad que debía responder. Y así fue, ya con Fabra al frente, lo que le generó al político y al Partido Popular numerosos frentes que desembocaron en el proceso de venta del Valencia para reconducir su situación financiera.
Amadeo Salvo y Aurelio Martínez, máximos dirigentes del club y de la Fundación del Valencia en aquellas fechas, respectivamente, encabezaron unas negociaciones que en sus inicios incluían veinte puntos a cumplir por quien se convirtiera en el nuevo propietario de la entidad. La realidad fue que ni siquiera la oferta inicial de Lim, fechada el 10 de diciembre de 2013 (y que incluía terminar el estadio en las condiciones entonces pactadas con el arquitecto Mark Fenwick aportando un mínimo de 100 millones de euros, sellar los acuerdos establecidos con el Ayuntamiento de Valencia o el compromiso de aportar 105 millones de euros para rebajar la deuda total del club y comprar la parcela del todavía Mestalla por 150 millones de euro si no se encontraba comprador en un margen de dos años) se parecía a la que incluyó la firma final, que sólo estableció la obligación del pago de 100 millones de euros -seis quedaron en el limbo por una posible sanción de la Unión Europea al considerar una ayuda de Estado ilegal dicho aval- por las acciones de la Fundación.
Con el voto favorable de diecisiete de los veintidós patronos de la Fundación del Valencia, la dimisión de tres de ellos durante el proceso de compraventa y el voto en contra de los representantes de la Diputación de Valencia y del Ayuntamiento se selló la llegada de Meriton Holdings a la entidad de Mestalla.
Una década en caída
Así arrancaba casi una década en la que el Valencia ha pasado de mirar a la zona Champions a luchar por no descender. Sólo en tres de las diez temporadas hasta la fecha con Lim al frente el Valencia ha conseguido clasificarse para competición europea. Lo había hecho en siete de las diez anteriores. Lim llegó a Valencia como el hijo de un humilde pescador de Singapur que había logrado cursar estudios superiores en una universidad australiana y cuya economía escalaba a la vez que lo hacía su nombre en la lista Forbes. Así lo vendió a la opinión pública Amadeo Salvo, una de las mano que meció la cuna, convertida hoy en un lecho de muerte para el Valencia.
Lim ha invertido 292 millones de euros en el Valencia y ha recuperado más de 200 sólo con la venta de futbolistas (Paco Alcácer, Ferran Torres, Carlos Soler, Kongobia, Guedes, Mamardashvili…). Una desinversión que se plasma en un Valencia colista, en un estadio paralizado desde 2009 y en las gradas y aledaños de Mestalla al grito de 'Lim Go Home'.
"Se vendió que con Lim el Valencia iba a ser un equipo con aspiraciones a ganar la Champions, que se iba a acabar el estadio, a competir de tú a tú con Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid y la deuda se iba a reducir a cero. Era un mundo de fantasía"
Exjefe de Deportes de Las Provincias"Nunca se ha vendido la verdadera visión que tiene Peter Lim sobre el equipo. Cuando Amadeo Salvo hacía de portavoz de él, vendía unas cosas con las que yo creo que Peter Lim no debía estar de acuerdo. Se vendió que iba a ser un equipo con aspiraciones incluso a ganar la Champions. Que este señor iba a colocar al Valencia al nivel de los clubes europeos de mayor prestigio, tipo Chelsea, Bayern de Munich, Barcelona, Real Madrid, Mánchester. Que se iba a acabar el estadio, a tener un estadio fabuloso y competir de tú a tú con Madrid, Barcelona y el Atlético de Madrid, y que la deuda se iba a reducir a cero. Eso lo dijo el propio Aurelio Martínez en una asamblea en Mestalla ante miles y miles de personas. En estas asambleas que se montaban tipo la velada de Ibai Llanos. Llegó a decir que en un plazo de cinco años la deuda iba a quedar reducida a la mínima expresión y ahora mismo el Valencia tiene una deuda económica que ronda los 350 millones de euros (cuando llegó Lim la deuda a corto plazo era de 318 millones de euros y, a largo, de 46,2). Era más un mundo de fantasía lo que se intenta vender cuando yo creo que su intención desde el primer momento nunca ha sido ésa", señala Héctor Esteban, entonces jefe de Deportes de Las Provincias.
"Para mí, más allá de cualquier detalle anecdótico, lo más importante de todo es el contraste entre la pretendida sencillez del relato en torno a su figura (no es de una dinastía noble, sino el hijo del pescador que con su inteligencia y esfuerzo acaba siendo un respetado filántropo en su país que se codea -es mitómano- con los ídolos del único fútbol que conocía, la Premier) y la casi medieval concepción de su estructura de poder. Es muy asiático, pero lleva al extremo la idea de una jerarquía vertical, en la que el inferior no discute una coma al de arriba en la cadena sólo por ese hecho. Su círculo de confianza es muy cerrado y está más vinculado a su trayectoria con él y al origen asiático, como Layhoon, Kim Koh. El propio Anil (Murthy) es el ejemplo de su priorización de la lealtad al talento. Anil cayó porque perdió la confianza y salió del "círculo", no por su gestión. Tras experiencias negativas con occidentales, no confía en nadie que no sean Mendes y los Neville, y ninguno ha sido muy bueno para él en los negocios", relata B.
"Lim es muy asiático. Lleva al extremo la idea de una jerarquía vertical, en la que el inferior no discute una coma al de arriba en la cadena sólo por ese hecho"
Mendes fue, precisamente, quien en 2013 le propuso a Amadeo Salvo presentarle a un empresario de Singapur que podría tener interés en convertirse en el máximo accionista del Valencia. Fue durante una reunión en su casa de Oporto concertada por el director de Marketing del Valencia, Louis Vicente Douwens, que llegó al club después de haber trabajado en Ferrarri y el Manchester City. El engranaje institucional y deportivo estaba en marcha. En octubre de 2014 desembarcó Lim en el Valencia. Meses antes, en junio, Mendes y Layhoon, hoy presidenta che, comunicaron a los entonces mandatarios valencianistas en el despacho de Amadeo Salvo en Valencia que Nuno Espírito Santo se convertiría en el nuevo entrenador del equipo en lugar de Juan Antonio Pizzi, quien ocupó el cargo hasta la llegada del que en los 90 se convirtió en el primer representado de Mendes. Después, Gestifute mediante, llegaron los Otamendi, Enzo Pérez, André Gomes, Rodrigo Moreno, Joao Cancelo, Filipe Augusto, Danilo Barbosa, Aderlán Santos, Abdennour, Mangadla, Thierry Correia, Negredo, Gonçalo Guedes… Más de 300 millones de euros ha movido Jorge Mendes en el Valencia en llegadas y salidas en los diez años de gestión de Lim.
"Yo creo que a Peter Lim se le dejó el Valencia a un precio barato y tenía un negocio con Jorge Mendes de una cartera de jugadores. Había una dinámica de compraventa de jugadores, de mover jugadores entre siempre los mismos equipos. Ahí está ese hilo que unía a Benfica-Valencia-Wolverhampton. Todo este tipo de entidades y de clubes permitían generar flujos de movimiento de jugadores, pero yo creo que cuando la FIFA prohibió los fondos de inversión de jugadores se les fue un poco al traste el negocio", relata Héctor Esteban, uno de los cuatro periodistas junto a Cayetano Ros, Fernando Álvarez y Conrado Valle que en mayo de 2016 viajaron a Singapur en una expedición organizada por el club para acortar distancias con Valencia y mostrar su cara amable. Era la que en ese momento sostenían, antes de la venta en agosto de 2016 de Paco Alcácer al FC Barcelona como primera gran señal de alarma en el valencianismo y después de clasificar al equipo para la Liga de Campeones en su primera temporada al frente del club con Nuno en el banquillo y el 2-3 del delantero de Torrent en Almería que selló el pasaporte Champions.
Más de 10.000 kilómetros de distancia entre Singapur y Valencia
11.116 kilómetros separan Valencia y Singapur, una distancia que el nuevo propietario del Valencia quiso acortar con un viaje a su país en el que participaron Héctor Esteban y Cayetano Ros, entonces jefes de Deportes de Las Provincias y Levante-EMV, respectivamente, que se convirtió en un espejismo a muchos niveles, no sólo por las anécdotas que nos cuentan los periodistas (en un artículo que publicaremos esta tarde), sino porque no fue una realidad cercana que se trasladó a la entidad de Mestalla, al día a día en las oficinas del club frente al coliseo che. La jerarquía del magnate asiático y el círculo hermético y altivo de su gente de confianza impregnaban cada acción del máximo accionista y su entorno en el club.
"Peter Lim nunca visitó las oficinas del Valencia para verlas, por ejemplo. Nunca pasó por los departamentos para interesarse. Dejaba el coche en el parking de las oficinas, sólo tenía que subir en el ascensor"
"Era una persona muy poco social, una persona que sólo se reunía con un círculo muy reducido, que se reducía a Layhoon o a Kim y a los invitados que trajera, pero no era una persona que visitara las oficinas, que preguntara, que hablara, que se interesara por cosas. Era una persona distante. Todo era a través de Kim Koh o de Layhoon. Ellos hacían alguna videollamada, pero su comunicación era más bien por teléfono. Peter Lim nunca visitó las oficinas del Valencia para verlas, por ejemplo. Nunca pasó por los departamentos para interesarse. Dejaba el coche en el parking de las oficinas, sólo tenía que subir en el ascensor. Al final, tú eres la dueña mañana de, yo qué sé, una tienda en Jerez y tú vas a Jerez un par de veces al año, aunque sea, aunque tengas mucho dinero. Te gusta ver la tienda, te gusta ver cómo se trabaja, quién está allí. Él nunca tuvo interés por la gestión", recuerda A. en pasado, porque la pandemia, su desinversión iniciada tras la salida de Marcelino que en breve comentaremos y el 'Lim Go Home' han terminado de alejar también físicamente a Peter Lim del Valencia hasta el punto de que esta temporada ha renunciado a tener su palco privado en Mestalla. Lo ha hecho esta campaña pero podría haberlo hecho mucho antes, porque Lim no pisa el coliseo valencianista desde el 16 de diciembre de 2019, cuando presenció en directo el último partido de su equipo, un Valencia-Real Madrid. En diez años, apenas ha visto en directo 33 partidos del equipo che, como local o visitante, desde el 25 de octubre de 2014 en el que vio un primer Valencia-Elche. Ni siquiera estuvo en La Cartuja en la final de la Copa del Rey que su equipo disputó ante el Betis en 2022.
"Lim nunca se juntó con la plebe. Era impensable que Lim hablara con un empleado de a pie. Ellos siempre se han creído de una raza superior"
"Lim nunca se juntó con la plebe. Era impensable que Lim hablara con un empleado de a pie. Ellos siempre se han creído de una raza superior. Kim Koh decía que se ponía la serie 'Narcos', de contrabandistas de drogas, porque éramos de la misma cultura. Layhoon es otra cosa, mucho más amable, mucho más afable, te saludaba si te la encontrabas en el ascensor, pero Kim Koh se pensaba que era un ser supremo. Muchas pinceladas de falta de humildad", reconoce D. Sobre la figura del máximo accionista, de la presidenta actual del Valencia y de Kim Koh, consejero del Valencia y mano derecha de Lim.
"Sí, sí, Kim Koh decía que veía 'Narcos' para aprender la forma de ser de los españoles. Y siempre estaba viendo 'Los tres cerditos', siempre estaba viendo cuentos infantiles para aprender español, pero no aprendió nunca ninguna palabra, porque le repugnaba. A Kim Koh le repugna España", añade C.
"Kim Koh decía que veía 'Narcos' para aprender la forma de ser de los españoles. Y siempre estaba viendo 'Los tres cerditos', cuentos infantiles, para aprender español. No aprendió ninguna palabra. A Kim Koh le repugna España"
Ambos destacan el séquito de seguridad que, además, acompaña a Peter Lim en sus escasas visitas a la ciudad. "Lim venía con tres o cuatro exigentes del Mossad, del Servicio Secreto Israelí. Buena gente, gente muy seria. Era un postureo y un sentimiento de inseguridad suyo basado en que a él no le gusta la gente, no le gustaba andar diez metros, no le gustaba tomarse un café en ningún lado de Valencia. Es un poco vivir en una burbuja", explica C. sobre Lim y sus visitas a la ciudad, en las que primero se alojaba en el Hotel Westin, a escasos cinco minutos a pie de Mestalla y las oficinas, y después pasó a establecerse en el Hotel Balneario Las Arenas. "Sentían que filtraban cosas y querían mayor discreción", cuenta D., que asegura que los guardaespaldas de Lim "daban mucho miedo".
Botellas de Vega Sicilia y una camiseta desaparecida
Era una sensación de temor y control que ha caracterizado la era Meriton en el Valencia. "Cuando venía a Mestalla tenían las botellas de Vega Sicilia contadas y bajo llave por si la plebe cogíamos alguna. Las botellas las llevaban a su palco privado, supongo que bebían todos los 'Meritoners'. Una vez desapareció de su palco una camiseta enmarcada. Nunca se supo quién había sido, se buscó al culpable sin éxito. Desde entonces, ciertas zonas relacionadas con Lim, su palco, estaban limitadas. Piensa que en Mestalla en un día de no partido hay muchos colectivos trabajando. Cualquiera pudo ser, no se señaló a la gente de oficinas", explica D, que también cuenta cómo Peter Lim "tenía a la gente del club a su servicio, al servicio de la familia en general, atentos por si la hija llamaba a las 4 de la mañana que estaba pedo y necesitaba un coche o un reservado en una discoteca. La llevaban a Loewe y Louis Vuitton, le abrían el campo para grabar sus vídeos de redes sociales. Decía que Mestalla olía mal".
En aquella etapa, Lim aún sentía el Valencia como propio. "Lim llegó a participar en un viaje a Barcelona como uno más, a un sarao de la Peña Valencianista Barcelona en el hotel del equipo. Llegó a poner un avión privado para un viaje a recoger premios en Barcelona, a Alves y a gente del club. Su desengaño con el Valencia es un tema significativo", destaca B. sobre el contraste entre los primeros años de Peter Lim en el Valencia y los que siguieron, sobre todo, a la destitución de Marcelino tras las desavenencias públicas y privadas con la propiedad en materia deportiva y de gestión.
"Yo lo que creo es que él entra en 2014, del 2014 al 2017 a lo mejor puede tener cierto derecho a saber qué teclas eran las correctas en la gestión del club, pero cuando él ya oprime las teclas correctas y las destruye es porque realmente a él no le importa el buen hacer del club, a él le importa su comodidad con la gestión. Su comodidad con la gestión es que él dirige el club hasta las 6 de la tarde hora española y por SMS. Ya está, punto, y no hay otra cosa que a él le entre en la cabeza, y le importa tres cojones si el equipo gana más o pierde más. La decisión final de destituir a Mateu y a Marcelino para mí son claves en la espiral de destrucción del club y de cobardía de él, porque desde entonces no ha vuelto a Mestalla", analiza A.
"La decisión final de destituir a Mateu y a Marcelino para mí son claves en la espiral de destrucción del club y de cobardía de Lim, porque desde entonces no ha vuelto a Mestalla"
"Mateu y Marcelino no eran su gente. Ni Amadeo ni Alessanko ni nadie era su gente. Su gente son Layhoon y Kim Koh, que los dos son diferentes en muchos aspectos pero los dos son iguales en una cosa: son lacayos. Son lacayos que nunca le van a dejar tirado. Aunque yo sé que Layhoon no comulga con él y le rechaza muchas cosas de las que hace Peter, y Kim Koh no, porque Kim Koh disfruta, Kim Koh es exactamente como Peter", les define C.
"Creo que Lim es una persona que en el trato cercano no es carismática, no es una persona comunicativa, es una persona más bien callada, y luego creo que es una trituradora de personas. Ha triturado a todo el mundo: buenos, malos y regulares. Al único que no ha triturado, porque es feliz en eso, es a Kim Koh, que es su mano derecha, que es como él, pero ha triturado a Layhoon, ha triturado a Anil, ha triturado a todo el mundo, ha triturado a todos los trabajadores del club porque es una persona muy obstinado en sus ideas, cree que él tiene la potestad de hacer lo que él quiera y no escucha a los profesionales y acaba teniendo profesionales a los que no quiere escuchar, sólo quiere que acaten lo que él hace. Igual que cuando despidieron a Roberta (Lazzari, responsable del área de presidencia) y a Jesús (Paniagua, enlace técnico con organismos como UEFA y FIFA; entre los dos sumaban casi cuarenta años de trabajo en el club), porque Roberta le llamó la atención a Anil porque iba bebido en el palco, y se la cargaron a ella y al marido, a una familia entera. O cuando Kim Koh perdió no sé si fue a la perra o a la gata y puso a buscar a medio club a la perra o a la gata. Es como una sublimación de la jerarquía. Es como una casta, donde la casta de los asiáticos tiene mal vista a los españoles y tienen ahí a gente que al final es mejor o peor pero que tienes que tragar si quieres seguir en tu trabajo", recuerda C.
"Creo que Lim es una trituradora de personas. Ha triturado a todo el mundo: buenos, malos y regulares. Al único que no ha triturado es a Kim Koh, que es su mano derecha, que es como él"
"Imagino que ahora confiará en Corona y Solís, que no le dan 'problemas'", señala B. "Anil te puede caer mejor o peor, Layhoon, Solís, César, Bordalás, Gracia… Pero el problema, el alfa y el omega, es Peter Lim. Ya está. No hay solución, no hay solución con Peter Lim. La solución no se sabe cuál es, lo que está claro es que con Lim no hay solución. Lim es garantía de fracaso. Es una persona que no tiene un mal genio, no le ves carácter, ni para lo bueno ni para lo malo, pero es una persona tremendamente cruel con la gente que le rodea, porque les está dejando morir y les está dejando ser vilipendiados, a quien sea, con el fin de mantener una situación antinatura en el fútbol. Porque el valencianismo no necesita a Lim para estar así. Ni lo quiere ni lo necesita ni nunca debió venir. El valencianismo se equivocó o acertó, pero quería un Valencia grande y lo que ha salido es una ruina", narra C., que coincide en marcar en la mitad de su gestión el impás de Lim y Meriton en la entidad.
"A él no le importan los sentimientos de sus subordinados, simplemente los subordinados son subordinados y ya está, enviándolos a una batalla diaria, que es la gestión del fútbol, donde tienes que tener las mejores armas para competir, porque es una jungla y porque es una guerra. Sin armas, simplemente a recibir tiros y a recibir balazos y a asumir como propios argumentos y decisiones que no son suyos, que son de Peter, que para mí está teniendo un comportamiento cobarde, porque él no da la cara en Valencia", comenta A. sobre el millonario singapurense que, según él, "no se ha hecho rico emprendiendo, se ha hecho rico especulando, y en el fútbol, aparte de la capacidad de pegar un pelotazo en un momento determinado, necesitas constancia y buen hacer en la gestión, porque si no te vas para abajo".
"Lim no se ha hecho rico emprendiendo, se ha hecho rico especulando, y en el fútbol, aparte de la capacidad de pegar un pelotazo en un momento determinado, necesitas constancia y buen hacer en la gestión, porque si no te vas para abajo"
Abajo o incluso desaparecido, como ha hecho el Valencia en un ranking UEFA en el que ya no está porque los méritos que se cuantifican son las participaciones europeas de las cuatro últimas campañas y la reciente. El Valencia está en blanco. Cuando llegó Peter Lim al club, el Valencia era octavo. Ahora, no es ninguno de los once equipos españoles que refleja la tabla entre los cien primeros clasificados, ni tampoco está en los 327 puestos restantes.
Un antes y un después de la era Mateu-Marcelino
La temporada 2019/2020 fue un antes y un después en la gestión de Peter Lim en el Valencia. En ese intento de proyecto al que aludían los compañeros le acompañan las cifras y los resultados deportivos: desde su llegada y hasta esa campaña, Lim había invertido 502 millones en jugadores frente a los 360 que había generado en ventas. Desde esa campaña, tras la salida de Marcelino García Toral del equipo a pesar de haber logrado dos clasificaciones Champions consecutivas y una Copa del Rey, y con Mateu Alemany a las puertas de su adiós como director general de la entidad, ya relegado de sus funciones, empezó una desinversión deportiva que ha terminado con 140 millones a favor de las ventas y con el equipo peleando por no descender. En la campaña 2022/2023 se salvó en la última jornada.
"Desde la salida de Mateu y de Marcelino el club ha empeorado mucho, el club está en una situación ahora mismo raquítica de profesionales, de salarios, de mantenimiento, Mestalla está mal, la ciudad deportiva de Paterna está mal, no hay una voluntad de mantener el club con un cierto mínimo de inversión. Eso es tristísimo", reconoce C.
"Desde la salida de Mateu y de Marcelino el club ha empeorado mucho, está en una situación raquítica de profesionales, de salarios, de mantenimiento. No hay una voluntad de mantener el club con un cierto mínimo de inversión. Eso es tristísimo"
Un raquitismo que confirman, por ejemplo, las cifras del coste de plantilla en este último lustro. Con Mateu y Marcelino al frente, Peter Lim llegó a permitir una plantilla con un valor de mercado de 499 millones de euros y que se convirtió en un equipo de Champions y que se impuso al Barça de Leo Messi en la final de Copa disputada en el Villamarín. Desde entonces, la cifra del valor de la plantilla fue mermando hasta alcanzar los 147 millones de euros la pasada campaña y un coste de plantilla inferior a los 72 millones, a falta de que las cuentas anuales concreten el próximo mes de noviembre cómo quedan las cifras esta campaña.
Lo que tratamos de entender y explicar con nuestros protagonistas es el porqué en esta desinversión de Peter Lim en su negocio. "Porque él no tiene ninguna ilusión en el fútbol. Una persona a la que le ilusiona cualquier cosa, que le ilusiona un coche de carreras, invierte en aerodinámica. Una persona a la que le ilusiona un caballo, lo entrena y le da buena alimentación. Cuando no te ilusiona el caballo, le das sobras y que reviente. Ya está. Es que no tiene ninguna ilusión", compara A.
"Yo no sé, no entiendo. Se meten con Laporta. Laporta es un fulero, pero hay una cosa que en el fútbol es la ilusión. La vida, el estado anímico. Si tú no despiertas ilusión, matas el deporte, y es lo que ha hecho Peter Lim, que es una cosa para mí imperdonable. Tú puedes equivocarte, puedes fichar mal, como el Villarreal año pasado, puedes ser un desastre fichando, pero matar a un club de inanición, de no darle esa chispita de alegría… Hay quien dice que lo hace por venganza. Yo no sé si lo hace por venganza, pero es que no me extrañaría", comenta Cayetano Ros, en la línea de la desmotivación y desilusión que apuntaba A. Y añade: "Hay teorías de todo tipo. Tú sabes que Marcelino la teoría que tiene es que no está bien, que no está 'aplomao' y que por eso ha hecho todo lo que ha hecho, que se le ha ido un poco la olla y como nadie se atreve a llevarle la contraria y tiene alrededor gente muy sumisa, pues así está. Pero es que realmente no sabemos. Lo que ha hecho no tiene ningún sentido. No sé qué es lo que pretende. Si pretende vender, el club lo está devaluando, está descapitalizándolo. Si desinviertes también el club pierde valor, es una pescadilla que se muerde la cola. Si pretende seguir, tampoco tiene sentido, que estás matándolo, estás estangulándolo por austericidio. La verdad es que me resulta un misterio. Para mí es un enigma saber ese hombre qué es lo que quiere".
"Laporta es un fulero, pero hay una cosa que en el fútbol es la ilusión. La vida, el estado anímico. Si tú no despiertas ilusión, matas el deporte, y es lo que ha hecho Peter Lim"
Exredactor jefe de Deportes de Levante-EMV"Peter Lim no quiere gastarse más dinero. Con el Valencia de Marcelino y Mateu Alemany se hizo un gran equipo, pero Mateu Alemany y Marcelino son dos personas de fútbol, que saben de qué va esto, que saben que un club para mejorar necesita invertir, y si un año es bueno, el año que viene tienes que ser mejor y para ser mejor necesitas invertir dinero, y Peter Lim está por la labor de no invertir dinero. ¿Por qué? Supongo que los ingresos no le generan la capacidad para acometer ese tipo de gastos y si Peter Lim no quiere poner más dinero porque lo decide así, pues es imposible optar a grandes jugadores con los recursos propios que genera el club, que como estamos viendo es deficitario. Pero es una pescadilla que se muerde la cola: tú no entras en Champions, no generas dinero, te quedas sin dinero, las clasificaciones en la Liga son peores y es menos dinero por derechos de televisión, etcétera, etcétera. Y yo creo que al final tampoco a 13.000 kilómetros ni se sufre ni se padece", explica Héctor.
Cayetano Ros vuelve a la hipótesis de la venganza para explicar la desgana del magnate y una gestión que le ha llevado a acumular 187,4 millones de euros en pérdidas en su década al frente del club, a falta de las próxima actualización. "¿Por qué? Porque la gente le ha hecho una campaña brutal en contra: el Lim Out, Lim Go home, todo eso. Para un tipo que supongo que tendrá un ego gigante para haber hecho esa fortuna de la nada, eso es una campaña internacional en contra. A mí no me extrañaría. Es que no encuentro otra explicación que no sea ésa. 'Pues sí, ahora os vais a joder y tenéis una mierda de equipo. ¿Bryan Zaragoza? Que puede dar un poquito de... No, éste no. Fichad a Caufriez, que es un gordo que…' No sé, es una tontería lo que digo, porque no sé realmente qué quiere. Más allá de periodista, como aficionado del Valencia de toda la vida, yo te digo que no tengo ninguna ilusión por ver el Valencia. Es que no lo soporto, un equipo tan, tan… Yo que vengo de una época que he visto jugadores de todo tipo, siempre de los mejores del mundo, y ahora ver esto... Y claro que no tiene ninguna culpa los chicos, hacen más de lo que pueden. Ahí tienes a César Tárrega que dices: 'Madre mía'. Éste es el Voro de los 90, pero Voro estaba acompañado de Mijatovic, de Fernando, de Roberto, de Penev, pero al pobre éste, ¿de quién lo acompañan? ¿De Luis Rioja? No me jodas, Luis Rioja, que lo hace bien el chico, pero eso podía ser un reserva en la época normal, pero ahora…", reflexiona Cayetano.
"El problema es que Lim ha hecho caso en el sentido estricto a lo de quedarse en su casa y no pisar Mestalla, pero no va a vender el club por orgullo. Él nunca ha entendido lo que es el Valencia y nunca lo entenderá.
"El problema es que él ha hecho caso en el sentido estricto a lo de quedarse en su casa y no pisar Mestalla, pero no va a vender el club por orgullo. Yo creo que es un tema de orgullo y de un mal entendimiento de qué es un club. Él nunca ha entendido lo que es el Valencia y nunca lo entenderá. Él no entiende esto. Él entiende que la jerarquía está por encima de la buena gestión y en el fútbol los dueños tienen que proveer a los profesionales de todas las herramientas para rendir y para obtener resultados. No hay una pleitesía del dueño en la circulación de recursos en un club de fútbol, es el dueño el que provee de recursos a los demás y, sin embargo, la jerarquía la sublima y como él es el dueño, él cree que puede hacer lo que quiera, y eso es opuesto al fútbol. El fútbol se gestiona para ganar y para empatizar con los aficionados y, si no sabes eso, no entiendes lo que es el fútbol", puntualiza C.
1,3 millones es lo máximo que ha permitido pagar esta temporada por un jugador, los que han pagado por Luis Rioja. Antes, dejaron escapar a Carlos Vicente por 600.000 euros o a Bryan Zaragoza por 250.000. Todas las decisiones deportivas pasan por Lim. En Valencia apenas hay una caja con cash por valor de 120 millones de euros. Todo lo que exceda esa cantidad, pasa por Singapur y la respuesta mayoritaria es no.
"Seguramente Solís, Segarra, Corona, con otro dueño, su trabajo les brillaría más, porque es imposible que ninguna gestión pueda hacer mejor al Lim, en un momento determinado se pudo cuando estaba Marcelino y Mateu, porque él soltó un poco las riendas económicas ahí, pero cuando él empezó a coger otra vez las riendas de abrir y cerrar otra vez el grifo para los fichajes, el club está condenado. Porque no sabe. Él no sabe nada. Él es una persona totalmente incapaz de gestionar bien un club de fútbol. Ni siquiera ve números, ve sus pataletas, porque luego llega y paga 8 millones por Almeida y paga 35 por Abdennour. Hace 'limadas'. Es incapaz de invertir 600.000 euros en un buen jugador y si él cree que tiene que gastarse 20 millones en Aderlán Santos, pues se gasta 20 millones en Aderlán Santos", analiza A. sobre una gestión deportiva que ha supuesto que desde la consecución de la Copa del Rey en Sevilla en 2019 hayan ido saliendo del equipo las piezas más importantes, bien por criterios económicos, como Carlos Soler, Kondogbia o Gabriel Paulista -por ahorrarse un sueldo de 5 millones de euros-, o ideológicos por su cercanía con Marcelino, como el caso de Dani Parejo, que se marchó libre al Villarreal a pesar de ser uno de los murciélagos del club.
El terror al descenso
Héctor Esteban apunta que "Peter Lim va a llevar al Valencia a la ruina económica y deportiva". "Ruina económica porque no ha solucionado nada, absolutamente nada, todo sigue como está, y a la ruina deportiva porque el equipo es lo que es. Ojalá no baje a Segunda división, pero el de salvarse es el objetivo que maneja todos los años, y con un equipo que se mantiene en esos parámetros de la tabla, pocos ingresos vas a conseguir. Y Paterna ya no la puedes exprimir más. Has sacado una buena hornada de jugadores, con ventas que no has hecho, a las que les podías haber sacado dinero, como por ejemplo hubiera sido Hugo Guillamón o Javi Guerra, que si sigue a este paso pues valdrá menos que el año pasado. Yo creo que estamos en una situación un poco de ver lo que pasa", comenta resignado el periodista valenciano.
"Yo pongo el símil de que él tiene un solar. Tiene un solar, vallado, en mitad de un monte. Como el solar no te pide ni luz ni agua ni nada porque lo tiene bajo mínimo, pues lo tiene ahí"
"Para él el descenso sería una pérdida económica muy importante, pero yo creo que al proyecto Valencia Club de Fútbol lo peor que le puede pasar es que le cueste dinero, no que pierda valor. Entonces él ya, si no le cuesta dinero... Yo pongo el símil de que él tiene un solar. Tiene un solar, vallado, en mitad de un monte. Como el solar no te pide ni luz ni agua ni nada porque lo tiene bajo mínimo, pues lo tiene ahí. Si sube de valor, bien, y si no sube de valor, pues lo tendré ahí hasta que vuelva a subir de valor. Y si no sube de valor nunca, pues mira, pues habré perdido el dinero que me cuesta el solar, pero ni va a edificar ni va a urbanizar ni va a hacer nada", compara A.
Hablar de solares y de construcción nos lleva al último movimiento de la era Peter Lim: el estadio y una posible futura venta del club. El Valencia presentó el pasado 11 de octubre al Ayuntamiento un proyecto para finalizar las obras del estadio del Valencia, paralizadas desde el 25 de febrero de 2009, y finalizarlas el 11 de julio de 2027 como fecha tope con un coste total de 241 millones de euros en la estructura, además de 35 por el solar de la Avenida de Cortes Valencianas sobre el que está levantado el hormigón que albergará un estadio de 70.044 espectadores. Se supone.
Las obras originales se iniciaron allá por el 1 de agosto de 2007. Los problemas del Valencia se arrastran y suceden, pero podrían tener en el estadio una solución en forma de motivación de venta para Peter Lim, forzado por las instituciones y por el último intento por convertir a Valencia en sede del Mundial de 2030. La financiación del CVC le aportó al club 80 millones y ahora, mediante negociaciones con el grupo de banca de inversión y de valores Goldman Sachs busca cerca de 100 millones para finalizar las obras y otros 120 para refinanciar su deuda de corto a largo plazo. Así, Lim estaría en disposición de vender un club con mejores ventajas económicas y un estadio, si no terminado, al menos, con los trámites administrativos despejados y las obras en marcha.
Hace unos días el diario AS desveló que el Valencia estaba en venta por un precio que giraría en torno a los 350-400 millones de euros, cifra que también maneja LaLiga y un Javier Tebas que el pasado mes de septiembre participó en Valencia en el Congreso de Gestores Deportivos Profesionales y defendió a Peter Lim: "A nivel económico Peter Lim es un perfecto gestor. A nivel deportivo ya depende de los resultados deportivos", concluyó el presidente de una Liga en la que el Valencia es colista y en medio de la desesperación de una afición que reitera cada jornada su 'Lim Go Home' como mantra y solución para su histórico y sangrante Valencia. Sólo Lim y el futuro saben qué pasará con el club, fundado en 1919. Un histórico Valencia que sueña con no morir en el intento de volver a ser grande.