El Valencia de Lim es colista en todo, en la calle hay tensión máxima y Baraja ruega un alto el fuego
Fue una noche caliente en Valencia, con cargas policiales. El entrenador pide a la afición que se centre en salvar al equipo en una situación dramática.
Parecía que en el sótano profundo en el que vive el Valencia CF de Peter Lim no se podía caer más bajo. Por Mestalla se ha visto a un presidente mandando callar a la grada, un estadio vacío como protesta al dueño, manifestaciones ejemplares que han supuesto elogios de todo el planeta fútbol a la afición che... Pero en el sótano de Lim siempre hay una planta más baja.
El Valencia Club de Fútbol es colista, con tan solo seis puntos con 11 jornadas transcurridas. Es colista en el fútbol masculino. Es colista también, aunque se comente menos, en el fútbol femenino, donde el equipo solo ha sumado dos puntos. Ha sido colista en el mercado de fichajes, donde no solo fue el equipo que menos invirtió de toda LaLiga, sino que invirtió menos que clubes de Segunda División como el Elche, Deportivo de la Coruña o Zaragoza.
El ambiente es insostenible. Realmente lo lleva siendo desde hace años, pero el club ha vivido con dos amortiguadores muy concretos. El primero fue el que le dio tener una final de Copa en 2022, que propició un ambiente sano durante la campaña 2021/2022. Llegó Gattuso, incapaz de entender a Mestalla y el amortiguador se fue. Empezaron las tensiones, pero el club fichó a Rubén Baraja, un bálsamo que ha durado a buen ritmo durante casi dos años, pero que ya parece estar al límite. Y como bien dijo en su día Rubén, "el modelo de club lo sostienen los jugadores", con los jugadores rayando a mal nivel, no ha habido nada detrás por obra y gracia de Peter Lim. Y la situación es insostenible.
El partido ante Las Palmas empezó con protestas por lo vivido con los dos aficionados retenidos en Singapur por protestar contra el magnate y acabó con un cordón policial alrededor del palco VIP al grito de "¡No vais a salir!" y con cargas policiales en los aledaños del estadio.
Por el camino, un ambiente en Mestalla que pasó de idílico por el apoyo a los jugadores a de impotencia total y con razón ante la pésima imagen de un equipo que, con sus miles de defectos, no es peor plantilla que Las Palmas, pero los jugadores están superados, llegando incluso Pepelu a marcharse del estadio entre lágrimas.
¿Es Baraja la solución? Evidentemente el entrenador no es el problema. Como no lo era Bordalás, Javi Gracia, Gattuso y compañía. Pero también es cierto que, con la pésima situación que tiene el club gracias a Peter Lim, el técnico ha tomado decisiones que desde la propia entidad se han visto extrañas: André Almeida y Javi Guerra, dos jugadores con mucho talento, no jugaron ante las Palmas. Yarek Gasiorowski, que el curso pasado jugó bien como lateral izquierdo, sin minutos en detrimento de 'Ro' Abajas, jugador del filial que, a priori, era suplente.
Pues con todo este contexto, Rubén Baraja pide un alto el fuego. Literalmente. Lo hizo tras la rueda de prensa: "¿Por qué no puede cambiar la situación externa? ¿Por qué tenemos que convivir con esta situación? Esto nos va a perjudicar a todos y me niego a pensar que nuestra afición no es lo suficientemente inteligente para apoyar al equipo. Entender esta situación es que necesitamos apoyo, como lo hemos sentido hoy por momentos. Lo otro lo podemos dejar a un lado. Lo digo desde la absoluta humildad y entiendo la crispación, pero hoy no es momento de incendiar. Es la única forma", insistía el entrenador.
"¿Os creéis que yo no estoy dolido? Yo entiendo que la gente esté enfadada, esté dolida, pero solo vamos a salir de esta si estamos juntos", arengaba el técnico. "El equipo está frustrado por la dinámica, lo que suena alrededor nos afecta, tenemos que aislarnos. Puedo hacer mil valoraciones de mí, del club o de la directiva, pero es que ahora toca apoyar al equipo, no depende de mí el resto", concluyó el entrenador en su petición del alto el fuego.