En la primera prueba de fuego... desastre de España

No será porque no lo avisamos. A pesar de que España ganó sus dos primeros partidos con solvencia -un 4-0 ante Costa Rica y un 6-0 frente a Zambia-, la Selección dejó dudas. Más allá de la falta de puntería, ante las zambianas fue todo lo contrario, la fragilidad defensiva era uno de los asuntos que más preocupaba en la Selección. Si bien es cierto que tanto Irene Paredes como Ivana Andrés supieron frenar los -pocos- ataque de Banda y Kundananji, ante Japón la línea defensiva dejó mucho que desear.

También el centro del campo, las jugadoras de arriba y el seleccionador. Sin ideas y sin ritmo. Ni sobre el campo ni desde el banquillo España supo contrarrestar el ataque japonés, que se basó en la misma jugada durante todo el partido. Japón -que venía de jugar dos muy buenos partidos- leyó el partido a la perfección. Balones en largo a la espalda de la defensa española y... tres goles. El cuarto fue una maravilla de Tanaka. La sensación previa al partido era que el duelo ante Japón le serviría a España para medir su nivel real... Pues bien, de momento, suspenso.

Ante Costa Rica, cada balón a la espalda de la defensa española era un drama. Y eso que las costarricenses sólo atacaron dos veces. Frente a Zambia, el asunto mejoró. Irene Paredes e Ivana Andrés frenaron las acometidas de Banda y Kundananji. Bien al corte y fuertes en el cuerpo a cuerpo. Si bien es cierto que fueron pocas, también lo es que son dos de las jugadoras más potentes del mundo.

Y ante Japón... ¡Ay, ante Japón! Los tres goles de las niponas fueron iguales: balón en largo a la espalda de la defensa y para dentro. Fallaron todas, desde las laterales a las centrales. Bien por falta de concentración, por errores en la salida de balón, por lentitud o por desajustes en las marcas defensivas. España, que no había encajado ni un gol en todo el Mundial, encajó tres ante las niponas. Además, y según ha podido saber Relevo, el torneo de Ivana Andrés corre serio peligro. La central, titular en los primeros dos partidos, sufre una microrrotura.

Pocas selecciones con las ideas tan claras como Japón. Ante Zambia y Costa Rica su fútbol fue combinativo, más reconocible. El encuentro ante las zambianas fue un recital. Ante España, bajaron al barro. Defendieron con una línea de cinco y esperaron su oportunidad a la contra. En cuanto el balón les llegaba al centro del campo, sus mediocentros lanzaban en largo y las de arriba corrían veloces. Así llegaron sus tres goles.

El primer balón a la espalda de la defensa llegó desde el lateral y Miyazawa definió a la perfección. El segundo, más de lo mismo. Otro balón filtrado que Ueki recoge en el área, recorta y dispara. Irene Paredes, que tocó el balón, desvió la trayectoria del mismo, que se acabó colando en la portería de Misa. El tercero también corrió a cargo de Miyazawa, propiciado por una pérdida de balón de la central del Barça y un desajuste defensivo en el carril de Olga Carmona, que la nipona aprovechó para encarar portería y batir la guardameta española. El cuarto fue un golazo de Tanaka, se metió en el área, encaró y disparó directo a la escuadra.

Que sí, que la defensa fue un desastre..., pero el resto no se salvan. El centro del campo de España, sin ideas e inoperante. Ni Tere Abelleira ni Aitana ni Alexia mostraron su mejor versión. Sin fluidez en el juego, el balón circuló lento, imposible para generar espacios, tan necesarios en una defensa tan poblada y eficaz como la japonesa.

Arriba, más de lo mismo. Tanto Jenni Hermoso como Salma Paralluelo, que fueron de las mejores en los anteriores dos partidos, tuvieron su día. Tampoco Mariona. Sin ritmo y sin chispa, apenas pisaron el área nipona. Es más, la primera ocasión clara de gol de España llegó en el 35, un centro lateral de Ona Batlle que Jenni Hermoso remató por encima del larguero.

En el descanso, Jorge Vilda cambió a Oihane por Olga Carmona y metió a Ona por la izquierda. En el minuto 62, Alexia por Alba Redondo y Mariona por Eva Navarro (que fueron los primeros cambios). Sobre el campo, Jenni Hermoso retrasó su posición al interior -como ya ocurriese en el primer partido- y Alba Redondo ocupó su posición. En la banda, Eva Navarro partió desde el perfil diestro y Salma se cambió de banda, como Ona. Pero los cambios no surtieron su efecto y España fue -prácticamente- la misma que en la primera parte.

Pero lo más preocupante, es que durante la primera mitad desde el banquillo no se supo contrarrestar el peligro nipón, que se basó en hacer una y mil veces la misma jugada de ataque. En la segunda, la cosa mejoró. Pero más por la inercia del resultado, las niponas ya habían obtenido la recompensa por su gran primera parte, que por el buen hacer español.

La única buena noticia -y ya veremos a ver- es que España se enfrentará a Suiza en los octavos de final. Con la derrota ante Japón, las de Jorge Vilda se libran de la Noruega de Hansen y Ada Hegerberg. El partido tendrá lugar el próximo 5 de agosto a las 7:00h (hora española) de la mañana. Y digo que ya veremos a ver porque mucho tiene que mejorar España para pasar a los cuartos de final...