REAL MADRID

Ancelotti tiene otra remontada pendiente: acabar con la frialdad del club con él

Con contrato hasta 2024, el Madrid daba por hecho que, con Brasil al fondo, sólo le dejaría seguir si gana Liga o Champions. La tensión, palpable desde la Supercopa, se ha relajado... por ahora.

Ancelotti pide calma en un partido del Real Madrid./GETTY
Ancelotti pide calma en un partido del Real Madrid. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Parece mentira. Pero no lo es. Pese a haber ganado la última Liga, levantar la Champions hace sólo unos meses y tener contrato en vigor hasta 2024, Carlo Ancelotti no ha vivido un enero y febrero tan tranquilo como él ha querido transmitir. Todo lo contrario. Ahora llegan los abrazos donde hasta hace nada imperaba la desconfianza. La derrota frente al Barça en la final de la Supercopa sentó como un tiro en las altas esferas del club, como ya relató Relevo, más por las formas que por el resultado, y desde ese momento el técnico italiano ha soportado una frialdad a su alrededor algo incomprensible. Preguntaras donde preguntaras, hasta la exhibición de Liverpool, la frase se repetía: "Aquí pasa algo raro". Es como si en vez de febrero fuera mayo, y la competición hubiera acabado y dictado sentencia.

Hasta el punto de que en Vila-real, en los octavos de la Copa del Rey, el entrenador del Real Madrid se jugó algo más que el pase de ronda y que, además, todo hace indicar que está obligado a ganar LaLiga o la decimoquinta para ser el dueño de su futuro en el club blanco. El ruido de sables en torno a Raúl, los 'cariños'' a la trayectoria con el juvenil de Arbeloa y la eterna mención a la quiniela de entrenadores extranjeros para suplir hipotéticamente a Carletto en junio está en boca de todos. Y ni él, ni su entorno ni los futbolistas son ajenos a tanto feo y nerviosismo a mitad de la temporada. "Como ganemos la Champions...".

Ancelotti nunca se ha quejado públicamente. Y los que le conocen bien aseguran que no lo hará jamás. Es el primero que conoce la exigencia en la élite y, por encima de todo, es un hombre de club y no quiere dejar de serlo. Nunca airea las diferencias. Otra cosa es que no las vea o le gusten. Por eso, mientras en la intimidad, por ejemplo, lleva dos ventanas de fichajes reclamando traer a otro delantero y hacer más competitiva una plantilla que considera corta porque Odriozola, Vallejo, Hazard y Mariano no cuentan, en las conferencias de prensa siempre ha hecho gala de su lealtad a los que le contrataron y le pagan. No ha enviado ni un solo mensaje en forma de dardo a los que piensan de manera opuesta: que a la plantilla no le hacen falta retoques y, si acaso, que habría que empezar por los laterales al hacerlo.

Diferentes relaciones

Sin embargo, el ambiente enrarecido que se ha respirado en la Ciudad Deportiva en este mes y medio de 2023 ha calado entre todos los integrantes de ese vestuario. La sensación es que todo el mundo piensa en el futuro del Madrid sin contar con Ancelotti. De hecho, había varias reuniones fijadas desde hace meses para comenzar a planificar con pelos y señales la próxima temporada y varias de ellas se han ido posponiendo sin una justificación de peso. O, en algunos casos, realizando de manera mucho más vaga de lo deseado.

Ancelotti bromea con Florentino en el Mundialito. GETTY
Ancelotti bromea con Florentino en el Mundialito. GETTY

La relación de Ancelotti con Florentino Pérez es estupenda. Cercana y cordial. Ahora, aquí sólo vale ganar. La que mantiene con José Ángel Sánchez, director general, es incluso mejor. Más íntima. Y con Juni Calafat, jefe de ojeadores y director de fútbol internacional, es muy eficaz. Cuando hay que hablar de nombres propios, se confiesa con él. Pero Solari, actual mandamás de Valdebebas y hombre clave sobre el que girará el próximo Madrid, está todavía de oyente conociendo cada detalle del club. Se ha pasado tres veces por los entrenamientos del primer equipo, más que nada como observador, y en las conversaciones con el personal, protocolarias, no se moja mucho todavía.  En el Mundialito, según varios testigos, era tan evidente como llamativo un distanciamiento que el presidente supo contrarrestar con varias carantoñas en el podio de campeones. Hasta que Anfield ha dado un baño de realidad a más de uno.

Los motivos

Varias son las razones por las que Ancelotti se ha encontrado con esta situación. Algo que, por otra parte, no es algo nada nuevo para él. La oferta de la selección de Brasil, desvelada hace unas semanas por ESPN Brasil, es una de ellas. En el Madrid dan por hecho que el técnico tiene un preacuerdo verbal para hacerse cargo de la Canarinha en caso de que Florentino Pérez decida cortar la relación actual y empezar otro proyecto con un nuevo entrenador. Así que como todo depende de los resultados, el club está ganando tiempo para ver qué sucede y cómo opera.

No hay nada cerrado ni firmado, pero la CBF tenía pensado nombrar un sustituto de Tite en enero y, de momento y ante la disposición de Ancelotti a escuchar, ha nombrado un interino para los próximos partidos de marzo. En Valdebebas hay jugadores brasileños que ya bromean sobre un futuro internacional juntos con Ancelotti, que ve a Brasil como "el Madrid de las selecciones". Y otros, incluso aquellos a los que les gustaría que los entrenamientos fueran más completos y exigentes para no tener que complementar su preparación por la tarde en casa, están felices por su preparador: a falta de más calor a su alrededor, que al menos se sienta valorado mundialmente.

Ancelotti y su staff, en un entrenamiento en Valdebebas. GETTY
Ancelotti y su staff, en un entrenamiento en Valdebebas. GETTY

Otro de los motivos del Madrid para esperar sin precipitarse es la actual marcha en LaLiga, a ocho puntos del Barça, y la inminente llegada de otro Clásico en la Copa del Rey a doble partido que podría marcar la temporada. La Champions era el otro frente abierto que preocupaba en la planta noble, pero el partido ante el Liverpool ha relajado bastante el gesto. Y no hay que olvidar tampoco la actual situación económica que exige al Madrid contenerse en el gasto. Hay dinero en caja para un gran fichaje, Bellingham quizás, pero no mucho más, por lo que la apuesta por la cantera va a tener que ser más firme que nunca. Una confianza que a Ancelotti le cuesta desarrollar. De hecho, este curso llegó a alinear a un once repleto de extranjeros y en Liverpool apostó por diez foráneos de inicio, algo que no sucedía desde 1996. Por eso Raúl y algún otro candidato con la lección aprendida encajaría más en ese perfil.

La resolución, al caer

Ahora mismo, hay tres escenarios. El primero es que el Madrid, en cuestión de semanas se la pegue. Improbable tal y cómo galopa Vinicius. Esto es, que siga en Liga demasiado alejado, que caiga contra el Barça y se quede sin final de Copa y que, además, sea eliminado en la Champions en octavos o cuartos. Ahí, volverían las turbulencias que podrían traer aires de cambio inmediato. El segundo es que el Madrid gane la Liga y la Copa o simplemente la Champions, algo que no es tan complicado conociendo el amor propio de ese equipo. Ancelotti tendría la sartén por el mango. Y él, antes que escuchar ofertas, prefiere agotar su contrato y retirarse en el Bernabéu por todo lo alto. "No me iré de aquí hasta que me echen", ha repetido en más de una sala de prensa. La tercera hipótesis, la de no ganar nada más (o sólo la Copa) pero estar en la pomada hasta el final,  permitiría al Madrid pactar con Carletto una salida caballerosa de mutuo acuerdo para que él se vaya a Brasil y Florentino nombre a su relevo. Pase lo que pase, su futuro también pesará mucho en la resolución de algunas renovaciones. De ahí que tantos casos, hasta seis, continúen en el aire.