El muro que impide echar a los "200 delincuentes" del Frente Atlético: "Claro que dan miedo, ¿tú no tendrías miedo?"
El Atlético de Madrid asegura haber roto con el grupo en 2014, tras la muerte de un ultra del Dépor junto al Calderón, pero su presencia en la grada de animación sigue siendo evidente.
El Atlético de Madrid no reconoce al Frente Atlético y, siempre que se le pregunta de manera oficial, la respuesta es la misma: "No son una peña del club, son una entidad privada que no puede ser sancionada como grupo hasta que no tengan, individualmente, denuncias o participaciones demostradas en hechos delictivos". Y, con ese razonamiento, buena parte de los ultras siguen accediendo con normalidad al estadio, casi siempre respetando los límites impuestos de no llevar simbología ni nada que los identifique como grupo, pero están ahí. Y la primera evidencia de su presencia es lo que uno encuentra cuando se pone a escribir sobre ellos: nadie quiere aparecer citado en el texto con su nombre y apellidos. Ni policías, ni directivos, ni colegiados, ni socios. Por algo será.
En diciembre de 2014, después de la muerte de un radical del Deportivo de la Coruña a orillas del Manzanares, el Atlético de Madrid rompió oficialmente con el Frente. Al menos sobre el papel. Desde entonces han seguido apareciendo a cara más o menos descubierta, como cuando en febrero cuatro de sus miembros agredieron a aficionados del Betis en un bar cercano al estadio o el radical que dirigió gritos racistas a Nico Williams el pasado mes de mayo con un megáfono. Este último, por cierto, fue expulsado de forma permanente del Metropolitano.
"La gente dice que son 3.000 pero, en realidad, los de verdad peligrosos no son ni 200. Y los capos de verdad no suelen venir nunca al fútbol. Hay cuatro que llevan un poco la voz cantante, el micro y esas cosas... pero lo que nos preocupan no suelen aparecer. Los capos de verdad ni siquiera entran al campo", explica a Relevo una fuente policial experta en antiviolencia ultra.
El Atlético de Madrid se defiende y no le falta razón en algún punto, porque los que tienen que actuar con más decisión son otros. "No somos policías, ni jueces ni nada de eso: cada vez que la Policía nos identifica a alguna persona que ha incumplido las normas, la expulsamos", aseguran fuentes autorizadas del club. No son muchos los expulsados, en realidad, porque los incidentes que se producen dentro de los estadios no suelen ser numerosos ni graves, pero sí que hay algunos casos de expulsión tras tener conocimiento por parte del club de actividades ilícitas o sanciones ocurridas en otros estadios. El código interno rojiblanco, además, permitirá a partir de ahora echar del Metropolitano a los que se cubran la cara imposibilitando su identificación.
¡Simeone pidiendo CALMA a la afición del Atleti!
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27 propuestas de sanción desde septiembre de 2022
"La sanción debe ser ejemplarizante", resumió ayer el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes. Lo mismo que la ministra encargada de Deportes, Pilar Alegría: "Habrá sanciones para los autores". Pero la realidad es que aunque Antiviolencia informe y proponga para sanción recurrentemente diversas situaciones dentro del Metropolitano, muchas veces la Delegación de Gobierno de Madrid no llega a concretarlas. Sólo en 2024 hay ocho, que van desde los 3.000 hasta los 60.000 euros con periodos de prohibición diversos para acceder de nuevo a recintos deportivos. Desde septiembre de 2022 son 27 las propuestas de sanción que salen de Antiviolencia por incidentes relacionados con aficionados del Atlético de Madrid. No hay un registro global de cuántas de estas propuestas alcanzan finalmente una sanción, y para conseguir llegar a una cifra hay que solicitar, expediente por expediente, a la Delegación de Gobierno de Madrid, las resoluciones.
Es decir: Antiviolencia no tiene la más mínima capacidad ejecutiva para sancionar a nadie y, en muchas ocasiones, sus sugerencias de sanción terminan olvidadas en un cajón, o recurridas interminablemente hasta que el propio sistema burocrático las termina desestimando. La Policía también, en ocasiones, no consigue respaldar lo suficiente sus denuncias y deja la pelota en el tejado del club, sabiendo que posiblemente en un juicio, ante cualquier castigo, perderían ante el juez. Otras veces se producen estas sanciones pero el Atlético de Madrid no recibe una comunicación oficial de lo que ha ocurrido, por lo que tampoco pueden ir "por la vía rápida" de aplicar su código interno y sancionar.
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Los jugadores del Atlético y el Cholo trataron de hablar con los aficionados que estaban en el sector desde el que se lanzaron objetos
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Sin relación... a medias
¿Dónde flojea el argumento del Atlético de Madrid? Pues en que la presencia del Frente sigue siendo evidente en la vida del club. Cada vez más con cuentagotas, es verdad, pero ahí están, aunque oficialmente las relaciones estén rotas. ¿Qué hacen los jugadores y el entrenador hablando con ellos y ovacionándolos, con lo que había pasado, al final del partido? ¿Por qué sigue siguen apareciendo sus símbolos en la grada de forma más o menos recurrente? De hecho, tras el derbi, la aparición documentada de una de estas pancartas va a ser un argumento difícil de discutir ante cualquier sanción que pueda decidir Competición contra ellos.
Eso y algún que otro encuentro desafortunado en el que sus caminos se van cruzando con el paso de los años: LaLiga denunció la tolerancia atlética cuando realizaron una estatua de Luis Aragonés, o monedas conmemorativas en 2019. El Frente fue el que promovió estas iniciativas y tuvieron acceso al estadio, entre otras cosas.
Es evidente que entre ese fondo, (al que siguen acudiendo de forma más o menos organizada los miembros del Frente) y la plantilla sigue existiendo una complicidad que no habla nada bien de la contundencia atlética, como club, por romper definitivamente con ellos. ¿No aparecen los Ultras Sur en el Bernabéu o los Boixos en el Camp Nou? Pues sí, sobre todo últimamente en Madrid y con algunos miembros de la conocida como Grada de Animación, pero la realidad es que tienen mucha menos presencia y casi siempre limitada a desplazamientos o a actividades fuera del estadio.
"No sé si es por un tema puramente físico, por amenazas o algo así (que creo que no), o por un tema de masa social y de animación en el estadio, pero mi impresión es que en el Atlético de Madrid todavía le tienen miedo al Frente Atlético. ¿Qué demonios pintan los jugadores aplaudiéndolos al final del partido?", sentencia un especialista en la lucha anti ultras con más 20 años de experiencia contrastada, consultado por este medio.
Nervios en la zona mixta y prisas a la Policía
En el Atlético son conscientes de que tienen un problema y se temen que las consecuencias serán, tal y como ha dicho a las claras el presidente del CSD, "ejemplarizantes". Es decir: un cierre completo del campo, no ya sólo de la grada afectada. Será el Comité de Competición el que decida, con las pruebas y las actas de delegados, árbitros y Policía.
Algunos directivos del club estuvieron nada más terminar el partido en la zona mixta de las entrevistas, con evidentes gestos de preocupación por la que se les venía encima. El punto que había conseguido Correa sobre el césped a última hora era lo de menos y no mitigaba el enfado por lo vivido antes. De hecho, estuvieron pidiendo un esfuerzo extra a la Policía para poder identificar a los que lanzaron los objetos lo antes posible y sancionarlos de acuerdo a su código interno. Lo normal era que ese trabajo se empezase al día siguiente pero, pocas horas después del pitido final, ya habían localizado a uno, que será expulsado de forma permanente. Y los van a localizar a todos, con el mismo castigo. En el club creen que serán más de 30 casos. Tienen todas las armas para conseguirlo: el circuito interno de cámaras del estadio hace inútil que alguien se cubra la cara para insultar o lanzar objetos. Su llegada a esa misma grada se puede monitorizar y retroceder hasta el momento en el que pasó su entrada al acceder al Metropolitano. Si es socio (lo habitual en esa zona) el Atlético dispondrá de sus datos de forma completa y sin lugar a ninguna duda. Y no volverá a causar problemas en la grada. Una contundencia, ahora sí, que en muchas otras ocasiones (sobre todo desde 2014) habría rebajado muchísimo el número de esos "apenas 200" que son los que de verdad suponen un problema para todos.
Los aficionados se los quieren quitar de encima
El fondo sur del Metropolitano es una zona muy diversa. Sólo con fijarse un poco en las imágenes del derbi se puede ver, a pocos metros de un energúmeno que lanza objetos a Courtois, a un padre con su hija de unos 10 años, o a una anciana que maldita la gracia que le hace verse en todas las televisiones al lado de un personaje encapuchado. Y, una vez más, es evidente que van a terminar pagando justos por pecadores.
"¿Qué quieres que te diga?¿ Que estamos en contra del Frente Atlético? Pues sí y no", explica a Relevo un socio de esa zona en concreto. "Dentro del Frente Atlético son 5.000 personas. ¿Que hay 200 desalmados? Pues sí. Pero, ¿qué hacemos con el resto si son gente normal? Como socio te puedo decir que lo de ayer no está bien. No está nada bien. No está bien que los profesionales, en este caso el portero, se gire ante la grada y provoque. Porque lo que pasa es que cuando provocas a un grupo de gente donde hay 200 bárbaros, pues los bárbaros se descontrolan. Pero eso lo saben los jugadores. Eso pasa en este estadio y en todos los estadios del mundo. Es responsabilidad de uno y de otros", asegura.
El Atlético de Madrid celebra el empate en el derbi con su afición #LALIGAenDAZN ⚽️ pic.twitter.com/4Lv61HgSFE
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"¿Estaríamos de acuerdo en que desaparecieran los 200 delincuentes? Sí, claro que sí. Pero, ¿quién te va a decir a eso que no? Si es que estamos hablando de 200 delincuentes. Claro, esa gente que desaparezca, pero no de este estadio, sino de cualquier sitio. Cuando se habla del Frente Atlético la gente se confunde. No son 5.000 delincuentes, son 200. Lo que pasa que la grada de animación abarca a 5.000 personas. Conozco a mucha gente que está en la grada de animación, que son personas normales y corrientes, que lo que quieren es ir allí a cantar, a saltar y lo que no quieren es ir a tirar ni un mechero ni nada. Pero es que esos 200 están, pero están en los otros estadios también", añade esta misma fuente.
El foco, de nuevo, lo pone en la presunta tolerancia del club con los que pueden y no pueden entrar: "En el Bernabéu dicen que han quitado a los Ultras Sur, pero también están. Están dentro todos, pero están repartidos. Y en el Camp Nou igual. Lo que pasa es que la gente no lo cuenta, están todos. Aquí el único problema es que en la grada de animación del Atleti, que se caracteriza por animar, se te cuelan esos 200. Eso es culpa del club, que ahí sí que se lo debería tomar muy en serio para intentar controlar a esos 200, pero no se puede generalizar con la grada de animación entera. El Frente Atlético no es ni peña. Es un colectivo de 4.000 personas donde todos no son delincuentes. Ahora cierran la grada de animación con una sanción. Los 4.000 que te digo que no tienen culpa... van a pagar. El club ahí debería tomar partido para que esas cosas no pasen.
El caso es que, al final, para hablar del Frente Atlético casi nadie quiere dar su nombre: "Hombre, vamos a ver, ¿quién no tiene miedo a 200 delincuentes? Es que son delincuentes. Es que no es cuestión de fútbol. Ayer había allí uno con una máscara. ¿Pero eso de quién es culpa? Del club que le ha dejado meter la máscara. Si encima a esos 200 el portero se vuelve y les da la cara y se ríe delante de ellos, es como darle una bomba al niño. No lo controlas. Si encima están mal de la cabeza no les piques porque entonces ya hacen lo que quieren", finaliza.