Los 10 minutos de aprendizaje del Real Madrid antes del derbi: "La hostia nos va a venir bien"
La alarmante bajada de tensión del equipo sentó mal a Ancelotti. El vestuario saca la parte positiva para llegar al Metropolitano en alerta.
El Real Madrid se marchó del partido contra el Alavés con un mal sabor de boca. Los últimos diez minutos, en los que el equipo cayó en la relajación y concedió dos goles que le complicaron la vida, sentaron realmente mal en el vestuario. Especialmente a Ancelotti, desesperado por la poca intensidad de los suyos e incrédulo por la bajada de nivel tan drástica después de unos muy buenos 80 minutos. En la caseta tratan de sacar la parte positiva a lo que pasó de cara al primer gran duelo de la temporada, el próximo domingo contra el Atlético en el Metropolitano (21:00 horas).
"Esta hostia nos va a venir bien a todos", comentaban miembros del vestuario blanco. Tanto cuerpo técnico como jugadores asumen su parte de culpa y miran al derbi en alerta. Cualquier momento de desconexión puede suponer perder ante el Atlético después de 39 jornadas seguidas sin hacerlo. Lo del Alavés fue un toque de atención en toda regla a un equipo que, tras los tropiezos en Mallorca y Las Palmas, necesita sumar de a tres.
El cuerpo técnico erró en los cambios. Con 3-0 en el marcador, Ancelotti decidió hacer varias sustituciones, entre ellas la de Valverde o Militao, futbolista insustituibles para el italiano pero a los que quería dar descanso. Sin embargo, lo que consiguió fue descolocar al equipo. Los que entraron no dieron la talla y el resto bajó un tono a nivel de intensidad. El susto fue tal que algunos desde el banquillo no querían ni mirar.
Los jugadores tampoco huyen de su culpa. Muchos de ellos se achicaron ante un Alavés que pareció multiplicarse. "Que nos sirva para aprender y para mejorar", comentaba Lucas Vázquez en zona mixta tras el encuentro. Vallejo, Modric o Güler no entraron al nivel que exigía el encuentro y estuvieron a punto de salir señalados. Especialmente el zaragozano, que todavía anda en la búsqueda de su mejor versión después de varios años sin sentirse futbolista.
Quien también se llevó un rapapolvo fue Endrick. El brasileño recibió un 'toque' por su patada sin balón a un jugador del Alavés. Mereció ser expulsado, pero el VAR no revisó la jugada y se libró. En el vestuario ya le han dicho que debe tener cuidado y no caer ante patadas o provocaciones rivales. Por suerte para él y para el Madrid, podrá jugar el derbi.
Una cita en el Metropolitano marcada en rojo en el vestuario del Real Madrid. Siempre lo está, pero esta temporada más si cabe. La última visita en Liga de los blancos a territorio atlético acabó con una dolorosísima derrota para los de Ancelotti (3-1) que, como pretende el italiano que suceda tras el choque contra el Alavés, se convirtió en un gran aprendizaje. Aquella tarde, comenzó a desmoronarse el rombo con el que el técnico pretendió en un principio acoplar a Bellingham, supo que en los partidos que exigían un punto más de energía no podía alinear a la vez a Kroos y Modric y comenzó a ajustar la defensa y la concentración. Hasta ese día hasta cuatro rivales se adelantaron en el marcador.
Desde aquella derrota en el Metropolitano, que también removió a más de uno en el palco, el Real Madrid se fue acomodando, se cambió el dibujo y arrancó una racha de 39 partidos sin perder que aún dura. El domingo, el Madrid visita el estadio atlético con la lección que le dejó el susto ante el Alavés y la intención de prolongar el buen camino en el campeonato.