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Negreira amenazó al Barça: "He vivido las irregularidades y puedo acreditarlas"

El vicepresidente del CTA envió un burofax a Bartomeu avisando de que contaría lo que sabe si no continuaban su relación contractual, según El Mundo.

Enríquez Negreira, en su etapa como árbitro./EFE
Enríquez Negreira, en su etapa como árbitro. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Enríquez Negreira, vicepresidente de los árbitros, envió un burofax a Josep María Bartomeu, tras la conclusión del vínculo contractual que mantenía el Barcelona con su empresa. Según ha desvelado El Mundo, ese escrito era rotundo y suponía, al menos bajo el testimonio del mandatario, una amenaza para la entidad: "Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los Juzgados lo que seguro acarreará conclusiones negativas".

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En el burofax, Enríquez Negreira advirtió al Barcelona que si dejaba de pagar, tal y como había sucedido, expondría públicamente la situación: "Daría publicidad a todas las irregularidades que he conocido y he vivido de primera mano en relación con el club". El envío recogía también un tono beligerante, con expresiones como que lo haría "sin miramientos".

La carta fue enviada el 5 de febrero de 2019, meses después de la última factura abonada por el Barcelona a la empresa Dasnil 95, propiedad del que fuera vicepresidente de los árbitros. Es decir, pasaron ocho meses desde el fin del vínculo contractual (o, al menos, el reconocido) hasta el burofax en el que exigía que el club continuase pagando por esos servicios de asesoramiento.

José María Enríquez Negreira mostró una profunda decepción con el Barcelona por la conclusión de la relación contractual, que, tal y como se ha filtrado en las últimas horas, llevaba vigente desde el año 2003 y había movido 4,7 millones de euros. En el escrito, el mandatario del Comité Técnico de Árbitros señalaba: "Mi sorpresa y decepción ha sido mayúscula. Después de todo este tiempo juntos me lo tomo como un insulto personal absolutamente injustificado".

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Llegar a los juzgados

Es entonces cuando Enríquez Negreira avisó al club con las posibles consecuencias de romper sus acuerdos comerciales. Así está expuesto en el documento al que ha tenido acceso en exclusiva El Mundo: "Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los juzgados, lo que seguro acarreará consecuencias negativas. Hasta ahora no he iniciado esas actuaciones para, justamente, evitar graves consecuencias, albergando la esperanza de llegar a un debido entendimiento en relación con mi pretensión. (...) No creo que otro escándalo favorezca al club. Hasta la fecha y habida cuenta de la reciprocidad en el trato recibido por usted, el resto de hoy ex presidentes y el club, he considerado que me debía al respeto y decoro recibido".

Continúa: "Su actual actuación hacia mí, con el agravio y perjuicio que ello me conlleva, lamentablemente, me libera de tal autoimpuesta obligación". Y cierra: "El club se ha permitido pisotear impunemente mis intereses y derechos". No obstante, Enríquez Negreira hizo énfasis en su intención de no dar visibilidad pública al asunto, siempre y cuando se produjera un acuerdo entre las partes.

Esta posibilidad también está recogida de forma precisa en el burofax enviado a Bartomeu: "A pesar de ello, y pese a estar en mi derecho de poner en conocimiento de la autoridad de forma pública todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y con los anteriores presidentes, no quiero dejar pasar la oportunidad de llegar a un acuerdo justo para ambas partes".

Y llega el aviso final: "Usted (Bartomeu) me obligará a dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial".

¿Y ahora qué?

Pese a que Enríquez Negreira habla de "irregularidades", a lo largo del burofax en ningún caso menciona que el Barcelona hubiera comprado a los árbitros, ni tampoco que el acuerdo comercial entre ambos fuera más allá de un simple servicio de asesoramiento entre el club y la empresa. Si bien no es suficiente para establecer conclusiones, aquí una de las claves del escrito remitido por el vicepresidente del CTA a Josep María Bartomeu: "Mi trabajo y servicios prestados para ustedes ha sido intachable, ni la CNA ni la RFEF pueden ni podrán reprocharme nada en este sentido".

Dicho de otra forma, Enríquez Negreira considera (o, al menos, eso comunica a Bartomeu) que su labor no acarrea ningún problema profesional sobre su figura y que la propia Federación no podría acusarle de ningún hecho delictivo. De hecho, sería uno de los principales motivos por los que puede lanzar, de forma rotunda, tal aviso. Aun así, remarcó: "Quedo a la espera de que me convoque en tal sentido con carácter urgente. Caso contrario, entenderé que usted no sólo me obliga sino que me provoca para hacer cuanto esté en mi mano en defensa de mis intereses, sin miramientos". Bartomeu evitó cualquier contacto, mientras, siempre según El Mundo, el dueño de Dasnil 95 continuaba insistiendo a través de mensajes y llamadas telefónicas.