Ni Montjuic se escabulle de la "mini crisis" del Barça durante el mes de noviembre
Las Palmas gana 53 años después en la Ciudad Condal y rompe la racha de victorias como local del equipo dirigido por Hansi Flick.
Los últimos resultados ligueros han detenido en seco la evolución ascendente del equipo de Hansi Flick y han invocado la primera "mini crisis" del alemán en el club culé. El año pasado plagado de una constante incertidumbre y malos resultados inundó en desidia la asistencia del público al Lluís Companys. El ambiente en las butacas acontecía sombrío y despoblado, alguna que otra vez. No acompañaba ni el juego, ni la ansiedad que se palpaba desde los banquillos y se contagiada al césped. En cambio, la llegada del técnico teutón a Can Barça ha reconducido la situación. Ha generado expectación y jolgorio. Y el Estadio Olímpico de Montjuic había sido intocable convirtiéndose en un fortín inexpugnable en este inicio de curso.
La "táctica Flick" basada en presionar con una línea defensiva alta, robar, correr, ser verticales e incisivos en el área rival sonrojaba con contundencia y goles a todos los equipos. Pero, los primeros atisbos de cautela y relajación empezaron a asomar la cabeza en las últimas jornadas. Real Sociedad y Celta de Vigo lograron neutralizar el embudo culé cosechando una victoria y un empate, respectivamente. La pizarra de los entrenadores de los clubes norteños mezcladas con una desconexión eventual, un exceso de confianza y la ausencia de Lamine Yamal por lesión generaron una pérdida de cuatro puntos en LaLiga y las primeras dudas sobre la metodología rondaron las portadas. ¿Se está descifrando la receta secreta?
Los datos continúan reforzando la apuesta del técnico alemán por su sistema de juego destructor de maleficios, como la racha de derrotas que cosechaba contra el Bayern de Múnich, y estadísticas, como la de encadenar por primera vez en la Champions League cuatro partidos ganando por tres goles o más. Sin embargo, esa sensación de valentía, dominio y explosividad sobresaliente parece estar diluyéndose entorpeciendo el acierto de cara a portería y abriendo la puerta de la meta de Iñaki Peña. El Barcelona, que acumulaba victoria tras victoria, ha transformado una película de fantasía en una de suspense durante el mes de noviembre. Se ha producido una parada en el camino.
Una de las bases del éxito se estaba fraguando en Montjuic. No cedían ni un palmo de terreno. Era una fortaleza inexpugnable. El dato era del 100% de efectividad en el Lluís Companys. Este año jugando con la casaca de local no conocían la derrota, ni el empate. Ocho triunfos en ocho partidos. El hogar temporal de los blaugranas se consolidaba como la zona segura libre de peligro. Pero, nada es para siempre. Una renacida UD Las Palmas liderada por Diego Martínez irrumpió con fuerza en el día de celebración del 125º aniversario para apagar las luces festivas y proferirle al Barcelona su primera derrota en el estadio olímpico en esta campaña.
El entrenador del conjunto canario le tiene pillada la medida a los culés. Lo demostró en el pasado con el Granada y lo hace a día de hoy con Las Palmas. Regresó a la Ciudad Condal y se marchó con un marcador positivo (1-2), igual que en el 2020. Ahondó en la herida que se produjo en el Reale Arena y prosiguió en Vigo. Los goles de Sandro Ramírez y Fabio Silva rompieron la impoluta eficacia blaugrana como local en Montjuic desde agosto y fabricaron un recuerdo inolvidable para los isleños ganándole al Barça como visitantes 53 años después. En palabras para Relevo del propio técnico al finalizar el choque: "Es un día histórico".
El inicio de la actual campaña augura una más que posible presencia del Barcelona en las instancias finales de abril y mayo con un papel protagonista y con opciones de todo. Aunque para ello, deben erradicar los apagones de rendimiento sufridos en Donostia, Balaídos o contra los canarios y replicar las cifras que estaban generando. En los primeros doce partidos, sobrepasaron la barrera de los cuarenta goles a favor, concedieron once y sólo perdieron un partido en el Sadar con una amplía rotación en el once titular.
De los cuatro partidos de LaLiga disputados en el mes de noviembre, sólo agarraron los tres puntos una vez: contra el Espanyol. El resto fueron dos derrotas (Real Sociedad y Las Palmas) y un empate ante el Celta. Han perdido ocho puntos provocando que Madrid y Atlético estén al acecho del liderato. Eso sí, en Champions desde el partido contra el Mónaco no se han tambaleado. Hace escasos días, le endosaron un 3-0 al Brest que atendía la llamada de una engañosa reaparición desplazando las dudas hacia otro lado. Pareció ser un espejismo, ya que ante los canarios se pudo apreciar otra vez una falta de compenetración en la presión alta y desorientación ocupando los espacios para atacar eficazmente.
Además, el juego explosivo y atractivo de los jugadores se había traducido en una mejora considerable en los datos de asistencia a Montjuic con respecto a la etapa de Xavi Hernández en el Lluís Companys. El choque con menor presencia de aficionados se registró en 43.921 contra Las Palmas el día del 125º aniversario del club. El curso anterior costaba, incluso, alcanzar esos números en encuentros más llamativos como el Sevilla o Athletic Club. Y este año, el que recibió a más gente fue contra el Bayern con 50.312 superando la mejor marca de la temporada 23/24. Al final, la fortaleza y presión de las gradas como local, es fundamental para aspirar a todo.