Rubén Ayala: "Yo aquí me siento una figura, en Argentina no"

Cuando esta noche el balón eche a rodar, en el Metropolitano, los seguidores más veteranos del Atlético de Madrid no podrán evitar recordar aquel partido que hace 49 años enfrentó a los rojiblancos con el mismo rival, el Celtic de Glasgow. En el palco estará uno de los protagonistas de aquel choque que posibilitó que el Atleti disputase su primera final de una Copa de Europa y que un año después, le permitiese conquistar la Intercontinental.

Hablamos de la leyenda atlética, Rubén 'Ratón' Ayala (Humboldt, Santa Fe, 8 de enero de 1950), el mítico delantero argentino que había llegado un año antes al club y que tuvo que vivir aquel partido también desde la grada (había sido expulsado en la "Batalla de Glasgow" en el encuentro de ida). Casi medio siglo después vuelve con su familia a Madrid para ver a su Atleti, reunirse con una afición que aun sigue coreando su nombre, recibir un homenaje de la Asociación 'Los 50', en conmemoración de la garra y el coraje con el que defendió los colores rojiblancos y encontrar un hueco para hablar con Relevo del Atleti de ayer y de siempre.

(Ríe) Viene porque siendo niño me rompieron el diente con un tirachinas. Estuve así como 10 ó 15 años hasta que un dentista me lo arregló y me dijo que había sido un honor ponerle el diente al Ratón Ayala.

Siento muchísimo cariño. Mi relación con la afición del Atlético de Madrid es especial. Yo aquí me siento un auténtico figura. En el otro lado, en Argentina donde también jugué muchos años, no me siento una figura como aquí.

Para mí todos estos compañeros fueron grandes figuras. Aquel enfrentamiento contra el Celtic fue inolvidable. Nos enfrentamos hasta con los policías, tuvimos que llegar escoltados al hotel y al día siguiente en el aeropuerto nos arrojaban los pasaportes. Es algo impensable en el fútbol de hoy.

Sí, así es. Son cosas de la vida. En el 74 no pude participar en el partido de vuelta, pero siempre he pensado que aquella segunda tarjeta amarilla no era para mí, pero me dejó fuera del campo y sin poder estar con mis compañeros.

Son equipos distintos. El de ahora juega más por las bandas, va a buscar la pelota, los laterales se suman al ataque… Aunque el otro día con Las Palmas no me gustó mucho, la verdad.

También son distintos, para el momento actual y el fútbol actual me parece mejor el Cholo. Mucho mejor.

El fútbol era muy diferente. La óptica y la visión era muy diferente. Hoy no se le pega al balón como en aquel entonces y los lances son muy distintos.

Salí contento con el salario de aquel entonces. No me quejo. Gané mucho dinero.

Me permiten compartir muchas cosas con la afición, los partidos, comentarios, opiniones sobre la ética del fútbol. Son todo cosas que me emocionan.

Las aficiones son parte de los clubs y de sus vidas. Deben formar parte de todas las deliberaciones y decisiones.

No conozco la inteligencia artificial, pero le contestaría que tuviesen mucha inteligencia, mucha eficacia y toda la libertad que puedan tener para disfrutar del fútbol.

Mucha emoción, mucha grandeza, muchísima ilusión. De verdad pienso que no merezco todo esto. Es un regalo que la vida me da.

Minutos después de esta entrevista, Rubén Ayala se dirigió emocionado al acto de homenaje y reconocimiento que le ha brindado la asociación rojiblanca 'Los 50' y que congregó en el Centro Dotacional Integrado Arganzuela a decenas de seguidores.

Junto a él en el escenario, futbolistas de la talla de Ovejero, Adelardo, su inseparable compañero el Cacho Heredia arroparon a Ayala en este entrañable acto conducido por Juan Luis Cano. Sus compañeros le recordaron su afición por la peluquería "a la que no había ningún día que dejase de ir" hasta que "se cortó su melena a los 50 años". Entre sus futbolistas favoritos, el Ratón citó a Correa, Griezmann o De Paul.

Los míticos futbolistas rememoraron momentos de su empate en la Batalla de Glasgow y la consecución posterior de la Intercontinental. En un emotivo acto, han recordado a figuras del Celtic como Kenny Dalglish y Johnstone, que según el Cacho fue el causante de toda esa tensión. Entre murmullos de asentimiento del público, los jugadores recordaron cómo el jugador estaba "escocido" con los argentinos por una derrota anterior (cuando Racing Club apeló al Celtic de la Intercontinental en la también la conocida como Batalla de Montevideo).