ATLÉTICO DE MADRID

El espíritu de Juan Carlos Arteche: "No pasa nada por perder, pero con las botas puestas"

El ciclo 'Coraje y Corazón', de Los 50, rindió tributo a su figura. Acudieron más de una veintena de exjugadores rojiblancos.

Los veteranos del Atlético, la mujer de Arteche y sus tres hijas se hicieron una foto al final del homenaje. ATLÉTICO
José Luis Guerrero

José Luis Guerrero

"Me acuerdo la primera vez que hice una pretemporada y aparecí con una camiseta un poco diferente. Fue entonces cuando Arteche me cogió por banda: '¿Tú quién te has creído que eres? No, mira te voy a explicar lo que es el Atlético de Madrid. Esto es así, déjate de pinturitas o de presumir de más dinero que nadie. Hazme caso, esto es el Atlético de Madrid", recordaba Pedro Pablo, actual delegado del primer equipo y exjugador del conjunto rojiblanco. Juan Carlos Arteche jugó 421 partidos en el Atlético y marcó 28 goles, entre 1978 y 1989. Puro coraje y corazón. Puro Atlético de Madrid. Representaba ese espíritu de lucha permanente y hacerse grande ante las dificultades. Un espíritu al que podría aferrarse el actual Atlético, que vive un momento de crisis tras la eliminación en Europa. La III edición de las conferencias 'Coraje y Corazón', organizado por la peña Los 50, juntó a más de 20 exjugadores del Atlético para rendir tributo a la leyenda rojiblanca, que falleció hace 12 años como consecuencia de un cáncer. "Nuestro padre nos decía que no pasa nada por perder, pero siempre con las botas puestas", añadió en la recta final una de sus tres hijas, María.

"Nos llamaban 'Comando Madrid' entre otras muchas cosas"

ANDONI GOIKOETXEA
Juan Carlos Arteche, en la temporada 1979-80.  EFE
Juan Carlos Arteche, en la temporada 1979-80. EFE

Duro, pero noble. Así es como le recuerdan sus antiguos compañeros. "La culpa de que tenga manía al Madrid fue por él", explicaba un emocionado Futre. "No sería tan malo ni bruto cuando fue titular 10 años titular", recordaba Juan Carlos Pedraza. "Nos llamaban Comando Madrid entre otras muchas cosas", aseguraba con una sonrisa Andoni Goikoetxea. "Era un pedazo de pan", apuntaba el 'nano' Marina. "No se crio en la cantera atlética, pero nos dimos cuenta de que era uno de los nuestros", subrayaba Miguel Ángel Ruiz. "Todo lo duro que fue en el campo, nunca lo reflejó fuera de él", subrayaba Quique Setién. "Me acuerdo de las partidas interminables al tute con Angelín y Cachas, en las concentraciones de El Escorial", señalaba Landaburu. "Me acuerdo en un córner que a Juan Carlos le abren la ceja. Se va a por el árbitro y le dice: '¿Ves? A mí también me pegan", rememoraba Clemente Villaverde. "Fue una persona maravillosa. Le faltaba un poco de tranquilidad", bromeaba Luís Pereira. "Mi mayor sorpresa al llegar al Atleti es que Leivinha me decía que se llevó la mayor alegría de su vida porque el club había fichado a Arteche, que el año anterior le cosió a patadas", comentaba Pepe Navarro. "Conocí a un gladiador en España", aseguraba el Pato Fillol.

El apodo de 'rape'

Los aficionados colchoneros le llamaban cariñosamente Artechenbauer, pero en el vestuario nadie le llamaba Arteche ni Juan Carlos. Era el 'rape'. ¿Por qué? "Por lo que habían dicho los mayores, que tenía la piel muy dura. Arteche era muy querido y una muestra es lo que estamos viendo hoy aquí, con todos los exjugadores que han venido. Cuando la gente no es querida, se hacen los lorenzos", detallaba Juan Carlos Pedraza. Miguel Ángel Ruiz destacó un partido inolvidable, contra el Betis, el 6 de noviembre de 1983, en el que el Atlético ganó 4-3: "Fue una manifestación de superarse ante la adversidad. Ahí se rompió el menisco. Hizo la heroicidad de marcar los dos goles en el fondo Sur y salió en camilla".

Derbi entre el Atlético y el Real Madrid, con Arteche y Gordillo peleando por un balón, el 7 de noviembre de 1987.  LUIS RAMÍREZ
Derbi entre el Atlético y el Real Madrid, con Arteche y Gordillo peleando por un balón, el 7 de noviembre de 1987. LUIS RAMÍREZ

Su mujer, Rosa López Mateos, reconoció que llevaba mal la fama de leñero que le pusieron a su marido. "Estoy marcado, tendré que irme a jugar a otro país", se veía en un titular de prensa reproducido en el centro cultural Eduardo Úrculo en Madrid. Era un fútbol de otros tiempos. Llegó con 21 años del Racing después de que el Atlético acabase de ganar la Liga. Con su primera prima, por una victoria con el Racing en Baracaldo, compró una lavadora a su madre, que "siempre la llamó la baracaldesa". En 11 años en el Atlético ganó una Copa del Rey y una Supercopa. En 1988, una larga disputa con Jesús Gil y Gil, entonces presidente del Atlético, en la mayoría de las ocasiones por salir en defensa de sus compañeros en el equipo rojiblanco terminó con él fuera del Atlético de Madrid y en los tribunales: "Lo vivió mal. Le salían canas cada día. No dormía", verbalizaba Rosa. Era un Atleti muy distinto al actual, lleno de canteranos y con muchas dificultades económicas. "Pasamos años difíciles. Para poder cobrar al final de temporada, nos daban unas letras de cambio", desgranaba Clemente Villaverde.

"Cuando los defensas contrarios me decían: 'Te vamos a matar'. Yo respondía: 'Sí, genial. Pero primero tenéis que matar a Arteche"

PAULO FUTRE

"Estábamos en una época de crisis, con Clemente en el banquillo, y el 'rape' tomó la palabra todo serio. El ambiente era difícil: 'Y esto no puede ser porque al final todo queda en agua de rodajas'. Nos miramos todos y nos empezamos a descojonar. ¡Agua de borrajas, no de rodajas! Nos quería matar...", contaba con chanza Pedraza. Paulo Futre llegó al Atlético siendo un niño de 22 años y con una enorme responsabilidad. Era uno de los dos extranjeros del equipo y Gil le nombró capitán. "Me trato con un cariño excepcional. Me llamaba niño todo el rato. Cuando los defensas contrarios me decían: 'Te vamos a matar'. Yo me reía y decía: 'Sí, genial. Pero primero vais a tener que matar a Arteche'. Daba siempre la cara por ti. Me decía que había que sudar en todos los partidos, pero contra el Madrid… ¡había que sudar sangre! Me acuerdo de un derbi en el Bernabéu, ganamos 0-4 y tardamos un montón en salir del estadio. No sé por qué. Pero Arteche estaba en el autobús y decía que era el día más feliz de su vida", recordó el portugués, que desató las risas del auditorio.

Carácter, compañerismo y lealtad. Eso era lo que representaba Juan Carlos Arteche. Marina, que además fue su compañero de golf en los últimos años, mostró el buen carácter de su excompañero, que sabía encajar las bromas. "Me acuerdo cuando iban a empezar los partidos y venían a inflar los balones con el árbitro y venía Arteche. '¿Tú para que vienes?', le decía. Y me decía: 'Nano, te voy a matar'. Luego él se quedaba siempre al final de los entrenamientos para mejorar el toque de balón. Estuvimos 10 años con el Adidas y justo nos lo cambiaron un día. Le dije: 'Joder, con lo que te ha costado pillar el tacto, ahora te lo cambian, eh". Y él y su 'Nano, te mato'. Le he querido mucho, es como un hermano mayor".

El eterno '4' era pura entrega. "Entrenábamos más como atletas que como futbolistas. Recuerdo las pretemporadas en la Casa de Campo. A él le costaba mucho trabajo la carrera continua, pero estaba siempre el primero del grupo", señalaba Ruiz. El periodista Rafa Recio ilustraba la cercanía de este jugador irrepetible. "Me acuerdo que uno de los primeros días acababa un entrenamiento y estábamos Enrique Ortego, Juan Manuel Gozalo y yo. Nos decía que si podíamos ir a un sitio a comer. Empezamos a comer lentejas a las 21:00 horas y acabamos a las 3 de la mañana. Luego, en el año 86 a mí me dio una pericarditas, y el 12 de octubre de aquel año yo estaba en la UVI. El Atleti ganó 2-1 al Zaragoza en el Calderón y a la media hora de terminar el partido aparecieron por la UVI, el cura, Carlos Peña y Arteche". El recuerdo a su figura acabó con el público cantando espontáneamente el himno del Metropolitano. Sus nietos, sus hijas, su mujer y todos sus amigos no le olvidan. Desde el tercer anfiteatro, al 'rape' seguro que se le saltó una lagrimita...