Mondo Duplantis, el año en el que un pertiguista se convirtió en una mina de oro del deporte mundial
El atleta que representa a Suecia ha alcanzado cotas de fama inimaginables a raíz de su portentosa actuación en los Juegos de París.
A Armand Duplantis no le cambió la vida un salto, porque lo suyo no es una actuación puntual, sino una dictadura como pocas se recuerdan en el mundo del deporte. El pertiguista de 25 años compite desde hace un lustro contra sí mismo y contra la historia. A 'Mondo' Duplantis le cambió la vida un escenario. "Ha sido como la noche y el día", resumía.
El 5 de agosto de 2024 en el Stade de France de París, el atleta de Luisiana (Estados Unidos) que compite por Suecia (país de su madre Helena) se globalizó ante la mirada del mundo. Ni era su primer récord ni sería el último, pero hacerlo el día en el que todos los focos le alumbraban le propulsó a la fama. Su carácter extrovertido, su imagen y su conexión con las nuevas generaciones hicieron el resto. Duplantis era la golosina que todas las marcas deseaban.
Puma y Red Bull lo vieron venir desde hace tiempo y apostaron por el hijo de Greg Duplantis, un pertiguista americano que, pese a sus extraordinarias condiciones, jamás logró acudir a unos Juegos, víctima de la crueldad del sistema de selección de los trials americanos. Ese fue uno de los motivos por los que Mondo eligió Suecia, país al que ha consagrado una trayectoria sinigual en la disciplina, superando a su progenitor a las primeras de cambio y dejando atrás al icónico Sergey Bubka, el otro gran dictador de la historia de la pértiga.
Todo empezó en 2015, año en el que Duplantis venció en el Mundial sub 18 de Cali (Colombia) con una marca de 5.30. En 2018 pasó una altura de 6.05 m para firmar su primer oro continental en Berlín. En 2020 en Torun (Polonia) llegó su primer récord del mundo (6.17 m), destronando a su amigo e ídolo Renaud Lavillenie. Ese mismo año consiguió el oro olímpico en Tokio. Por eso su actuación en París no sorprendió a nadie en el atletismo, pero sí al pueblo, en permanente fuera de juego en cultura polideportiva.
Los pertiguistas forman una ciudad-Estado dentro del mundo del atletismo. Un grupo de amigos que se animan entre ellos, habituados a compartir aventuras y disgustos en sus viajes con las pértigas, muchas horas de competición y la gloria y los sinsabores de una modalidad de una exigencia extrema. Que un miembro de ese círculo de especialistas salte a la fama es algo extraordinario, a diferencia de la popular recta de celebrities de los 100 m.
Duplantis, a raíz de los Juegos de París, mira a la cara en ingresos a esos grandes velocistas de los últimos años y también a muchos futbolistas. Diferentes publicaciones especializadas cifran sus ganancias netas en torno a los cinco millones de dólares anuales, con sus contratos con Puma y Red Bull como principales fuentes de ingresos; pero la confidencialidad de sus acuerdos hace más complejo el cálculo. Tras los Juegos, el reto en los 100 metros lisos contra el vallista noruego Kartsen Warholm, del que salió ganador el sueco, contribuyó a dar a sus patrocinadores una visibilidad sobresaliente y un retorno acorde a sus inversiones.
Pero a Duplantis también le salen rentables las competiciones. Además de una cantidad fija por competir en las diferentes estaciones de la Diamond League y de los acuerdos con Suecia, donde se organiza la Mondo Classic (próxima edición, el 13 de marzo de 2025), están los bonus. Cada vez que bate un récord del mundo (el último en Silesia el 25 de agosto, dejando el listón en 6.26 metros) se embolsa 100.000 dólares.
Todo suma en una cuenta de resultados cada vez más jugosa. El único pero, que el astro rey del atletismo no podrá estar en la flamante Superliga, el Grand Slam Track de Michael Johnson, porque es una competición de nuevo cuño concebida solo para corredores. Este punto ha desatado las críticas de leyendas del deporte como el británico Jonathan Edwards, todavía poseedor del récord del mundo de triple salto al que aspira el español Jordan Díaz.
Duplantis, a diferencia de Jakob Ingebrigtsen, otro de los nombres propios del atletismo, desconecta en vacaciones cuatro semanas de manera radical. Un tiempo en el que no quiere saber nada de la pértiga. Este año, pasados los Juegos, el récord en Silesia (Polonia), el reto con Warholm y la final de la Diamond League, se ha tomado incluso una licencia mayor, tras finalizar la temporada con problemas en los isquiotibiales. "Sólo garantizo estar en mi competición en Suecia y en la competición de Lavillenie en Francia, el resto del calendario lo iremos viendo", decía justo antes de vacaciones.
En sus semanas de desconexión se le ha visto en Milán, en una cita del cuadro rossoneri; en la Fórmula 1, en el Gran Premio de Austin; y en eventos de béisbol (su otra gran pasión) y fútbol americano. Los escenarios variaban, pero no su compañera de viaje: su prometida, la modelo sueca Desire Inglander, de 23 años. En las fechas en las que cumplía un cuarto de siglo, Mondo ha recibido su mejor regalo: el sí quiero de Inglander. Una respuesta llevada a la portada de la icónica revista Vogue en un reportaje pactado. Una foto que resume el otro salto de Duplantis. El atleta que trascendió a su deporte y se convirtió en una mina de oro para las marcas.