La cara oculta de los brutales 100 metros de Mondo Duplantis que le habrían dado el podio en España es su madre Helena
El plusmarquista mundial de pértiga firmó en un reto en Zúrich un crono de 10.37, con el que habría sido tercero en el último campeonato español.
Muchos aficionados ajenos al atletismo se sorprendieron este miércoles al ver a Mondo Duplantis, la estrella mundial del salto con pértiga, firmar en los 100 metros una marca de 10.37 segundos en un reto en la Diamond League de Zúrich. En el mismo, el atleta de Luisiana (EEUU) que representa a Suecia (el país de su madre) vencía al rey de los 400 m vallas, el noruego Karsten Warholm (10.47 su registro en el desafío).
Armand Duplantis, empeñado en batir su propio récord mundial del salto con pértiga centímetro a centímetro, para gloria de mítines varios y maximizar sus emolumentos, no ha llegado ni de lejos a su techo en una disciplina cuya pasión heredó de su padre Greg. Su progenitor marcó su vida en muchos aspectos y fue clave en la decisión de que Mondo compitiese por Suecia.
Lo que poca gente sabe es que el verdadero cerebro detrás de la planificación física de Mondo es su madre Helena, exheptatleta que llegó a EE. UU. con una beca, país en el que conoció a su actual marido. "Es una estudiosa, lo lleva todo al detalle", reconocía Greg Duplantis en el podcast One more jump, dando el crédito que merece a su esposa, un apoyo vital para Mondo dentro y fuera del tartán.
🇸🇪 Duplantis gana a 🇳🇴 Warlholm en el reto de 100 metros de Zurich con 10.37" pic.twitter.com/ADzdrrrsBP
— José Manuel Amorós (@AmorosCuatro) September 4, 2024
Mientras que Greg se encarga de los aspectos más relacionados con el salto con pértiga, Helena se enfoca más en la preparación general del deportista, algo en lo que Mondo es diferente a todos, incluso a su padre. Los pertiguistas, incluido Greg Duplantis, han tratado a lo largo de las últimas décadas de esculpir un físico similar al de la leyenda ucraniana Sergey Bubka; pero Mondo Duplantis, más espigado, menos hipertrofiado, cambió la historia. "Es un poco lo que pasó con la irrupción de Usain Bolt en los 100 metros, una prueba acostumbrada a hombres más musculados", dicen desde su entorno.
Su padre reconocía hace unos meses un axioma que pocos se atreven a verbalizar en la disciplina: "Las pesas están sobrevaloradas". Su argumento era tajante: poner una gran cantidad de músculo en unos lugares, que en algún caso no se necesitan en el salto con pértiga, es una carga más a la hora de rendir en competición. Si bien matizó que hay que hacer gimnasio en su justa medida, la disertación cobra más fuerza en un hombre fornido como Greg, que todavía se faja en el gimnasio a los 62 años.
A Mondo (al que le apasionaba también el béisbol desde niño) no le gustaba nada el tema de las pesas y prefería trabajar todo el tiempo su carrera y hacer ejercicios con su propio peso. Poco a poco, se ha ido adaptando y transigiendo con las sesiones de gimnasio y ha ido ganando volumen. Lo que no ha perdido es velocidad, la principal cualidad que le hace ser el elegido entre los mejores pertiguistas de la historia.
Montxu Miranda, el plusmarquista español del salto con pértiga lo explicaba antes de la final olímpica, en Relevo. "Mondo entra al cajetín con muchísima más velocidad que cualquier otro pertiguista del mundo y eso le permite coger pértigas más duras. Creo que le han llegado a medir en la batida 10.30 metros por segundo, que es una barbaridad. Bubka llegaba a entrar a 9.90 o a 10 m/s, como mucho", comentaba. El propio Greg Duplantis, pese a tener un físico similar al de Bubka, llegó a sobrepasar los 10 m/s en algún salto, según el testimonio del americano.
Mondo ha logrado escribir la historia de la pértiga sin ser el mejor técnicamente. "El paradigma es Bubka", reconocía Miranda antes de compartir el margen de mejora que todavía tiene Duplantis. "En la zona de la clavada, justo cuando clavas la pértiga en el cajetín y despegas, tienes que batir desde una zona concreta. Ni antes ni después, ni lejos ni cerca. Y él bate un poquito cerca, lo que se dice en el argot es que 'salta un poco metido', respecto al sitio ideal. Eso le hace que la pértiga no pueda transmitir todo lo que podría si lo hiciese de manera ideal", analizaba.
Los principales actores de la película de su vida se dieron cita en Suiza para ver el reto entre Duplantis y Warholm. Allí estaba su novia, su padre Greg, su madre Helena, su ídolo y amigo Renaud Lavillenie. El pertiguista francés fue el único personaje de su entorno que tomó la palabra en el show. Sus padres, conocedores de los códigos del atletismo, prefirieron quedarse en un segundo plano en un escenario que conjugó un reto ingenioso y fructífero para la difusión del atletismo con excentricidades innecesarias (ver al entrenador de Warholm disfrazado de vikingo fue una de ellas).
🇸🇪 Duplantis reta a 🇺🇸 Sydney McLaughlin a un 400 metros en la #DLBrussels pic.twitter.com/cbg4kCz1Yh
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El foco principal volvió a ser para Mondo, un atleta con un carisma extraordinario que brilló en el reto de forma sobresaliente, con un 10.37 que hubiese valido un podio en el último Campeonato de España en junio en La Nucía (Abel Jordán hizo 10.19; Ricardo Sánchez, 10.31; y Bernat Canet, 10.44), sabedores de que son circunstancias muy diferentes. Lo que es seguro es que la única palabra que entiende Duplantis, competitivo hasta la saciedad, sigue siendo la de ganar. Lo volvió a demostrar en el teatro de Zúrich desde los tacos, con una salida descomunal. El próximo desafío puede ser un 400 m con la referente estadounidense Sydney McLaughlin, saltar 6.35 en pértiga o comerse 300 perritos calientes. Mondo vencerá, como siempre, con la mejor de sus sonrisas.