WIMBLEDON

La historia tras las lágrimas de Ferrero y su abrazo a Alcaraz de ocho segundos: "La emoción le desbordó"

El entrenador de Alcaraz rompió a llorar mientras abrazaba a su pupilo en el palco de la pista central de Wimbledon.

La historia tras las lágrimas de Ferrero y su abrazo a Alcaraz de ocho segundos: «La emoción le desbordó»
Nacho Encabo

Nacho Encabo

La derecha de Novak Djokovic se queda en la red y Carlos Alcaraz se desploma sobre la hierba de Wimbledon. Es campeón. Se lleva las manos a la cara, incrédulo, recibe la felicitación del serbio en la red, saluda al árbitro, golpea una pelota de tenis hacia la grada y escala hasta el palco de su equipo en la pista central. Hay más de diez personas, entre ellas sus padres y sus tres hermanos, pero el primer abrazo, el más largo y más emotivo, no es para ellos.

Es para Juanki, su sombra, el hombre que le ha moldeado desde los 15 años, un exnúmero uno y campeón de Roland Garros que descartó ofertas para entrenar a varios jugadores top para embarcarse en una aventura.Juan Carlos Ferrero dijo no a viajar a los mejores torneos del mundo acompañando a tenistas como Dominic Thiem o Juan Martín del Potroy eligió subirse a un coche y recorrer los torneos juveniles de España con un chico de Murcia que prometía mucho pero que era eso, una promesa. Ferrero arriesgó y creyó. El tiempo le ha dado la razón.

Esos ocho segundos de abrazo y esas lágrimas derramadas dicen muchísimo. Hablan de la relación que les une y del equipo que forman. "Unas lágrimas siempre se sueltan, pero es que ayer rompió a llorar porque para nosotros es un partido para recordar toda la vida", cuenta a Relevo Antonio Martínez-Cascales, el entrenador de toda la vida de Ferrero y consejero ahora de Alcaraz. 

Martínez-Cascales estuvo el domingo en el palco de Alcaraz y vivió toda la final en el asiento de atrás de Ferrero. "Fue un día histórico para nosotros por varios motivos. Estábamos en la pista más emblemática del tenis, en la final, contra el mejor rival posible, un jugador que llevaba cuatro títulos seguidos y que no perdía en esa pista desde 2013...", continúa el fundador de la Academia Ferrero-Equelite. Él, uno de los que mejor conocen a Ferrero, asegura que pocas veces le había visto tan nervioso. "Pero es que la presión y la exigencia era altísima y la emoción le desbordó. Las lágrimas le ayudaron a liberar la tensión".

La distancia con la familia

En ese abrazo, en esa emoción, habla del hito conseguido, pero también de todo el sacrificio que hay detrás. De las horas interminables de entrenamientos, de los viajes por medio mundo, de las charlas, de las lágrimas y de las alegrías.

Ferrero, ya vestido de smoking para la gala de campeones, volvió a ver la foto del abrazo ante los micrófonos de la Cadena Cope. Y se acordó de su familia, de su mujer, sus tres hijos y todas las semanas que pasa al año lejos de ellas.

"En esa foto veo mucha emoción, hay mucho trabajo detrás. Mucha gente ve solo este triunfo, pero detrás hay muchas horas invertidas, muchas horas fuera de casa, Ganando de esta manera todo se lleva un poquito mejor pero que todo cuesta mucho", dijo emocionadísimo Ferrero. Los ojos rojos y corazón partido entre Wimbledon y su casa. Pero él tiene claro que el sacrificio vale la pena: "Espero que me haga llorar muchas veces".