US OPEN

El parcial inexplicable que fundió a negro a Paula Badosa: "Me he hecho muy pequeña, quería irme de la pista"

La española estuvo 5-1 y 15-0 en el segundo set, pero acabó entregando ese parcial por 7-5. "Cuando estás tan mal, te quieres ir porque te haces una hormiga", dice.

Paula Badosa, durante su partido de octavos de final del US Open 2024 ante Emma Navarro. /AFP
Paula Badosa, durante su partido de octavos de final del US Open 2024 ante Emma Navarro. AFP
Nacho Encabo
Sebastián Varela

Nacho Encabo y Sebastián Varela

Paula Badosa cierra el puño y lo agita. Aprieta los dientes. Encuentra el camino tras un inicio desastroso. Manda 5-1 y 15-0 ante Emma Navarro en el segundo set de los cuartos de final del US Open. Está a un suspiro de forzar el tercer y definitivo parcial. Pero de repente el mundo se le viene encima. Pum, adiós.

Su derecha deja de funcionar, su revés ya no aprieta, las piernas ya no corren como antes y, lo peor de todo, su cabeza se va del Arthur Ashe Stadium. "No puedo jugar, no puedo jugar", le dice a Pol Toledo, su entrenador, que contempla desde el box el derrumbe de la jugadora.

Desde ese 15-0 para Badosa, el parcial es una locura. Navarro gana 24 de los siguientes 28 puntos y acaba abrochando el partido con una dejada a la que la catalana casi ni hace el amago de correr. Un 6-2 y 7-5 en apenas una hora y 12 minutos. Cabizbaja y con la mirada perdida, la catalana va a felicitar a su rival, coge su raquetero y su bolsa, agarra una toalla y se marcha de la pista en un abrir y cerrar de ojos. Quiere desaparecer.

En su cabeza, caminando por los pasillos del estadio de tenis más grande del mundo, retumba ese parcial. Cómo se ha podido escapar. Cómo ha podido cometer 12 errores no forzados y dos dobles faltas con semejante ventaja en el marcador. Un apagón mental de categoría. "Es fruto de los nervios, es tensión, es estar pasándolo mal y sufriendo. Se le veía la cara de sufrimiento", comentaba la extenista Silvia Soler-Espinosa en la retransmisión de Movistar+.

El análisis de la propia Badosa no tardó en llegar, porque la exnúmero dos de la WTA apareció a los pocos minutos en la sala de prensa del US Open para intentar poner palabras a lo sucedido.

"En el segundo set había un momento que me he sentido un poco bien, pero en ningún momento estaba rápida de piernas. Estaba reaccionando lenta. Entonces yo, cuando reacciono lenta de piernas, mi tenis no responde, bajo la intensidad. Y ya la otra me domina más. Y cuando me domina más la pista se me hace mucho más pequeña", arranca Badosa ante los periodistas, ya duchada y acompañada de parte de su equipo técnico. "Y no me estaba sintiendo muy cómoda. Pero bueno, conseguí hacer un par de breaks. Y luego a partir de ahí he vuelto a estar muy incómoda".

"Tenía muchas frases negativas en mi cabeza. Y había un momento que… había tanto, tanto, tanto ruido. Y encima tampoco puedo escuchar bien a mi equipo. Y no sé lo que me están diciendo en ese momento. Y además con el ruido interno mío me he hecho muy pequeña. Y lo primero que quería hacer, si soy sincera, es irme de la pista. Al final también cuando estás tan mal ahí, con pensamientos tan negativos, te quieres ir porque al final te haces una hormiga", ha añadido sin perder la compostura.

Badosa mantiene la ambición: «Quiero más»

No obstante, Badosa se marcha de la ciudad que la vio nacer hace 26 años con la cabeza muy alta, sabiendo que está de regreso a los primeros planos del tenis tras más de un año en la sombra por una lesión en la espalda que la ha tenido por el camino de la amargura.

"Cuando ves la diferencia de cuando estaba yo en Madrid que estaba fuera del 100... Pues lo hubiese firmado, obviamente. Si me lo dices ahora mismo, pues quiero más. No quiero el top 20, quiero el top 10. Y cuando esté en el top 10, voy a querer el top 5. Y cuando estoy en el top 5... Siempre me ha pasado igual", reflexionaba Badosa, que el próximo lunes escalará hasta la vigésima posición del ranking WTA.

"Pero tengo que aprender a eso. A estar contenta, a estar más en el presente. La lesión me ha ayudado a valorar más las cosas. Pero siempre llegan momentos tensos y yo lo noto sobre todo en los Grand Slam. En los Masters 1000 o en un 500 lo gestiono mucho mejor porque ya he pasado más por ahí. Pero el quererlo tanto en un Grand Slam se me hace un poco grande en estas rondas".