La pócima de Paula Badosa estaba en su infancia y en una pizca de paciencia: "Es de lo mejor que he tenido nunca"
Pol Toledo, amigo de la infancia de la tenista, se convirtió en su entrenador en la primavera de 2023 y, tras unos meses complicados, los resultados han llegado.
"Ella necesita estar tranquila y con gente de su confianza más cercana". Es julio de 2023 y quien habla es Pol Toledo durante un encuentro con Relevo en una de las terrazas del mítico All England Club donde cada año se disputa el torneo de Wimbledon. Entonces, el entrenador, con quien Paula Badosa ha vuelto a la élite un año después, ya presagiaba lo que la jugadora barcelonesa iba a necesitar para volver a sentirse una de las mejores, el deseo que ha mostrado en repetidas veces desde que su nivel se hundiera por culpa de las lesiones y las malas sensaciones hace un par de años. Tranquilidad y confianza.
Cuando sucedía aquella conversación, solo hacía tres meses que Badosa había optado por dejar de lado los grandes y mediáticos nombres de entrenadores para buscar 'refugio' en técnicos desconocidos para el gran público pero cercanos en lo personal. Pol Toledo y Edu Esteve habían cogido las riendas en el apartado técnico en abril de 2023, aunque fuera finalmente el primero quien se quedara al frente en solitario tras unas semanas. La nueva aventura llegaba después de una muy breve con el británico Joel Cannell y tras dejar atrás un año y medio con el entrenador español Jorge García.
"Somos amigos desde que jugábamos al tenis de pequeños", confesaba entonces Toledo a Relevo: "Cuando me dijo si le podía ayudar ni me lo pensé". Si ya de por sí sorprendió la decisión de Badosa, más lo hacía cuando se buscaba información sobre este aparentemente joven gironí. Tenista de solo 28 años — ahora, 29 — con 14 partidos disputados en el circuito ITF de la temporada 2022 y que parecía estar en activo, aunque lejos del rendimiento que le llevó a estar en el TOP400 del ranking mundial en el verano de 2018.
Lo cierto es que hacía poco que lo había dejado y que la entrega iba a ser total. La gran muestra se vivió en ese mismo Wimbledon, cuando Pol Toledo cogió un vuelo nada más terminar su boda para dirigir a Badosa y con el anillo todavía reluciente en su dedo anular. Toledo se convirtió en buena parte de su núcleo duro en el día a día de los torneos junto a su actual pareja, el también tenista Stefanos Tsitsipas, y la agente Claudia Taberner.
💍 Un anillo de boda para dirigir a Paula Badosa en su primer Grand Slam de la temporadahttps://t.co/5XmYi09qzo
— José Manuel Amorós (@AmorosCuatro) July 3, 2023
A pesar del cambio de aires, la grave lesión de espalda que ha perseguido a Paula durante meses y que estuvo a punto de 'echarla' del tenis profesional siguió lastrando el rendimiento y sobre todo, los resultados. Había que tener paciencia y no desesperarse.
La propia Paula Badosa desvelaba estos días en Nueva York que el trabajo con paciencia y un entorno 'familiar' ha calmado su frenética ansiedad por volver a ser top mundial: "En enero dije a mi entrenador que quería ser el regreso del año y Pol me miró y me dijo: 'tú céntrate en entrenar cada día, en mejorar, en escuchar y en estar abierta... y todo lo demás vendrá". Vamos, le pidió tranquilidad y una paciencia que muchas veces le faltó en su carrera deportiva por su imponente pasión.
Parece que le hizo caso y los resultados han terminado llegando este verano tras renunciar a competir en los Juegos Olímpicos: después de llegar a unos buenos octavos en Wimbledon, levantó el título en el WTA500 de Washington y unas semifinales en el WTA1000 de Cincinatti solo manchado con un entendible tropiezo — por el cansancio — en Toronto. Ahora, los cuartos del US Open es la prueba que demuestra que las aguas han vuelto a su cauce.
La confianza entre ambos desde que los dos empezaban con sus primeros golpes de nivel hacen que Badosa acepte los consejos, escuche y lleve a cabo las órdenes de su joven director de talento. Como ocurrió en el encuentro de Ruse, en los dieciseisavos de final de Flushing Meadows, que terminó ganando en un super tie break de infarto. "Mi entrenador me dijo: 'No tienes otra opción que luchar. Sé más agresiva que ella, juega tu juego. Si te sale, perfecto, si no, nos vamos a casa", destacaba en rueda de prensa. Los cruces de palabras entre ambos son habituales en pleno partido, pero la amistad de tantos años mantiene firme la relación con la relación entrenador-jugadora de por medio.
"Me parece que es de lo mejor que he tenido nunca como entrenador"
Hace unos días, en una entrevista en El Larguero después de levantar el título en la capital federal estadounidense, Badosa quería ensalzar el trabajo y el saber estar del técnico de su resurreción: "Él siempre ha estado a mi lado. Me parece que es de lo mejor que he tenido nunca como entrenador y como persona, que eso es muy importante". Además, no era la primera vez, ya que también quiso hacerlo en sus redes sociales en respuesta a un aficionado que ensalzaba el trabajo del banquillo de la tenista: "La gente suele alabar al jugador pero sin el entrenador detrás, no seria igual". Toledo se ha convertido en el núcleo duro de una española que ya ha asegurado el TOP20 al finalizar el US Open.
Es justo decir que, antes de estos éxitos, cuando se cumplía un año después de cambiar de entrenador y volvía a tocar fondo en el Masters 1000 de Madrid, Badosa también dio el último paso hacia la Paula ganadora del pasado: volvió a incorporar a su equipo al preparador físico David Antona y al nutricionista y psicólogo Dani de la Serna, miembros de su equipo en 2021 y 2022, cuando llegó a su mejor puesto histórico del ranking, el nº2.
A pesar de su juventud y de los que dudaban en el futuro, Pol Toledo, junto a Paula Badosa, ha demostrado que se podía llegar al mejor nivel de tenis que había demostrado o, al menos, a uno bastante cercano a él. Empezando a dar los frutos del trabajo, el sueño del primer Grand Slam de Badosa está más cerca que nunca en los últimos tres años. Quizás, 'la pócima para volver' estaba en un compañero del tenis en la infancia.