TENIS

El callejón sin salida de Paula Badosa marcado por las inyecciones: "Los médicos no saben la solución"

La tenista española sufre una lesión crónica en una vértebra que le obliga a inyectarse para aliviar el dolor.

Paula Badosa, durante su participación en el WTA 1000 de Roma./REUTERS
Paula Badosa, durante su participación en el WTA 1000 de Roma. REUTERS
José M. Amorós

José M. Amorós

El calvario de Paula Badosa por culpa de su lesión crónica en una vértebra y que le provoca fuertes dolores en la espalda no tiene solución, o al menos, nadie parece conocer cómo ayudar a la tenista española. A pocas horas de su debut en Roland Garros, la actual 140 del mundo del circuito WTA ha vuelto a relatar su realidad junto a su búsqueda desesperada de una mejoría consultando a médicos y tenistas.

"Es una lesión muy complicada", comienza a señalar la tenista. "He hablado con algunos jugadores que han tenido algo parecido, algunos se han tenido que retirar". Una situación que no es descartable en el caso de Badosa, que ya recibió ese diagnóstico por parte de los médicos durante su participación en Indian Wells: "Los doctores me dijeron que iba a ser muy complicado continuar mi carrera".

¿Cuál es la única solución para seguir? "Yo voy inyectándome para seguir un poco mejor para que el dolor vaya desinflamándose", confiesa Badosa, que ya ha señalado que es la única vía para prolongar su carrera: "Los médicos me dijeron que era la única opción que tenemos y quizás lo tengas que hacer si quieres jugar unos cuantos años más". ¿Y no hay posibilidad de recuperación? "Los médicos no saben la solución porque no hay solución perfecta".

"Sufro bastante emocionalmente"

Paula Badosa

Para una tenista tan emocional como la española, este estado físico es un dolor también mental. "Sufro bastante emocionamente los que me levanto con dolor; me entra miedo, inseguridades y me pregunto cuánto va a durar esto". Porque convivir con las inyecciones de cortisona son una solución momentánea contra el dolor pero convivir con ellas puede llevarla a dejarlo: "Pienso en que no sé si voy a durar mucho tiempo haciéndolo de esta manera".

"No creo que venga algún día y diga que estoy perfecta", señala aflijida aceptando que será imposible volver a estar al 100%. Por ello, de momento, prefiere disfrutar de los buenos días que le otorga la espalda y que, por ejemplo en Roma, le llevó a jugar cuatro partidos: "Me puse muy contenta". La barcelona inicia su camino en el segundo Grand Slam del año este lunes ante la británica Katie Boulter.