Rafael Nadal tarda 4 días en volver a competir tras su retirada: termina octavo en un torneo de golf
El balear, un animal competitivo, ha disputado este fin de semana la última prueba del Circuito Hexagonal Q-Romia de golf en Mallorca.
En casi todos los corrillos que se formaron la semana pasada en Málaga sobre la retirada de Rafael Nadal, había algo claro: el balear iba a echar mucho de menos el tenis, pero había algo que seguramente no iba a dejar de hacer, competir.
El campeón de 22 Grand Slam ha sido uno de los máximos competidores que ha habido en la historia del deporte. Fuera de la pista es igual: lo da todo por ganar hasta en algo tan trivial como una partida de parchís, uno de los pasatiempos que más le han acompañado durante su carrera. Y esa llama competitiva, por mucho que uno haya aceptado que su cuerpo no le da para más, no se puede apagar de un día para otro.
Muestra de ello es que Nadal ha disputado este fin de semana en Mallorca un torneo de golf.No habían pasado ni cuatro días desde que disputara su último partido como profesional -en la noche del martes en Málaga, durante la Copa Davis- cuando Nadal apareció el sábado por la mañana con su bolsa en el campo de golf de Son Servera, muy cerca de su casa, para disputar la última prueba del Circuito Hexagonal Q-Romia.
El exnúmero uno de la raqueta, gran apasionado del golf y con un hándicap de 0,9, acabó en octava posición en la categoría Handicap y terminó la jornada con una tarjeta de 76 golpes, cuatro sobre el par, tal y como informa el diario Ultima Hora de Mallorca. Nadal logró tres birdies a lo largo del recorrido, en los hoyos 3, 9 y 16. Su equipo, el Rafa Nadal Academy, acabó en cuarta posición en la clasificación general.
Golf, barcos, familia y negocios, la nueva vida de Nadal
Después de casi 30 años en los que su rutina apenas ha variado -entrenarse, competir, ganar, lesionarse, perder, recuperarse y así sucesivamente-, Nadal está iniciando estos días una nueva etapa en su vida. "Todos los cambios llevan un proceso de adaptación", había dicho el ya extenista de 38 años la pasada semana en Málaga. Y aunque Nadal acaba de colgar la raqueta, algo que parece claro es que no se va a aburrir. Su vida a partir de ahora girará en torneo a la familia, los negocios, el golf, los barcos y el tenis.
Algo que le va a ayudar, seguro, es que a diferencia de muchos tenistas que fijan su residencia lejos de casa, Nadal siempre ha tenido su base de operaciones en Manacor. Allí nació, creció y vive. Allí tiene todo lo que le hace feliz: la familia, los amigos y el mar. El Mediterráneo es su segundo hogar y siempre que puede se pierde en el agua. Le gusta tanto, que alguna vez se ha ido con el barco después de un entrenamiento, ha dormido en alta mar y ha vuelto directamente a entrenar al día siguiente. Perderse por las islas a bordo de su yate y pescar serán dos actividades que no faltarán en la agenda de Nadal.
Aunque su hijo Rafael, que acaba de cumplir dos años, será quien más tiempo le consuma a partir de ahora, el que conozca a Nadal sabe que tampoco parará de darle al coco pensando en cómo seguir invirtiendo su fortuna. Uno de los aspectos que más ha caracterizado Nadal en su última etapa fuera de las pistas ha sido su perfil de inversor. Su sociedad Aspemir, con participación en más de una veintena de empresas, está en pleno auge y casi cada mes hay una nueva noticia sobre la última línea de negocios de Nadal.
La punta del iceberg de ese imperio es la Rafa Nadal Academy, a la que seguirá dedicando buena parte de sus esfuerzos. Y se da por hecho que la academia no será su único lazo con el tenis: todo apunta a que en un futuro no muy lejano será capitán de la Copa Davis y de la Laver Cup.