El pozo sin fondo de Garbiñe Muguruza

Tras ser eliminada en el Open de Australia a mediados de enero, Garbiñe Muguruza aceptó su nueva realidad. Cambió el calendario, obligada por su caída libre en el ranking, para buscar victorias en torneos menores en busca de la confianza perdida. "Ahora me toca trabajar humildemente y pasar desapercibida para escalar otra vez", dijo antes de regresar de Melbourne.

El torneo WTA 250 de Lyon escuchó las palabras y le ofreció una invitación. Muguruza no suele jugar eventos 250 y menos a finales de enero, pero aceptó la oferta. Lista para iniciar su nueva vida en el circuito, alejada de los micrófonos y los flashes, la española ha perdido este lunes en la primera ronda del evento francés: 6-1 y 6-4 ante la checa Linda Noskova.

La doble campeona de Grand Slam continúa a la deriva. Lleva ya seis derrotas consecutivas en el circuito y su última victoria data de mediados de septiembre, hace ya más de cuatro meses. Nunca antes en toda su carrera había acumulado seis partidos seguidos perdiendo. Todo ello ha llevado a la española a caer hasta el puesto 82 del ranking, su peor posición en una década.

Muguruza corre ahora mismo serio riesgo de caer fuera del top 100 si no eleva el nivel en las próximas semanas. Y el problema ya no es el número que aparezca al lado de su nombre, sino que se puede complicar su participación en Doha y Dubái, los dos próximos grandes torneos del calendario.

"Mi objetivo sería jugar los torneos que hay en Oriente Medio, pero es verdad que tendré que hacer un calendario adecuado a mi ranking", avanzó ya en Australia la jugadora de 29 años. "Si no puedo jugar allí, miraré de jugar otros torneos de menor categoría para ganar partidos que me den confianza. Lo importante es seguir jugando".