TENIS

El "parte de guerra" de 2024 enseña las secuelas de intentar ser como Nadal, Federer y Djokovic

El adiós de tres monstruos como Murray, Del Potro o Thiem tiene un denominador común: un cuerpo destrozado por llevarlo al límite.

Murray, Del Potro y Thiem desafiaron al Big Three pero acabaron sucumbiendo físicamente. /Agencias
Murray, Del Potro y Thiem desafiaron al Big Three pero acabaron sucumbiendo físicamente. Agencias
Nacho Encabo

Nacho Encabo

El año 2024 echa el telón en el mundo del tenis con Novak Djokovic como único superviviente en activo del legendario Big Three. A la retirada de Roger Federer en 2022 se ha unido este curso el adiós de Rafael Nadal. La mejor época de la historia del tenis está en el ocaso y ya solo persevera un Djokovic que cumplirá 38 años en mayo y que cerró el curso sin haberse llevado a la boca ningún título ATP. Ahora los que mandan son Jannik Sinner y Carlos Alcaraz.

Aunque con los datos en la mano el debate sobre quién es el más exitoso está finiquitado (es Djokovic), al mundo del tenis le encanta hablar y discutir sobre quién fue el mejor, quién tenía más aura, quién cambió más el deporte. Federer, Nadal y Djokovic son los protagonistas de una era inigualable: lo ganaron todo, monopolizaron los grandes torneos y se adueñaron del tenis.

Fueron tan dominantes, pero tanto, tanto, que dejaron para el resto apenas las migajas. Algunos tenistas que en otra época se habrían retirado algún que otro grande y siendo seguramente números uno -véase David Ferrer, Tomas Berdych, Robin Soderling o Fernando Gónzalez, por nombrar algunos- tuvieron que colgar la raqueta sin los éxitos que su talento merecía.

Desde que Nadal ganó en 2005 su primer título de Roland Garros hasta el US Open de 2023, el último de Djokovic, se disputaron 74 torneos de Grand Slam y 63 de ellos (el 85%) fueron a parar a las manos del Big Three. El resto se los repartieron entre Andy Murray (3), Stan Wawrinka (3), Juan Martín del Potro (1), Marin Cilic (1), Dominic Thiem (1), Daniil Medvedev (1). Carlos Alcaraz (1).

"Debo tener más de 100 inyecciones entre la pierna, la cadera y la espalda. Me infiltraron, me sacaron, me analizaron, me quemaron nervios, me bloquearon tendones..."

Juan Martín del Potro

De esta lista hay tres que han pegado en este 2024 sus últimos raquetazos. Murray se despidió en los Juegos Olímpicos de París, Thiem lo dejó en el ATP 500 de Viena de octubre y Del Potro invitó a Djokovic para decir adiós en una exhibición en Buenos Aires en noviembre. Y las tres retiradas tienen un dominador común: un físico destrozado por querer seguir el ritmo del Big Three. Muñecas rotas, prótesis de cadera, inyecciones en el fémur sin anestesia con agujas de 30 centímetros, ansiedad, depresión, años y años perdidos, barra libre de entradas en el quirófano. Un "parte de guerra" que enseña las secuelas de intentar parecerse un poco a Federer, Nadal y Djokovic.

La muñeca rota de Dominic Thiem

A Thiem, por ejemplo, se le acabaron reventando los tendones de la muñeca. "Pasé todos los años de mi carrera compitiendo ante los mejores de la historia y la presión que me metí para llegar a ese nivel y mantenerlo, contribuyó a la lesión, no tengo dudas", señaló recientemente el austríaco en una entrevista con The Athletic.

"Entrené con una intensidad altísima durante muchos años y los médicos me han reconocido que la rotura de mi muñeca por todos los entrenamientos que hice, todos los golpes que ejecuté y los duros entrenamientos que tuve durante muchos años. Siempre me esforcé al máximo por estar entre los mejores del mundo", añadió el hombre que fue bautizado en su irrupción como el príncipe de la tierra batida.

Rafael Nadal consuela a Dominic Thiem en la final de Roland Garros 2019.  Martin BUREAU / AFP
Rafael Nadal consuela a Dominic Thiem en la final de Roland Garros 2019. Martin BUREAU / AFP

El de Viena estaba llamado a coger el testigo de Nadal, pero llegó demasiado pronto. El austríaco llegó a dos finales de Roland Garros (2018 y 2019) y a otras dos semifinales: cedió ante Nadal en tres de esas ocasiones y ante Nole en la otra. Ahora se ha retirado con 31 años y 17 títulos en su palmarés, entre ellos el del US Open 2020 tras aquella dramática final ante Alexander Zverev.

La prótesis de titanio de Andy Murray

En el caso de Murray, el que más se ha acercado al Big Three, no fue la muñeca lo que se le hizo añicos, sino la cadera. Fue a mediados de 2017, justo después del año más extenuante de su carrera, del año en el que, por fin, derribó el muro y ascendió al número uno del ranking. Antes de que terminara el 2016 en la cima del mundo, el escocés había levantado tres títulos de Grand Slam (y había alcanzado otras ocho finales), 14 de Masters 1000 (siete finales más), dos oros olímpicos, una Copa Davis, unas ATP Finals y había alzado un total de 44 títulos. Tenía entonces 29 años y la lógica decía que le quedaba cuerda todavía, que tenía cosas que decirles a los Djokovic, Nadal y Federer. Pero desde enero de 2017, su palmarés se reduce a dos títulos menores, Dubái en 2017 y Amberes en 2019. Desapareció prácticamente del mapa.

Murray se operó en 2018, anunció su retirada entre lágrimas en 2019, volvió a pasar por el quirófano y le pusieron una cadera de titanio. Regresó de la oscuridad y en 2022 apareció de nuevo entre los 100 mejores de ranking, pero su cuerpo ya no daba para mucho más. "Han sido años duros, muy duros para el cuerpo. Físicamente ha sido duro. Muchos días no ha sido muy divertido ir a entrenar. He intentado superarlo y encontrar la manera de saltar a pista y competir, pero el tenis es un deporte muy, muy duro", dijo el británico semanas antes de retirarse en París 2024.

El 'Big Four', durante la Laver Cup de 2022.  Glyn KIRK / AFP
El 'Big Four', durante la Laver Cup de 2022. Glyn KIRK / AFP

La rodilla destrozada de Juan Martín del Potro

La historia de Del Potro es todavía más extrema. El argentino ganó el US Open de 2009 con 20 años después de derribar a Nadal en semifinales y a Federer en la final. Había llegado un gigante, un tipo de casi dos metros que sacudía a la pelota con una potencia pocas veces vista. Su derecha plana era un cohete. Por algo logró 17 victorias ante el Big Three.

Todo se empezó a torcer con las muñecas. Se operó la derecha en 2010 y la izquierda en tres ocasiones entre 2014 y 2015. Se quedó sin revés plano y tuvo que aprender a jugar con el cortado como golpe natural. Y cuando parecía que podía codearse con los mejores pese a esa limitación -en 2018 ganó Indian Wells y alcanzó la final del US Open-, en octubre de aquella temporada se rompió la rótula y empezó la pesadilla que terminó con su carrera. Tras ocho operaciones fallidas en la rodilla, se retiró oficialmente en febrero de 2022, pero a principios de diciembre invitó a Djokovic a Buenos Aires para jugar un partido de despedida.

Novak Djokovic saluda a Juan Martín del Potro tras la primera ronda de los Juegos de Río 2016.  REUTERS/Toby Melville
Novak Djokovic saluda a Juan Martín del Potro tras la primera ronda de los Juegos de Río 2016. REUTERS/Toby Melville

"Después de esa primera cirugía hasta hoy nunca más pude subir una escalera sin dolor", admitía hace unas semanas el sudamericano, que ha sufrido ansiedad y depresión en los últimos años. "Debo tener más de 100 inyecciones entre la pierna, la cadera y la espalda. Me infiltraron, me sacaron, me analizaron, me quemaron nervios, me bloquearon tendones... Me metieron una aguja de 30 o 40 centímetros en el medio del fémur, buscando bloquearme nervios sin anestesia".

Thiem, Murray y Del Potro. Tres historias y tres retiradas que resumen a la perfección lo que ha supuesto luchar contra el Big Three y tratar de parecerse a Nadal, Federer y Djokovic. La era dorada del tenis deja tras de sí un largo reguero de 'víctimas'.