TENIS

Una lesión oculta le regaló a Sara Sorribes horas y horas con Rafael Nadal en la camilla de París: "Cualquier cosa que decía, pasaba"

La castellonense, bronce en París, le ocultó a su compañera Bucsa una lesión en el brazo y compartió muchas sesiones en el fisio con Nadal. "Se lo agradeceré siempre".

Anabel Medina, Rafael Nadal, Sara Sorribes y Carlos Moyà, tras un entrenamiento en la Rafa Nadal Academy en 2019. /Rafa Nadal Academy
Anabel Medina, Rafael Nadal, Sara Sorribes y Carlos Moyà, tras un entrenamiento en la Rafa Nadal Academy en 2019. Rafa Nadal Academy
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Sara Sorribes y Cristina Bucsa sumaron una de las medallas más inesperadas para la delegación española en los Juegos Olímpicos de París 2024. Cuando en las instalaciones de Roland Garros todos los ojos estaban puestos en Rafael Nadal y Carlos Alcaraz y ese dobles para el recuerdo, Sorribes y Bucsa fueron avanzando sin hacer ruido, en pistas secundarias y con perfil bajo.

Acabaron con un bronce colgado del cuello, un bronce de un mérito enorme si se tiene en cuenta el pequeño secreto que Sorribes le ocultó a Bucsa durante toda la semana en París. La castellonense sufrió una inesperada lesión en el brazo en el inicio de los Juegos, pero no le dijo nada a su compañera: antes de cada partido, se anestesiaba la zona. Y lo hacía con un cuidado extremo, porque un error de un milímetro podía dormir la mano. Eso hubiera significado seguramente el adiós.

Las anestesias salieron todas bien y Sorribes pudo confesarle después a Bucsa, una vez conquistado el oro, todo lo que había sufrido. Sin embargo, aquella lesión repentina le regaló una experiencia que no olvidará. Y es que Sorribes pasó varias horas al día en manos del fisio intentando recuperarse. Ahí, tumbada en la camilla, compartió momentos que se quedarán para siempre con ella. Porque el otro tenista que más tiempo estuvo visitando al fisio fue Nadal, el deportista al que más admirado.

"Yo me llevo muchos recuerdos de la villa, de la suerte de haber podido compartir con él un poquito más de cerca. Recuerdo bastantes momentos en la camilla y para mí era alucinante", señalaba Sorribes a Relevo durante la Gala del Comité Olímpico Español. "Fuimos los dos que más tiempo estuvimos lesionados en los Juegos y estábamos el uno al lado del otro. Era el tratamiento que teníamos en la Villa Olímpica". Nadal sufrió una lesión muscular justo antes de debutar en los Juegos y, de hecho, su presencia en el cuadro individual estuvo entre interrogantes hasta el último momento.

Sorribes habla sobre Nadal en la gala del COE. Á. Corral

"Lo recuerdo superagradable, supercercano, compartiendo las cosas, igual que en las cenas, igual que en los entrenamientos. Veía los partidos y te decía 'Ostras, cuidado con esta pelota' o 'Creo que aquí se te ha podido escapar el partido', pero con muchísima educación, muchísima clase, mucho respeto y lo agradeceré totalmente siempre", añadía la tenista castellonense.

"Como era tan cercano y tan normal, íbamos comentando cosas, íbamos hablando... Me impactó lo muchísimo, muchísimo que sabía de tenis. Cualquier cosa que decía, pasaba. ¿Cómo puede ser? Era muy cercano, era como estar hablando con cualquier otra persona y eso era lo que él quería hacer sentir y yo lo sentí. Lo agradezco un montón".

Cristina Bucsa y Sara Sorribes, con la medalla de bronce colgada del cuello.  REUTERS/Violeta Santos Moura
Cristina Bucsa y Sara Sorribes, con la medalla de bronce colgada del cuello. REUTERS/Violeta Santos Moura

Una cena con Alcaraz para celebrar la medalla

Sorribes y Bucsa, una pareja que nació por sorpresa en el gimnasio del Mutua Madrid Open, se impusieron en el partido por el bronce en París a las checas Muchova y Noskova por 6-2 y 6-2 unas horas antes de que Carlos Alcaraz cayera en la final ante Novak Djokovic.

La pareja española lo celebró primero en las instalaciones de Roland Garros y después se trasladó en una furgoneta a la otra punta de París, para visitar la Casa de España y recibir el abrazo de los miembros del Comité Olímpico Español. Allí coincidió con Alcaraz, y después de atender a los medios y reponer algo de fuerzas, se marcharon todos los medallistas a celebrarlo por París.

Bucsa viajó al día siguiente a Canadá para seguir con el circuito, mientras que Sorribes pudo pasar unos días en casa. "Yo tuve la suerte de poder volver a casa y sí que tuve bastantes días de celebración y los recuerdo muy guay. Yo tuve un subidón tremendo, de 'no me lo puedo creer', y después volví un poco más a la normalidad. Al final, no me ha cambiado la vida y sigo siendo la misma. Te lo llevas muy cerquita del corazón, pero sigo siendo igual", comenta Sorribes.