Guillermo Coria revela los motivos que le llevaron a dejar el tenis con 27 años: "Perdí el hambre de gloria y lo pasé muy mal con el doping"
El Mago, actual capitán argentino de la Copa Davis, explica por qué colgó la raqueta tan pronto. "No me arrepiento para nada", dice a Relevo.
Málaga.- Hace 20 años, cuando Rafael Nadal empezaba a irrumpir en el circuito profesional, el argentino Guillermo Coria era el hombre a batir en la tierra batida. Campeón de los Masters de Hamburgo 2003 y Montecarlo 2004 y finalista ese mismo año en Roland Garros, donde dejó escapar una ventaja de dos sets, el "Mago" lo vivió todo con tal intensidad que decidió colgar la raqueta con 27 años.
"No me arrepiento para nada", dice a Relevo Coria, que está ahora mismo en Málaga como capitán del equipo argentino de la Copa Davis. Argentina, campeona en 2016, se enfrenta a la Italia de Jannik Sinner por un lugar en las semifinales de un torneo donde ya no están ni España ni Nadal.
El balear colgó para siempre la raqueta el martes, con 38 años y el cuerpo magullado por todos lados. La historia de Coria es bien diferente: a él no le abandonó el físico, sino la cabeza. "Yo me retiré con 27 años porque había perdido el hambre de gloria y porque la pasé muy mal también con mi doping en su momento", dice el que llegara a ser número tres del ranking ATP en 2004. Su retiro oficial fue en 2009.
Coria dio positivo de nandrolona en un control realizado en abril de 2001 en el torneo de Barcelona. Era el número 30 del ranking con apenas 19 años. Fue sancionado con dos años de suspensión, aunque la ATP le redujo después el castigo a siete meses: los cumplió entre agosto de 2001 y marzo de 2002.
Coria siempre defendió que la nandrolona ingresó a su organismo a través de un suplemento vitamínico contaminado. Se gastó buena parte de sus ahorros en un equipo de psicólogos españoles y contrató un detector de mentiras en Estados Unidos para terminar demandando a la firma Universal Nutrition -la empresa fabricante del suplemento- por diez millones de dólares. Finalmente, llegó a un acuerdo extrajudicial tras una batalla legal muy larga.
"El juicio que yo después continué duró muchos años, como tres o cuatro años duró. Y entre gira y gira, por ahí estaba en Europa, me tenía que ir hasta New Jersey a declarar y volverme al otro día para seguir con la gira. Y sobre todo en gira de polvo de ladrillo, donde yo arrancaba en Montecarlo y terminaba en Roland Garros y era el 70 u 80 por ciento de mis puntos durante tres o cuatro años. Y eso fue muy desgastante, me fue sacando mucha energía", continúa el extenista argentino.
El desgaste del circuito
Pero más allá del tema del asunto del dopaje, Coria explica que había más razones para decir adiós al tenis con 27 años, algo bastante inusual en el tenis moderno, sobre todo entre los mejores jugadores. Él habla del enorme desgaste físico y mental que le suponía ser tenista profesional.
"Mi juego era un poco como el de David Ferrer, un estilo así. Nosotros necesitamos estar al 100% físicamente y mentalmente para rendir porque no teníamos golpes definitivos. A lo mejor un saque de Del Potro que te ganaba los games en cero o una derecha de Del Potro, que a lo mejor no se desgastaba tanto. Y eso te va sacando energía y también te va sacando las ganas de entrenarte fuerte", señala a Relevo.
"Nosotros también tenemos la desventaja de estar en Argentina. Los viajes son muy largos a Europa y las giras... Pero bueno, no me arrepiento para nada porque todo lo que hice en tres o cuatro años fue muy explosivo, logré cosas muy importantes en mi vida y ahora soy un privilegiado de poder estar presente justo en Málaga para la despedida de Rafa, que lo sufrí y lo disfruté", añade.
"Compartimos muy lindas charlas en las Olimpiadas junto con Alcaraz y también con David Ferrer, que contábamos nuestras finales en Roma, en Montecarlo, las batallas que teníamos también con Ferrer y hablamos de la cantidad de jugadores españoles y argentinos que había en esa época en polvo de ladrillo... En todas las rondas, de primera a la final, y en cualquier torneo ATP 250, 500 o Masters 1000, habría siempre argentinos o españoles", continúa Coria antes de volver al inicio de la cuestión: el desgaste del circuito.
"También estaba Hrbaty, había un montón de rusos, como Davydenko, Safin, también estaban Tommy Haas, Kiefer. Y todo eso, esos rivales, te van desgastando. Fue todo tan intenso que por eso me retiré joven. Pero bueno, hoy me toca disfrutar del tenis desde el otro lado también".