Carlos Alcaraz regresa a su infancia: "No nos faltaba nada, pero no teníamos grandes lujos"
El tenista inaugura en Murcia "Los Pies en la tierra", la primera exposición de la Fundación Alcaraz.
Murcia.- Aunque todavía sigue siendo casi un niño, el más joven allá donde va, Carlos Alcaraz es ahora mismo una de las principales estrellas mundiales del deporte.Hay pocos deportistas que tengan el tirón del murciano, todo un campeón de cuatro Grand Slam con apenas 21 años. Él, sin embargo, tiene un cable a tierra para no despegarse de la realidad. Es Murcia, su Murcia, con su familia y sus amigos, los de toda la vida, los de El Palmar, los del tenis, los del Club de Campo.
"Yo he crecido en un entorno supercariñoso y no he necesitado mucho para ser feliz", ha señalado Alcaraz este viernes en Murcia, donde ha inaugurado "Los pies en la tierra", la primera exposición de la Fundación Alcaraz.
Rodeado de su familia más cercana, de parte de su equipo y del alcalde de la ciudad, José Ballesta, el exnúmero uno ha cortado la cinta de la muestra, en la que se exhibirán sus grandes trofeos (las copas de sus cuatro grandes y la medalla olímpica, por ejemplo) y varias prendas de ropa muy identificativas de su corta pero exitosa carrera. Están, por ejemplo, las camisetas con las que compitieron él y Rafael Nadal en los Juegos Olímpicos de París, o los conjuntos de camiseta y pantalón de cada una de sus victorias en los Grand Slam.
La exposición, inaugurada en el Centro de Cultura Cárcel Vieja de Murcia capital y que se podrá visitar de forma gratuita hasta el 14 de febrero, hace un recorrido por la vida de Alcaraz desde sus inicios. La idea de la Fundación es concienciar a la gente sobre la importancia de la igualdad de oportunidades desde la infancia, usando la figura de Carlitos como eje vertebrador de ese viaje.
"Para mí es un proyecto muy importante. Yo ahora tengo la oportunidad de ver la alegría de muchos niños que están empezando con el deporte, de chicos de cinco, seis o siete años que se me acercan... poder vivir eso y poder inspirarles es algo que me llena. Y yo quería ayudar junto con mi familia", ha señalado Alcaraz, que en abril de este año lanzó la fundación con su tía Beatriz Garfia como directora general. "Teníamos claro que queríamos hacer algo para que los niños puedan crecer de una manera bonita en un entorno familiar".
Los recuerdos de Alcaraz en el Club de Campo
"La Fundación nace del impulso de Carlitos y su familia", ha indicado a su lado Beatriz Garfia durante la presentación. "Tienen el deseo de contribuir al desarrollo de tantos niños que crecen en dificultades y que eso precisamente puede lastrar su presente y su futuro. Queremos mostrar esa realidad de la infancia que muchas veces parece lejana pero que tenemos muy cerca", ha añadido la tía justo antes de preguntarle a Carlitos: "¿Te acuerdas de tu infancia?"
"Pues claro que me acuerdo", ha respondido con una sonrisa el actual campeón de Wimbledon y Roland Garros. "Mi infancia fue muy bonita. La recuerdo con especial ilusión porque sigo teniendo los amigos que hice. Mi crie en mi casa de siempre, en el pueblo, en el Club de Campo, que ahí es donde hice mi grupo de amigos y los sigo teniendo. Yo crecí sin preocupaciones, en un entorno muy bonito y cariñoso y por eso lo recuerdo".
El tenista de 21 años, que acaba de comenzar la preparación para la próxima temporada, ha continuado hablando de su infancia y de los sueños que tenía cuando era niño. "Yo cuando era un crío soñaba como cualquier crío. Todos tienen sus sueños, pero nunca vas a pensar que lo vas a lograr. Lo intentas perseguir, intentas hacer todo lo posible, te lo puedes imaginar, pero nunca vas a pensar que te vas a rodear de tus ídolos, que vas a jugar contra ellos, que vas a hacer todo lo que te propusiste... Si vuelvo y soy ese niño de 10 años que tenía el sueño de ser uno de los mejores del mundo... no me creería todo lo que estoy viviendo".
"Tuve una infancia maravillosa y hoy en día me doy cuenta de que las pequeñas cosas marcan la diferencia. Veníamos de una familia media en la que no nos faltaba nada de lo necesario, pero sin grandes lujos. Yo era feliz con lo que tenía y viví una infancia normal y corriente".