El diario olvidado que escribió Nadal: "Bromeamos con la policía para que multaran al rey Juan Carlos por exceso de velocidad"
El mallorquín redactó un blog durante Roland Garros 2006 que se publicó en su página web y en la de la ATP. Hay auténticas perlas y anécdotas con Briatore, Rossi o Djokovic.
Cuando Instagram y Tiktok no existían, antes incluso de la revolución que supuso YouTube, muchos famosos utilizaron los blogs para llegar a los aficionados. Rafael Nadal escribió un diario durante Roland Garros 2006 en el que iba contando en primera persona todo lo que le pasó en aquellas dos semanas que acabaron, cómo no, con un título en la tierra batida de París.
"Creedme, soy yo el que lo hace. No es que me dedique a escribirlo materialmente, yo no tengo la habilidad suficiente para escribir deprisa, pero le cuento todo a uno de la ATP y él lo teclea en inglés. Mi equipo y yo habíamos estado hablando de hacer un blog desde enero o febrero. Se nos ocurrió que el mejor momento para empezar sería durante Roland Garros. Soy yo el que lo hace y disfruto haciéndolo", escribía el balear en uno de los capítulos.
Melena larga, camiseta sin mangas y bíceps descomunales, Nadal tenía entonces 19 años, era el número dos del ranking ATP y sólo había ganado un Grand Slam, el Roland Garros del curso anterior. El blog, que tuvo 16 entregas, se publicó en la web de la ATP y en la del tenista, aunque ya no aparece en ninguna de las dos páginas. "Es la primera vez que escribo un blog y me lo voy a pasar superdivertido. Son muchos los que quieren estar al tanto de lo que hago, especialmente en Roland Garros, y el blog va a ser una forma estupenda de que lo averigüen", decía en su primer post.
Los textos son una auténtica delicia. Cuenta anécdotas con Flavio Briatore, Roger Federer, el rey emérito, Carlos Moyà, Valentino Rossi o Novak Djokovic, revela que se olvidó pasar un control antidoping y además explica algunas de sus preocupaciones -"En París no hay manera de encontrar colcacao"- t de sus vicios, como la PlayStation, las pizzas, la Fórmula 1 o el chocolate. A continuación, un repaso a los mejores momentos del blog olvidado de Nadal.
29 de mayo, la gala de los Laureus
Por primera vez en mi vida tuve que ponerme un traje de etiqueta, como también lo tuvo que hacer toda mi familia (las señoras llevaban trajes largos). Llegamos a los premios a la hora prevista y nuestro coche estaba a punto de pararse ante la alfombra roja cuando nos adelantó una fila de coches. ¡El rey Juan Carlos y su séquito! En fin, que ya os podéis imaginar, nos detuvimos y esperé a que me tocara el turno. Estuvimos dentro del coche durante unos tres o cuatro minutos. La verdad es que estuvimos haciendo bromas con la policía, sugiriéndoles que le pusieran una multa al rey por exceso de velocidad.
Nadal recibió el Laureus a la Revelación del año 2005 por delante de deportistas como Leo Messi o Andy Murray. La gala se celebró el 22 de mayo en el Fórum de Barcelona, pero fue el momento elegido por el balear para inaugurar el blog.
Tuve que decidir entonces con quién iba a recorrer la alfombra roja, si con mi hermana o con mi madre. Las dos son muy guapas pero pensé que, si iba acompañado de mi hermana, a la que los medios de comunicación no conocen, es posible que se pusieran a especular con que si era mi novia, y además ella es un poco tímida, así que opté por ir acompañado de mi madre.
Le pedí a Benito (Pérez de Barbadillo, entonces trabajador de la ATP y que años después se convertiría en su jefe de prensa) que me presentara a Rossi y, cuando nos dirigíamos hacia donde se encontraba, fue él el que se adelantó: "¡Hola, Nadal! ¡Siempre que puedo te veo jugar por la tele!". Me dejó sorprendido, ¿sabéis?, yo quería que me presentaran y resulta que era él el que me estaba pidiendo una foto. Rossi me dijo que me iba a mandar una foto, pero todavía la estoy esperando, así que, Valentino, si lees este 'blog', ¡envíamela ya! Es un chico estupendo y me gustaría asistir a un GP y verlo en directo.
Después de los premios y de las entrevistas, entramos en el salón donde se iba a celebrar la cena. Tuve la suerte de que me sentaran al lado de una de las hijas del rey, la Infanta Cristina (ella y su marido son la duquesa y el duque de Palma), a la que ya conocía de antes porque fue la que me entregó el premio de Barcelona. A mi otro lado estaba sentado Flavio Briatore, el jefe del equipo Renault de Formula Uno. Me contó un montón de cosas acerca de la F-1. Roger Federer, que había ganado el premio al Deportista Mundial del Año por segundo año consecutivo, estaba también en mi misma mesa. Todo el mundo sabe que Roger me cae estupendamente. Entre nosotros hablamos en inglés. También estaba sentado a la mesa el ex entrenador del FC Barcelona, Johan Cruyff, al que también le dieron un premio. El era además el entrenador del equipo cuando mi tío Miguel Angel jugaba en el Barcelona.
30 de mayo, la Fórmula 1
Quería ver la Fórmula Uno de Montecarlo, así que después del entrenamiento he salido pitando hacia el vestuario, donde hay instalados unos cuantos televisores que nos permiten ver todas las pistas y también deportes en otros canales. Montecarlo es uno de los Grand Prix más emocionantes, así que no quería perdérmelo por nada del mundo.
Nadal cuenta que ya ha llegado a París, donde intentará defender el título.
En el hotel he estado jugando con la PlayStation durante una hora y media más o menos. Os preguntaréis a qué juego. Tengo que confesaros que a lo que solía jugar muchísimo era al fútbol pero últimamente me he enganchado mucho más a un juego de Fórmula Uno. También jugaba a veces a un juego de espías.
31 de mayo, los chismorreos
He salido con Carlos Costa, que todos sabéis ya que es mi representante, y nos hemos ido a la FNAC, un sitio donde puedes comprar aparatos electrónicos, música y vídeos. Al final no he comprado nada, no he hecho más que echar una ojeada. Luego nos hemos ido a tomar un helado en los Campos Elíseos y a contemplar todos esos edificios tan bonitos.
Algunos de vosotros habéis comentado que queréis chismorreos. No voy a decir que los chismorreos sean algo malo pero no quiero que salgan de mí porque no me gustaría meterme en problemas con los colegas en el vestuario, aparte de que pienso que eso no es para mí. No me gustan los chismorreos. Espero que esto no os moleste.
1 de junio, la PlayStation
El día ha empezado igual que ayer: con un desayuno en el piso de abajo del hotel. Por cierto, que me he enterado de que cuesta 25 euros. Es una pasada de caro.
Me he visto el final del partido de Moyà y luego le he esperado a que se diera una ducha. Normalmente Moyá se toma las cosas con calma. Cuando ya estaba listo nos hemos ido a comer con Fer Vicente y Marcos Górriz, que es el entrenador de Alberto Martín. Ya sabéis todos que yo soy muy buen amigo de Moyà. Es muy listo y muy divertido, pero Fer es uno de los jugadores más graciosos que hay en el 'tour'. Nos hemos reído muchísimo durante la comida.
Moyà, también mallorquín y exnúmero uno, fue el gran padrino de Nadal en el circuito. En 2017, además, entró a formar parte de su equipo técnico y desde 2018 es su entrenador principal.
Luego me he vuelto al hotel. Como os dije el otro día, estoy colgado con la PlayStation y con el juego de la Fórmula Uno y tengo que reconocer que hoy he vuelto a jugarlo otra vez. Ya sé que a lo mejor no es muy educativo, y ni siquiera es lo mejor que puedo hacer para pasar el tiempo, pero es que estoy colgado.
En sus inicios, Nadal jugaba muchas horas a la PlayStation. En Argentina había un programa de televisión en el que se emitían vídeos que grababan los propios tenistas en los hoteles. En varios de ellos aparecía Nadal jugando con la consola.
2 de junio, la dieta
Quiero empezar otra vez por el desayuno. Ayer dije que el desayuno era caro. París es una ciudad cara. El caso es que me he enterado de que el hotel sólo nos cobra la mitad del precio, así que tengo que pedir disculpas y darles las gracias por este detalle. Creo que eso se debe a que tenemos un acuerdo de grupo. Os he hablado de que desayuno todos los días pero no os he dicho qué es lo que tomo. Hoy me he comido un buen tazón de cereales con leche y un poco de pan con mantequilla. Para beber, me he tomado un zumo de naranja y luego otro más.
Este jueves, sin embargo, ha sido uno de los peores días que he pasado. No por culpa del tiempo sino porque, cuando me quedaba cada vez menos para salir a la pista a jugar el partido (todo esto ocurría antes de que supiera que lo iban a suspender), me he dado cuenta de repente de que no tenía puestas en mis raquetas las cuerdas que normalmente utilizo. Creedme, chicos, estaba asustado a tope. Es la primera vez que me sucede algo así... ¡y tenía que ocurrirme en Roland Garros!
También hay otros que me preguntan por el régimen que sigo. No sigo ningún régimen en especial pero es evidente que tengo que tener cuidado con lo que como. Como pasta, carne y pizzas. Hay una cosa que no me gusta, el tomate. Ni siquiera con la pasta, prefiero comérmela sin tomate. Además tampoco me gusta el queso. Algunos me dicen que ya me gustará cuando me haga más mayor pero, de momento, no me gusta.
3 de junio, el Cola Cao y las modelos
Esta mañana me he tomado mi desayuno habitual de cereales con leche, además de pan y mantequilla, pero sin Cola Cao, que para aquellos de vosotros que no lo sepáis es una bebida de chocolate que en España toma todo el mundo para desayunar. Muchos de vosotros me habéis preguntado la razón por la que no bebo Cola Cao, y es porque en París no hay manera de encontrarlo.
Tenía que hacer una promoción para la revista de la ATP, que se llama 'DEUCE', para la que me han hecho una foto con Kim Clijsters. La verdad es que Kim me gusta un montón, es una chica muy simpática y no deja de hacerme bromas con mi inglés, bromas simpáticas, así que cuando me pidieron que me hiciera una foto con una jugadora de la WTA yo sugerí el nombre de Kim precisamente porque es simpática, simpática de verdad.
Todo el mundo se cree que mi vida es de mucho salir, especialmente aquí en París, pero no siempre es así. Esta noche dan una recepción de IMG donde habrá montones de modelos estupendas, pero, como me van a venir a buscar a las 10.00 para llevarme al club, no voy a poder asistir a esta fiesta porque es necesario que duerma. Mi representante, Carlos Costa, que trabaja para IMG, sí que va a asistir, aunque antes se lo ha dicho a su mujer, así que ningún problema.
Nadal era jugador de la agencia IMG hasta diciembre de 2012, cuando Carlos Costa se separó del gigante estadounidense para fundar His7ory Sports Managment.
4 de junio, el cumpleaños
Aquí me tenéis otra vez, en un día muy especial. Como sabréis, hoy [por ayer] era mi 20 cumpleaños. ¡¡¡Eso significa que ya he dejado de ser un 'teenager'!!! No estoy seguro de si eso es bueno o es malo.
Resulta que era una sorpresa y que me han ofrecido una tarta (estaba estupenda, de verdad, aunque no tengo ni idea de qué estaba hecha) y un poco de champán. La gente del torneo, de la ATP y de ITF habían preparado a todos los fotógrafos y las televisiones para que me hicieran fotos. También estaban allí, conmigo, mi tío Toni, su mujer y su hija. Toni se me ha acercado y me ha puesto la tarta delante la cara. Gracias a Dios que era una de ésas consistentes.
Al parecer, mi equipo había reservado mesa en un restaurante muy bonito de París para celebrar mi cumpleaños pero, como se nos había hecho tan tarde, han tenido que cancelar la reserva (aparte de que yo estaba tan cansado que no podía más) y entonces hemos decidido ir a la misma 'pizzerçia' a la que hemos estado yendo todos estos días. Me he comido unas gambas con arroz y un pescado a la plancha, uno que en francés llaman 'loup', lobo, y que en español se llama lubina.
5 de junio, dormido en una mesa
La verdad es que el día empezó para mí el sábado por la noche porque, como sabéis, volvimos de la cena de mi cumpleaños bastante tarde, probablemente alrededor de la una de la noche. Luego me dieron un masaje en la habitación y me quedé dormido encima de la mesa. Juanan no quiso despertarme, así que allí me dejó. Me desperté en plena noche y me di cuenta de lo que había ocurrido. Afortunadamente, no me caí de la mesa y simplemente me metí en la cama.
Ver el Louvre, y eso que ha sido desde fuera, me ha resultado muy emocionante porque hace muy poco que he visto la película 'El código Da Vinci', como ya sabéis por la primera entrega de este 'blog'.
¡Ah!, una cosa que se me olvidaba contar es que he pasado un poco de miedo, nada grave, y nada tan tremendo como cuando me ocurrió lo de las cuerdas que no eran, hace unos pocos días. Cuando hemos recogido a Toni, yo estaba en la primera fila de asientos del miniautobús y, al pasar a las filas de atrás, me he dado un golpe en la espinilla con la puerta de la furgoneta. Duele un poco y me ha salido un bulto, lo tengo poco hinchado, pero no es nada grave.
6 de junio, el recogepelotas
No voy a hablar de mi partido porque podéis leer en los periódicos o en 'internet' lo que ha pasado. Sin embargo, se ha producido un incidente poco habitual durante el partido con uno de los recogepelotas. Al pobre le ha dado un pelotazo y os aseguro que una bola de éstas puede hacerte daño de verdad. Estábamos jugando y he visto que estaba sangrando, así que he tenido que parar el partido, he hablado con el árbitro y le he sugerido que se lo llevaran fuera de la pista. Espero que no le haya pasado nada.
7 de junio, contra Djokovic
Espero que nadie se ofenda si descubro que me he despertado a la una menos cuarto de la tarde. Espero que todo el mundo comprenda que resulta muy duro eso de correr tanto y que hace falta que te dejen descansar.
Tengo la impresión de que va a ser un partido difícil contra Djokovic. Los que no sigáis el tenis de cerca es posible que no hayáis oído muchas cosas acerca de él, pero es un jugador muy peligroso, con un juego fantástico, y además no tiene nada que perder. No tiene más que 19 años, de modo que va a ser una de esas raras veces en las que me toca jugar con alguien que es más joven que yo.
8 de junio, en L'Entrecote
Me he dado un paseo cortito por los Campos Elíseos con mi representante, Carlos. Todos vosotros sabéis que me encanta pasear por esta ciudad aunque hay un montón de gente que me para por la calle, que es algo que a mí me divierte.
Esta noche me he ido a cenar con mi equipo. Ha sido probablemente la primera vez que he tenido reunido conmigo a todo mi equipo al completo: el tío Toni, Juanan, Carlos, un chico de Nike que se llama Tuts y el médico de la Federación Española de Tenis, el doctor Cotorro, aunque nosotros le llamamos Mamelo porque él llama por este nombre, Mamelo, a todos los jugadores del equipo.
Me consta que algunos de vosotros estáis interesados en mi régimen de comidas, así que os lo voy a contar. Esta noche me he comido un entrecot enorme con un montón de patatas fritas y, para beber, me he tomado una cola. Eso ha sido todo. Hemos ido a un sitio en el que lo único que servían era carne con patatas fritas.
El famoso restaurante L'Entrecote de París es uno de los sitios más habituales a los que van los tenistas durante Roland Garros.
Hoy ha ocurrido una cosa graciosa. Se ha acercado un chico a la mesa a hacernos una foto y yo le he preguntado si no era con él con el que ayer me había hecho otra foto. "Sí -me ha respondido-, pero es que quiero otra más".
Quiero dar las gracias a todos mis seguidores que me han enviado regalos a lo largo de los últimos días. Es muy amable de vuestra parte. Hoy me han entregado el último. Sin embargo, también me han contado que han insultado a mi equipo sin ninguna razón. Si de verdad me tenéis un respeto y me apoyáis, me gustaría que comprendierais y respetarais a mi equipo, porque ellos hacen un trabajo magnífico. Gracias otra vez.
9 de junio, a la carrera
Algunos quizá os preguntéis cómo voy desde el recinto destinado a los jugadores, en un extremo de club, al lugar de las instalaciones de televisión, que están en la otra punta. ¿Sabéis una cosa? Me pego una carrera de un sitio a otro. No me gusta eso de estar rodeado de personal de seguridad. Algunas veces no queda más remedio pero otras veces tengo la sensación de que es mejor ir por tu cuenta y darte una pequeña carrerita.
He comido muy tarde en el club. Me he zampado un plato enorme de pasta con salmón, enorme. Cuando yo digo enorme, quiero decir enorme de verdad, realmente enorme.
10 de junio, pensando en la hierba
Yo creo que soy un jugador que prefiere jugar en tierra batida pero que puede ser competitivo también en otras superficies. Está claro que tengo que aprender más acerca de cómo jugar sobre hierba y que a nadie le quepa la menor duda de que me he propuesto hacerlo, pero antes tenemos que jugar esta final del domingo, que estoy seguro de que va a ser magnífica.
11 de junio, a empujones
Mañana jugaré mi segunda final del Roland Garros y supongo que todos estamos de acuerdo en que es una final especial, con Roger Federer. A decir verdad, lo que intento todo el día es pensar que es un día normal. Eso me ayuda mucho, y me hace olvidar en cierto modo lo que ocurrirá en la final. O tal vez es una forma de que pasar el día sin más. No lo sé. Aquí tenéis una foto mía desayunando un bocadillo de nocilla.
La ATP me organizó una sesión fotográfica y de vídeo en un puente cerca de mi hotel, y llegué media hora más tarde de lo previsto, por lo que pido perdón a los fotógrafos y cámaras.
Es curioso, no mucha gente se da cuenta de quién soy cuando voy caminando por ahí. Se llama la atención mucho más si vas rodeado de guardaespaldas que te abren camino a empujones, algo que no me gusta ver, pero entiendo que a veces es necesario para poder avanzar.
Cené gambas y calamares fritos, y también una pizza. Algunos os preguntaréis qué llevan las pizzas que me como, si no me gusta el tomate ni el queso. No me gusta el tomate crudo, pero sí el tomate frito de las pizzas. Me comí una napolitana con anchoas, pero le quité las alcaparras. Nos reímos mucho después de ver el partido. Mi tío Miguel Ángel nos contó historias de futbolistas y entrenadores famosos, y lo pasamos genial.
12 de junio, la final
Lo siento chicos, pero no he tenido tiempo de escribir el blog esta noche. Espero que lo entendáis. Prometo que escribiré un post mientras viajo en tren a Londres y ya veréis qué cantidad de cosas tengo para contaros. Voy a Londres a jugar individuales y dobles en el torneo de Queen's.
El día que ganó a Federer el blog tuvo sólo un párrafo. Al día siguiente se fue en tren de París a Londres para iniciar la gira de hierba.
13 de junio,
Bueno, pues, ¡hola a todos y también adiós! Esta es mi última entrega y llega un día más tarde de lo esperado, pero, como ya dije ayer, me resultaba imposible escribirla. Ya os podéis imaginar qué locura de día tuve y lo contento que estaba. No me lo podía creer.
Cuando se terminó el partido, sentí la necesidad de subirme inmediatamente a las gradas para dar un abrazo a mi familia. Para mí, la familia lo es todo y quería abrazar a mis tíos, a mi madre y, especialmente, a mi padre. Os voy a contar, además, qué es lo que le dije. "Gracias por todo, papá!", eso le dije a mi padre, y no pudimos más y nos echamos a llorar. Me imagino que ésa era la razón por la que no quería soltarse de mí, porque no quería que todo el mundo viera que estaba llorando. Fue un momento de lo más especial.
La rueda de prensa se prolongó bastante, luego tuve a la televisión española en directo, y luego tuve que hablar para las radios, y luego otra vez con más televisiones, y luego aún más con otras televisiones. Por cierto, que me olvidé pasar el control 'anti-doping'. Eran alrededor de las 22.00 horas cuando entré en la sala en la que hacen las pruebas.
Teníamos programado ir a la embajada española... Es una tradición pasar a saludar al embajador. Llegamos allí muy tarde, a las 23.20 horas, así que tuve que pedir disculpas porque no son horas de presentarse en casa de nadie. La visita a la embajada es una cosa muy emocionante porque está allí todo el mundo esperándote, con las banderas y todo eso. El caso es que estuvimos allí hasta medianoche, que nos fuimos, y Carlos Costa, mi representante, había reservado un restaurante estupendo, el Trocadero, con una vista preciosa de la torre Eiffel. Me tomé un carpaccio de salmón y pollo al curry con arroz. Tenía un hambre descomunal, algo de no creer. Estaba hambriento de verdad, así que comí muchísimo.
Luego, después de cenar, fuimos a un sitio a tomar un par de copas y a mover un poquito el esqueleto. Bueno, no mucho, porque habéis de saber que estoy escribiendo este 'blog', el último 'blog', ya en Londres.
El tren tenía fijada la salida a la 13.04 horas de la tarde y hemos llegado a la estación a la 12.55 horas. Ya teníamos hechas las reservas, pero han estado lentísimos a la hora de entregarnos los billetes, así que se nos ha escapado el tren y, creedme, chicos, eso no ha estado nada bien. Nos hemos quedado allí un par de horas, esperando, pero ¿qué otra cosa se puede hacer? No queda más que esperar. Hemos cogido el tren y luego he tenido la posibilidad de echarme una siestecita.