Un documental para entender al núcleo duro que mantiene a Marc Márquez subido a la moto

"Es obvio que he pensado en la retirada. Y lo he hablado, con Jose y con mi padre por separado…". Marc Márquez interrumpe su reflexión. Está a punto de ponerse a llorar. "Y les digo…". Y vuelve a parar. "Digo, ¿vale la pena o no? Para vivir tengo, lo que he conseguido, conseguido está. Pues paramos y ya está. El sufrimiento este tampoco hace falta". Así arranca el documental en cinco capítulos que se podrá ver a partir de este próximo lunes 20 de febrero, cinco partes de alrededor de media hora cada una, donde Márquez muestra cómo fue este pasado 2022, año en el que hizo la apuesta de su vida.

Esa apuesta, ese 'all in' de apostar al todo o nada, versa sobre decidir asumir una cuarta operación que tiene que ser la última, la que decida si puede seguir haciendo lo que mejor sabe hacer, pilotar una moto de competición. O si por el contrario, tomar la dura determinación de poner fin a su carrera deportiva. Eso en un hombre que justo el 17 de este mes va a cumplir los 30 años. Un documental en la línea de los muchos sobre deportistas que ahora proliferan, aunque este comienza con un guión por definir, porque en el inicio de la grabación no se podía saber cuál iba a ser el desenlace.

Si se me permite el recurso del enfoque personal, puedo decir que he vivido al completo toda la vida mundialista del ocho veces campeón del mundo; de hecho, la primera vez que traté con él fue en lo que se llamaba Campeonato de España de Velocidad, cuando era un niño exageradamente menudo, que tenía que competir con mucho lastre en su 125cc. Y en ese periplo hay un hecho que se mantiene inalterable y que se refleja en el documental, su necesidad de apoyarse en un entorno que ha ido sufriendo algunas variaciones, aunque se ha mantenido bastante estable.

Menciona en ese inicio del documental Márquez a 'Jose', José Luis Martínez, ex piloto de motocross que le acompaña siempre, y que incluso se mudó con él a Madrid. Y a su padre, Juliá, que viaja a todas las carreras y que en las de Europa es el encargado de mover, montar y desmontar el motorhome que el piloto usa junto a su hermano Alex. También a Álex, claro, una pieza fundamental en su vida, y que le acompañó (era una condición innegociable) en el viaje de Cervera a la capital. A Roser, su madre, con la que los dos tienen una confianza absoluta. Y a su entorno de trabajo capitaneado por su jefe de mecánicos, Santi Hernández, y del que salió en 2022 Emilio Alzamora, el manager con el que llegó al Mundial y con el que lo ha ganado todo. "Nos han separado", se escucha decir a Alzamora, con poca presencia en la serie.

Todo esto ha acompañado a Márquez en 2022: mudanza, cambio de manager, pero por encima de todo, el sufrimiento que le ha provocado su brazo. El 93 reconoce que el error en todo el proceso fue el volver a subirse a su moto en 2020 una semana después de haberse fracturado el húmero en la carrera inaugural de aquel año, en Jerez. 'Marc Márquez ALL IN' recorre todo el proceso. El inicio de temporada, la asunción por parte del piloto de que su situación física es imposible de aguantar, el nuevo episodio de diplopía que sufrió tras una caída en el warm up de la segunda carrera de la temporada disputada en Indonesia y, por encima de todo, la decisión de apostar a ese todo o nada con esa cuarta operación para la que viajó a Estados Unidos, a Rochester (Minnesota).

Y las cámaras le acompañan en casi todo: en los grandes premios, en sus desplazamientos, durante el pre y el post operatorio, en su mudanza, en situaciones de su nueva vida madrileña (con nuevas amistades, como el piloto de F1 Carlos Sainz), en sus conferencias con el doctor que le estaba ofreciendo una solución, incluso en una visita a su abuelo. Una persona que, conocedora de su sufrimiento, claramente le dice a su nieto que él, si pudiese votar, votaría por su retirada.

Todo esto con un repaso a momentos de la vida deportiva de Márquez, conocidísimos, desde sus primeros éxitos, hasta sus encontronazos con otros pilotos como Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa. "Como piloto soy un 'putilla'", se define con una sonrisa que casi nunca le abandona; "Si puedes le haces la vida imposible a tu compañero de equipo", reconoce cuando habla de Pedrosa. O el durísimo duelo con Valentino Rossi. "Lo que me hicieron vivir en esas dos semanas no se lo deseo a nadie, con 22 años", reconoce sobre ese momento de 2015 entre la carrera de Malasia, la de la patada, y la última de Valencia. "Me advirtieron de lo poderoso que era. Pero carácter tengo. Y huevos más".

Un recorrido que queda abierto con lo que viva, ya deportivamente, en este 2023, ahora centrado en que Honda le dé lo que cree que necesita para volver a triunfar. Una fábrica a la que no duda en presionar, enseñando su tremenda cicatriz como muestra de hasta dónde es capaz de llegar por su obsesión. "¿Qué se puede esperar de Marc Márquez? Todo, lo daré todo. Mi objetivo es ganar".