MOTOGP

La nueva vida de Dani Pedrosa

El tres veces campeón disfruta de su rol en KTM y de una vida con un nivel de tensión mucho menor que la de antes de retirarse.

Dani Pedrosa, durante unos test en Misano. /KTM
Dani Pedrosa, durante unos test en Misano. KTM
Borja González

Borja González

La pasada semana, KTM presentó a su estructura oficial para 2023 y 2024, con Brad Binder y Jack Miller, aunque ese evento dejó como noticia más reseñable la confirmación de su piloto de pruebas, nada más y nada menos que Dani Pedrosa. Leyenda de MotoGP (un título oficial que recibió en 2018), competirá este año en el Gran Premio de España que se disputará en el Circuito de Jerez-Ángel Nieto como piloto invitado.

Una muy buena noticia para el trazado andaluz, que tendrá para ese fin de semana del 29 de abril un aliciente más a los muchos que da ya de por sí la competición. Porque Pedrosa, que tiene una curva con su nombre allí, sigue siendo una referencia para los aficionados al motociclismo, españoles y de todo el mundo, ávidos de ver si su ídolo mantiene todavía esa chispa. Para él esta es una parte más de su nuevo trabajo para KTM, aunque no esconde la motivación que esto le da.

Porque como sucede con la mayoría de pilotos de nivel que toman la decisión de retirarse, la adrenalina que da la velocidad sigue corriendo por sus venas. Lo hace Valentino Rossi, el año pasado en el GT World Challenge Tour con Audi, este año en las filas de BMW con las miras en las 24 horas de Le Mans de 2024; lo hizo Casey Stoner con los V8 Supercars en Australia; y también Jorge Lorenzo, en la Porsche Carrera Cup Italia. Pedrosa llegó a subirse al podio en 2022 en Portimao (Portugal), en la última cita del Lamborghini Super Trofeo.

Dani Pedrosa, con el Lamborghini Huracan EVO2 con el que compitió en 2022.  Lamborghini
Dani Pedrosa, con el Lamborghini Huracan EVO2 con el que compitió en 2022. Lamborghini

"Fue una experiencia increíble volver a subir al podio cinco años después. El olor a champán fue un recuerdo muy bonito para mí", confesaba un piloto con una trayectoria excepcional, aunque también con la parte gris del nivel de presión al que siempre vivió sometido, a lo que se sumaron sus numerosas lesiones, que lastraron su carrera y muy probablemente sus opciones de haberse retirado con lo que le faltó: el título de MotoGP. De hecho, una pieza recurrente en los medios consistía en recapitular sus incidentes físicos, que llegaron a rebasar la treintena.

De hecho, tras retirarse al finalizar 2018, y ya con el contrato firmado con KTM, Pedrosa tuvo que pasar una vez más por el quirófano, a principios de 2019, por una doble fractura por estrés en su clavícula derecha. Muy probablemente el punto y final de esa parte de su vida y el inicio de la nueva.

Una carrera deportiva inimitable

El catalán llegó al Mundial ya con el foco puesto sobre él. Debutó en 125cc bajo el paraguas de Movistar, ganó el título en 2003, después dos seguidos en 250cc, y dio el salto a la clase reina en 2006, bajo una gran expectación, que se vio justificada muy pronto: segundo en su primera carrera, en Jerez, ganador de la cuarta, en China. Y siempre representando a marcas muy potentes y exigentes (¿quién no recuerda el impacto de su campaña con Cola-Cao junto a su madre, Basi?).

Pedrosa acumuló desde su irrupción en 2001 en Suzuka (Japón) 54 victorias, 153 podios y 49 pole position, con esas tres coronas citadas. Retirarse le permitió, confesado por él mismo, poder mirar las cosas con más tranquilidad, quitarse de encima la presión. Esto sin dejar de disfrutar desde el inicio de su rol de piloto de pruebas de KTM, donde ha tomado un peso enorme, merced a esa sensibilidad especial que siempre demostró, forzada probablemente por tener que 'combatir' contra un físico que no le ayudó en la cilindrada mayor, y que le hizo tener que exprimir sus virtudes. Un peso que también mantiene en Red Bull.

Esa nueva vida ha permitido ver, a sus 37 años, a un Pedrosa más abierto y sonriente, alejado de esos medios con los que nunca se sintió muy cómodo. Sigue residiendo en Suiza, en Nyon, donde siempre disfrutó del anonimato (también esto provocó una investigación de la Hacienda española que hizo aparecer su nombre en la lista de morosos, de la que desapareció en 2017), y ahora puede disfrutar de aficiones que el exigente calendario de MotoGP le impedía cultivar, como el windsurf o los deportes de nieve. Aunque en él se podría usar la frase de 'la cabra tira al monte', lo que va a permitir que se le vuelva a ver competir en moto, como ya hizo en 2021, al menos una vez más. Porque no está decidido si la de Jerez será la última o si habrá más. Y, ojo, porque esta puede no ser la única vinculación que en 2023 tenga con el Mundial de Motociclismo…