RELEVO X CHANGE

Elena Congost y un gesto de medalla: "Mis hijas han entendido que a veces hay que romper las normas para actuar correctamente"

La catalana socorrió a su guía en los Juegos Paralímpicos, una acción que le costó el bronce, pero cuya humanidad se premió en los premios Relevo X Change.

Elena Congost recibe el premio Relevo X Change de la mano de Diego Crescente, director de comunicación de Renfe. /COLPISA
Elena Congost recibe el premio Relevo X Change de la mano de Diego Crescente, director de comunicación de Renfe. COLPISA
Andrea Robles
Salvador Fenoll

Andrea Robles y Salvador Fenoll

Elena Congost (Castelldefels, 1987) a estas alturas no necesita presentación. La atleta protagonizó una de las imágenes más bonitas de unos Juegos Paralímpicos. A unos metros de la meta de París 2024, socorrió a su guía Mia Carrol cuando perdía el equilibrio. Desgraciadamente, soltó la cuerda que les unía y por ello no solo perdió el bronce que había ganado con contundencia —más de tres minutos la separaban de la cuarta calsificada—, sino que fue descalificada.

Han pasado dos meses y la catalana quiere cerrar esa etapa y centrarse en Los Ángeles 2028, una vez ha conocido que recibirá una beca digna del bronce que deportivamente sí ganó, pero que "le robaron" por atender a una norma sin pensar en el contexto. El destino de la medalla se decidirá en los tribunales, gracias a que el afamado abogado Jean-Louis Dupont ha iniciado las vías legales para reclamarla tras la negativa de World Para Athletics de entregarle una ex aequo.

La humanidad de su gesto quedará en la memoria y por ello, por poner los valores del deporte por encima de sus normas, ha sido premiada en la gala Relevo X Change. Una hora antes del evento atiende a este medio para repasar lo sucedido.

Recoges el premio Relevo X Change por tu gesto de humanidad y solidaridad hacia tu guía en los Juegos de París. ¿Qué significa para ti?

Para mí recibir este premio de Relevo X Change, que además es la primera edición, es un honor, la verdad. Poder estar aquí hoy con vosotros y con todos los deportistas de tanto nivel, me pone muy contenta. Sobre todo, también, gracias al vuestro apoyo por todo lo que ha sucedido, por todo lo que ha representado para mí París. Tener vuestro apoyo es un placer que cura cualquier herida.

Discurso de Elena Congost al recibir un galardón en los premios Relevo X Change.

Han pasado dos meses desde que el bronce se convirtió en descalificación por ayudar a tu guía, Mia Carol, en la maratón de París. ¿Cómo te encuentras ahora?

En muy poco tiempo han sucedido muchas cosas. Por un lado, el Comité Paralímpico Español ya ha confirmado que me dan la beca, una beca de bronce, por lo tanto, por esta parte estoy muy tranquila, porque esto me permite seguir trabajando cuatro años más con el objetivo de Los Ángeles 2028. Esto me ha dado mucha calma a nivel laboral y para poder continuar con mi trabajo.

Por otro lado, tras dos meses ya lo ves todo distinto. Lo que en un primer momento era enfado e incredulidad, ahora, después de que tantas personas te apoyen y veas que todo el mundo piensa igual que tú, te sientes apoyada y también lo relativizas. Y lo estamos luchando a nivel judicial. Esta semana ya se ha reunido mi abogado con otros abogados con los que va a llevar todo, entonces ahora toca confiar en su trabajo y distanciarme un poco de todo lo sucedido, asistir a lo que tengamos que asistir, a las reuniones que nos ordene, pero ahora ya me toca cerrar un poco esa etapa y ponerme a mirar futuros objetivos.

¿En qué situación está la reclamación judicial que lidera el abogado Jean-Louis Dupont?

En primer lugar, había una reclamación por parte del Comité Paralímpico y el Consejo Superior de Deportes; y luego mi abogado, por otro lado, que hizo una reclamación un poco a las buenas, por decirlo de alguna manera, para que me dieran esa medalla ex aequo. El Comité Paralímpico Internacional envió una carta diciendo que no era así, también porque había sucedido un error de forma a la hora de hacer la reclamación allí en los Juegos. En la primera media hora había que haber hecho una reclamación que no se hizo, entonces eso ha provocado un error de forma.

Ahora los plazos no conocemos. Simplemente, es prepararlo bien, con los conocimientos y el entorno de mi abogado, creo que será así. Toca intentar que esté en un juzgado, quizá de aquí mejor que uno de Bonn, que es donde tiene la sede el Comité Paralímpico Internacional, pero ni eso lo sabemos todavía.

Mia Carol tropieza y Elena Consost corre en su auxilio. EFE
Mia Carol tropieza y Elena Consost corre en su auxilio. EFE

"En la primera media hora había que haber hecho una reclamación que no se hizo"

Elena Congost Atleta

¿Qué ocurrió en aquella reclamación que no se dio en París?

Miguel Carballeda —presidente del CPE en ese momento— se dirigió a la persona que tenía que hacer esa reclamación y le dijeron que iban a hacerla. De hecho, nuestro seleccionador fue con el juez del equipo español a reclamar. Finalmente, se ve que no se hizo esa reclamación, el juez de prueba dijo que no había nada que hacer y ante la negativa de rectificar, no se puso reclamación.

Esa reclamación tienes media hora para hacerla y es necesaria hacerla porque si tú no la pones, se interpreta que tú estás de acuerdo con la decisión que se ha tomado. Si tú no das tu disconformidad y luego al cabo de un mes presentas una reclamación, dicen ¿por qué no reclamasteis allí también en ese momento? Creo que no lo entiende nadie.

Tu abogado es una eminencia del derecho deportivo, ¿qué tal en las distancias cortas?

Dupont es un abogado de mucho prestigio a nivel deportivo y de derecho europeo. Por toda su carrera y todos los casos que ha llevado, creo que se merece toda la confianza y respeto. Por otro lado, también me sorprende que un abogado de este nivel se quiera exponer y llevar mi caso de forma totalmente altruista.

Yo lo interpreto como que él está muy seguro de lo que hace, que sabe los pasos que debe seguir, que sabe rodearse de los mejores profesionales, y tiene toda mi confianza. Él es muy contundente con sus palabras y creo que irá hasta el final.

Teniendo en cuenta todo ese respaldo que recibes, que parece que nadie entiende lo ocurrido más allá de interpretar una norma excesivamente rigurosa… ¿Sientes que te han robado?

La repercusión ha sido muy grande, como bien dices, a nivel de comunicaciones, a nivel mundial. Personas de todo el mundo nos han escrito. Y no me he encontrado con nadie que piense diferente o que vea la situación justa o que entienda por qué aquí no se interpreta lo que sucede, no se mira el contexto y se decide otra cosa. Sí, el sentimiento es de un robo, porque al final una maratón es una prueba muy larga, son 42.195 metros y hasta los 42.190 había ido todo bien. No se altera el resultado de la prueba, no impides tampoco o entorpeces el paso de ningún atleta por lo que sucedió con Mia y la cuerda. Se ha juzgado una prueba tan larga por un acto de un segundo, sí que es cierto que se rompe una norma, sí que es cierto que las normas hay que cumplirlas, pero aquí se pierde totalmente el espíritu de la norma porque no va en beneficio mío en ningún momento y además que la ventaja sobre la cuarta es muy grande.

Entonces, acabas la prueba, te dan toda tu celebración, pasas por la prensa, ya te ves ganador de esa medalla, y merecedora, soy merecedora de esa medalla. Luego a posteriori, 42 descalifican… En principio no sabíamos por qué había sido y cuando dijeron que era la cuerda yo me quedé incrédula.

Además, tampoco fui yo, no es el caso de que yo estoy a punto de caer y mi guía me ayuda y se interprete como que yo he tenido un beneficio, que alguien me ha ayudado… No fue así, la sensación fue esa, el momento bonito me lo han robado, aunque llegue la medalla después, ese momento ya no lo podremos vivir.

Elena Congost habla sobre el apoyo que ha recibido. RELEVO

"El momento bonito me lo han robado, aunque llegue la medalla después, ese momento ya no lo podremos vivir"

Elena Congost Atleta

Al menos, has recibido la beca como si hubieras logrado oficialmente el bronce. Aunque no has podido disfrutar de un premio económico igual al de un olímpico...

El premio económico al final es dinero. Cuando has estado trabajando un año sin ningún tipo de apoyo, sin ningún tipo de beca... Hicimos una mínima y después hemos estado medio año preparando los Juegos por una apuesta personal de mi entrenador, sin ingresos y sin ayuda, con los gastos que comporta también una preparación, y entonces con el objetivo de conseguir esa medalla que sabíamos que podíamos conseguir porque estábamos trabajando muy bien. Conseguir la consecuente beca que te deja trabajar cuatro años más también es importante porque al final todo es un trabajo, es también una estabilidad económica a nivel familiar importante.

¿Entiendes la reclamación de Misato Michishita —quien 'heredó' el bronce de Congost—? ¿Hubieras hecho lo mismo en su lugar?

Yo no hubiera permitido esa reclamación porque la encuentro totalmente fuera de lugar, lo veo antideportivo, todo el mundo del deporte y de fuera creo que sabe que una acción de un segundo de además dejar una cuerda que no va en mi beneficio, al contrario, que yo me paro a ayudar, no tiene sentido, es absurdo. Es como si tú necesitas atarte la zapatilla y te sueltas de tu guía para atarte la zapatilla y también te descalifican. Estamos llegando a un punto que por ser un atleta paralímpico con discapacidad visual tienes que ir cogido de un guía. Estamos llegando a un punto absurdo en el que pierdes tu propio derecho de persona, de ir al baño en medio de una maratón o atarte una zapatilla, o en este caso, que sí que se escapó la cuerda por una acción de causa mayor como socorrer a una persona para que no acabe cayendo, un acto reflejo de ir a sujetarlo.

"Hemos llegado a un punto absurdo en el que pierdes tu propio derecho de persona, de ir al baño o atarte una zapatilla"

Elena Congost Alteta

La vuestra puede que hubiera pasado a la historia como una de las imágenes más icónicas del deporte: una deportista con discapacidad ayudando a uno sin… Y se ha esfumado.

Realmente fue duro. Al acabar la prueba, darnos la noticia, esperar a ver qué sucedía finalmente con la decisión del juez… Estábamos todos destrozados y mi marido me comentó: "Espera que, a lo mejor, lo que ha pasado no es tan malo, se cierra una puerta, pero a lo mejor esto también te ayuda a abrir otras muchas, porque es muy bestial lo que ha sucedido".

En ese momento ni estaba para pensar, ni me podía imaginar que todo lo que vendría después sería tan bonito y tan grande, porque es lo que dices, al final, es que eres tú como deportista ayudando a tu guía, pero además eres una mujer ayudando al hombre. Se ha visto en muchos sitios y se le ha dado una relevancia muy grande. Aunque no sirva para tener mi medalla, al menos que sirva para concienciar a la gente de que a veces hay cosas más importantes y que quizá a nivel normativo estaría bien revisar algunas cosas y tener en cuenta que las normas son las normas, pero estamos para interpretarlas y para mirar el contexto en el que suceden y decidir en consecuencia.

Elena Congost cuenta cómo vivieron la descalificación ella y sus hijas. RELEVO

En la meta estaban tus hijas y no entendían por qué “te habían castigado por ayudar a Mia”, ¿no?

Ellas estaban allí, nos vieron correr, nos animaron, ven que has llegado tercera, que ellas también están contentas, los están celebrando, y de repente nos ven a todos llorar, enfadados. Yo hasta tiré la mochila, me fui a sentar a unos metros de distancia porque no querían ni que me abrazaran, estaba muy enfadada... y ellas detrás llorando. Es duro porque primero sientes que has fallado en general a todo el mundo, pero en particular a ellas, porque además son pequeñas y yo creo que no acabaron de entender la situación. No entendían por qué nos habían castigado por ayudar un segundo a Mia y que se hubiera escapado la cuerda, cuando es lo que a ellas les enseñas, que tienen que ayudar o tienen que pedir ayuda cuando la necesiten… Pero bueno, ahora se ha hablado tanto que yo creo que lo han acabado entendiendo: que a veces hay que romper las normas para actuar correctamente.

"Tiré la mochila, me senté a unos metros de distancia porque no querían ni que me abrazaran... y mis hijas detrás llorando"

Elena Congost Atleta

Es curioso, todo lo que ha ocurrido probablemente te haya dado más reconocimiento que la medalla en sí, por ejemplo, tú fuiste campeona en Río 2016 y creo que la repercusión no fue igual.

Si hubiera ganado la medalla, hubiera sido una medalla más, habría salido algún medio de comunicación como medallista y en dos días nadie hubiera sabido quién era. Porque es así, yo ya gané la medalla en Río y creo que no fui ni a una gala de premiación. En cambio, ahora todo el mundo sabe quiénes somos, saben lo que ha sucedido o han visto la imagen o lo han oído, ha sido muy muy grande el recibimiento, increíble.

¿Piensas mucho en lo ocurrido en París, en ese momento en el que te soltaste de la cuerda?

No, no pienso. Ya lo he aparcado, París ya es una etapa pasada, aunque siga la lucha a nivel judicial por la medalla, creo que toca cerrar el capítulo y ponernos a luchar y a trabajar por lo que viene, que espero que sea muy bonito.

"París ya es una etapa pasada, aunque siga la lucha a nivel judicial por la medalla, creo que toca cerrar el capítulo"

Elena Congost Atleta

Con lo ocurrido, ¿se ha visto fortalecida tu relación con tu guía o todo lo contrario?

Con Mía creo que lo vivimos muy similar, en el momento estábamos muy enfadados, indignados, creo que todos vivimos el mismo tipo de sentimientos y sensaciones. Al final en ese momento somos un equipo, falló alguna cosa, o fallamos nosotros, o falló lo que fuera y bueno, sin reproches tampoco por parte de nadie, ni culpabilidad, simplemente salió mal y ya está. Ahora también se ha cerrado una etapa, hay que empezar otra con nuevos miembros en el equipo y mirando al futuro.

O sea, que Mia ya no es tu guía.

No, de hecho desde el primer momento lo expuso, que él no continuaría. Él tiene también una edad, no tiene una progresión deportiva como puedo tener yo que soy más joven y nosotros tenemos que buscar también un guía profesional que tenga mucho margen sobre mí para tener un margen de mejora.

Elena Congost habla de su guía en París, Mia Carol. RELEVO

Pero no es por lo ocurrido el París.

No, no, absolutamente. Mia tiene 57 años, en Los Ángeles tendría 61. Al final la edad es la edad y a nivel muscular y a nivel deportivo ya no se mejora, al contrario, suficiente haría en poderse mantener.

Cambiando de tercio… ¿Cómo es compaginar cuatro hijos y una carrera deportiva? Eso sí que parece otra maratón.

Bueno, compaginar mi carrera deportiva con la otra carrera de madre... Al final te pasas el día un poco a la carrera, pero al final es organizarse como yo creo que hace cualquier madre trabajadora con su jornada laboral. Te organizas, te lo montas de manera que cuando ellos están en el colegio o con la canguro tú puedas ir a entrenar y hacer tu trabajo.

La parte realmente complicada para mí es el descanso, porque al final con cuatro niños, cuatro pequeños, es imposible hacer una noche entera del tirón y dormir y descansar lo que un deportista necesita, ahí es donde más lo he notado. Por otro lado, también entrenas con la ilusión de que te están viendo tus hijos, de transmitirle los valores que el deporte luego te regala. Pero la parte del descanso sí que es verdad que es muy complicada y es muy importante porque al final es un trabajo 100% físico y necesitas recuperarte, aquí sí que he notado diferencia de anteriores competiciones cuando todavía no era madre.

Al parecer la idea no era que el parón deportivo por la maternidad no fuera tan grande, ¿no?

Después de Río quería ser madre, pero con el objetivo 100% de ir a Tokio. Tokio se retrasó un año por la pandemia y yo me quedé embarazada un año antes de los Juegos. Fuimos entrenando, de hecho nos habían asegurado que podríamos ir a los Juegos, siendo en ese momento la actual campeona en Río. Pero al día siguiente de nacer la niña me dicen que no confían en nosotros, no nos dejan ni intentarlo ni probarlo, simplemente nos informan que no confían en nosotros, que no nos llevan a los Juegos, sin más información que esta. También me informan de que como es la tercera hija no tendré baja de maternidad, esto sí que lo lucho con un abogado, me la dan, pero a partir de aquí sí que es cierto que a nivel de motivación te dejan sola sin ningún tipo de ayuda ni beca para poder continuar, así que los ánimos y la motivación desaparecen. En ese momento yo pensé que nunca más volvería a ser atleta profesional y nunca más podría estar a nivel de ir a unos Juegos.

Justo hace un año, después de que naciera mi cuarto hijo, mi marido me empieza a animar, me motiva para que empiece otra vez a correr para ir a París y al final quedé con Roger —Esteve, su entrenador— un día y lo estuvimos hablando. Parecía un poco locura porque quedaba menos de un año para París, pero poco a poco, supongo también por lo de que quien tuvo retuvo, en pocas semanas la progresión fue bastante importante. Al final lo conseguimos, la verdad es que ha sido un año muy bonito, muy duro, pero increíblemente bueno.

"El día después de nacer mi hija el Comité me dice que no confían en nosotros para Tokio"

Elena Congost Atleta

Imagino que estos problemas se te pasaron por la cabeza cuando cruzaste la meta en París tercera.

Totalmente, el hecho de cruzar la meta en tercer puesto fue alegría por nosotros, por nuestro trabajo, por la confianza que habíamos tenido en nosotros mismos, pero que el resto no había tenido. Era dar un golpe sobre la mesa de demostrar que en nosotros se podía confiar, porque cuando hacemos las cosas las hacemos bien y las hacemos al 100%.

También te has convertido en ese referente que demuestra que se puede ser madre y estar al mayor nivel.

Totalmente, también era esto, era demostrar que estamos aquí y lo hemos hecho bien. A lo largo de la historia, las mujeres deportistas han esperado a finalizar su carrera deportiva para poder ser madres y dedicarse al máximo. Sí que es cierto que cuando decides ser madre, en muchos aspectos tú sabes que desapareces del mundo, a nivel de marcas, de empresas, de patrocinios, de competiciones, etcétera. Sabes que se van a olvidar de ti y quizá, cuando decidas volver, vas a empezar de cero otra vez. Eso es así, tienes que volver a demostrar quién eres y dónde estás, es una apuesta personal muy grande.

Poco a poco se está viendo que más mujeres que interrumpen su carrera para ser madres y luego regresan y yo creo que esto es muy importante, porque después de ser madre, sigues siendo tú, sigues estando igual de fuerte, igual de capaz. Si estás sola, vas a descansar menos, pero puedes hacer lo que te plantees igual que antes de ser madre. También es cierto que cada vez hay más empresas, hay marcas y federaciones que están apostando por ayudar y esto también beneficia que las mujeres podamos llevar estas dos facetas de nuestra vida si así lo deseamos.

Elena Congost: “Después de ser madre, sigues siendo tú, sigues estando igual de fuerte”RELEVO

"Después de ser madre, sigues siendo tú, sigues estando igual de fuerte"

Elena Congost Alteta

Has contado que tener más de un hijo te excluía de las becas…

El Comité Paralímpico Español, en el plan que va hasta París, especifica que sólo se puede tener un hijo por ciclo, un hijo cada cuatro años y que este embarazo, postparto, maternidad no debe afectar en el año paralímpico. La mujer que decida ser madre en el año previo a los Juegos, según esto, puede afectar su rendimiento y quedará fuera del plan.

La maratón siempre es la guinda del pastel de los Juegos. En París dejó con amargura a la delegación española, pero en Río todo fue muy distinto. ¿Qué recuerdas de aquel oro?

En Río fue una preparación buena, en el último momento también tuvimos algunos problemas porque Roger, que tenía que correr conmigo, finalmente no se aclimató bien. En una semana tuvimos que tomar la decisión de que corriera sola, suerte que ese circuito no era un circuito urbano como es el caso de París, era un circuito en el paseo marítimo, avenida ancha, solo dos rectas… Lo recuerdo increíble, porque mi intención no era salir delante, mi intención era salir con el ritmo de algún atleta que me pudiera llevar hacia el final y luego, si tenía fuerzas, quizá cambiar e intentar estar allí.

Yo no era la favorita, desde el primer momento me vi en cabeza, pero fui corriendo pensando que en algún momento me atraparían. No fue así, todo contrario, fui abriendo distancia, mucho margen, en los últimos kilómetros yo no tenía fuerza para ir más rápido, pero también Roger me dijo: "No hace falta, llevas mucha distancia de la siguiente atleta, tú continúa como vas y ya está". Y lo recuerdo increíble, yo era consciente que estaba cumpliendo mi sueño, que nadie me atrapaba y que se estaba haciendo realidad.

Elena Congost recuerda su oro en Río 2016.RELEVO

Una ventaja de contar con guía es que te ayuda y motiva en los momentos que más cuesta arriba se te hace la carrera y tú en Río conquistaste la maratón sin ese apoyo.

Sí. El guía, aparte de informar, con él vas hablando muchas partes de la prueba y en algún momento en el que tú tienes un muro o que te viene un bajón, una palabra de aliento te puede dar la vida en ese momento. Pero en Río la verdad es que no la necesité porque en el momento en que yo ya me veía vencedora me salieron fuerzas, no sé ni de dónde. Realmente fueron unas condiciones climáticas muy duras, yo recuerdo la última recta que eran unos 3 kilómetros, se me hizo eterna, no era capaz ni de aguantar la cabeza, se me iba cayendo hacia delante y hacia atrás, pero al final fue cumplir un sueño de toda la vida desde la infancia y ahora tocará luchar por volver a cumplirlo dentro de cuatro años.

Antes de Río, tú competías en el 1.500 metros, donde fuiste plata en Londres 2012. ¿Por qué te pasaste a una prueba tan dura?

Yo ya hacía algún 10.000, pero después de Londres nos informan de que en Río era la primera vez que se realizaría la maratón femenina en los Juegos Paralímpicos y fue quizá el gusanito de formar parte de la primera vez que se disputaba en la historia. Y nos lanzamos a intentarlo y la verdad es que fue muy duro el cambio, me costó mucho adaptarme, pero salió bien, así que ya nos quedamos en la maratón.

Elena Congost, campeona paralímpica en maratón en Río 2016. CPE
Elena Congost, campeona paralímpica en maratón en Río 2016. CPE

Con todo lo que ha ocurrido en París, ¿valoras todavía más el oro en Río?

La valoro increíble, desde ese momento. Primero, porque ganas la primera de la historia de los Juegos. Luego lo que supuso para mí hacer el cambio en muy poco tiempo de una prueba de 1.500 a una prueba de maratón. Pero además yo tenía ese sueño desde que tenía ocho años, ya tenía en mi cabeza que yo quería ser la mejor, quería correr, quería ser atleta profesional, y creo que siempre ha sido mi prioridad en la vida y al final conseguirlo, es lo más grande que te puede pasar.

Si recuperas el bronce, ¿te sabrá como aquel oro en Río 2016?

El bronce es el bronce. Ojalá lo podamos conseguir porque creo que sería lo justo en este caso, pero tendría el valor que tiene… Quizá tiene el valor extra después de ser madre, después de que en Tokio pasara lo que pasara, a nivel personal puede tener ese valor sentimental grande, pero sin pasar ninguna otra medalla y sin ser diferente, cada una tiene su fondo y su parte emotiva detrás. La verdad que no ha sido un camino fácil, pero es cierto que cuando no te ponen las cosas fáciles y luego lo consigues, quizá te hace valorarlo más, y esa fortaleza de irte cayendo y levantando, esa resiliencia que nos puede caracterizar, yo creo que nos hace más fuertes también.