Carolina Marín cierra una noche única para el deporte con un recuerdo a Valencia: "España no se va a olvidar de vosotros"
El reencuentro entre Carolina Marín y He Bing Jiaol, Elena Congost, Paula Leitón, Jesús Navas, las madres de Lamine Yamal y Nico Williams y la fundación de Alexia Putellas reciben un merecido homenaje por su poder para cambiar la sociedad.
¡Qué nervios! ¿Qué me pongo? ¿Cómo será eso de estar en una alfombra roja? Es mi primera vez y no sé muy bien cómo actuar. Es como cuando me voy de viaje y no sé qué meter en la maleta. Ahora me dicen que tengo que ir de cocktail y no sé muy bien a qué se refieren, ¿margarita o San Francisco? Ah, no, tiene que ver con la elegancia y la relevancia de una gala para la que me acaban de crear. Me llamo 'Relevo x Change' y tengo la responsabilidad de reconocer no sólo los éxitos del deporte, sino, sobre todo, las acciones que buscan mejorar la sociedad a través del deporte.
¿Y yo, qué puedo hacer? ¿Cómo puedo honrar a esas personas que han impulsado un cambio para hacer este mundo algo mejor? Claro, cómo no había caído antes. Una gala de homenaje a todos estos deportistas, rodeados de algunos de los nombres más importantes del deporte español y con los mejores padrinos posibles como son Renfe, CTGE, Cátedra China, Movistar, Unicaja, Sanitas, Iberia y Damm, patrocinadores de un evento en el que alinearon todos los astros posibles.
Sólo había que pasarse por el photocall instalado en la sede de Vocento para darse cuenta de la dimensión del evento. ¿Habéis estado alguna vez en uno? Yo hasta hoy, nada. Y he alucinado. Decenas de periodistas que acudieron a la convocatoria de Relevo con mención especial para los medios chinos, flashes y conversaciones en una sucesión de acontecimientos en las que no puedes pestañear para no perderte nada.
No quería que eso me pasara y así pillé los gestos de Aauri Bokesa, Rafa Pascual o Emmanuel Reyes Pla, los guiños de Jesús Navas y las conversaciones entre los diferentes deportistas que alumbraban el edificio de Josefa Valcarce 40-Bis. Si está bien, os sigo contando, porque esto es un no parar.
Cientos de vestidos de gala, peinados a la última y 10.000 saludos después, llega mi turno. El de verdad. El momento en el que tengo que ser protagonista junto a Sandra Riquelme y Sergio Cerqueira, presentadores de la gala, y junto a esa escultura/galardón ideada por Marcos Vázquez. Un Relevo que pasará en la edición siguiente a los próximos elegidos de manera de que el cambio sea constante. Pero, primero vamos a terminar con esta primera.
Su capacidad para volver a levantarse es todavía más grande que su valía como deportista. O tal vez una cosa no sería sin la otra.@CarolinaMarin ha recibido hoy, de la mano de la ministra @Pilar_Alegria, uno de los premios @relevo x Change. ¡Enhorabuena a todos! pic.twitter.com/Lsx7gVFezz
— Ministerio de Educación, FP y Deportes (@educaciongob) November 14, 2024
Para que entendáis los nervios que he pasado estos últimos días antes de este evento, sólo tenéis que echar un vistazo a los premiados. ¡Qué nivel! Las primeras en subir al escenario y en recorrer las calles -el símbolo que hemos elegido para mostrar el movimiento continuo con el que queremos cambiar y mejorar la sociedad- no daban patadas al balón, pero ayudaron a sus hijos para que lo pudieran hacer sin agobios ni problemas, para que pudieran, desde la multiculturalidad y la pluralidad, ser las caras de una España que hoy es más diversa que nunca y que nos hace mejores a todos.
Y todo gracias a esas mujeres que son símbolo de una generación que decidió cambiar el futuro de sus hijos, arriesgando hasta sus propias vidas, por darles un lugar mejor. Eran, evidentemente, las madres de Lamine Yamal, Sheila Ebana, y Nico Williams, María Arthuer. "Buenas noches a todos. Muchísimas gracias. El fútbol demuestra que no hay ninguna frontera", aseguró la madre de los Williams. "Buenas noches a todos y gracias a Relevo por el premio y a mi hijo por hacerme estar aquí", aseguró la matriarca del jugador del Barcelona, con la voz entrecortada. Jesús, ya se me están saltando las lágrimas y esto no ha hecho más que empezar.
No hay tiempo para el respiro. Se me escapan pequeños detalles que ocurren en el patio de butacas. Pero no soy el único al que le ha pasado eso en los últimos meses. En septiembre los jueces encargados de velar por el cumplimiento normativo en el maratón de los Juegos Paralímpicos cumplía con su misión… pero se olvidaba de que toda regla tiene su excepción. Y más si esta se rompe por un gesto humano como el que tuvo Elena Congost.
La paratleta subía al escenario para coger el relevo de manos de Diego Crescente, director de comunicación de Renfe, por el gesto de solidaridad y humanidad que tuvo con su guía, que le costó la descalificación en los Juegos Paralímpicos, tras soltar la cuerda que les unía para ayudarle cuando a pocos metros de la meta su guía empezó a tener calambres y casi caerse. Un acto reflejo que provocó el caos y el desorden en la mentalidad de los jueces y la dejó sin medalla. Al menos sin la de los Juegos, porque se llevó el reconocimiento de toda la sociedad."El deporte además de premio es una enseñanza, sacrificio, nos educa y nos hace mejores personas y mejor sociedad y eso es lo que nos hace estar aquí hoy". Congost en estado puro para arrancar la ovación de la platea.
"El deporte además de premio es una enseñanza, sacrificio, nos educa y nos hace mejores personas y mejor sociedad y eso es lo que nos hace estar aquí hoy"
Los aplausos dan paso a un nudo en el estómago y en la garganta. El que ha provocado en estos últimos días la terrible DANA que ha azotado con virulencia Valencia. Todavía me cuesta ver las imágenes del desastre que ha provocado un elemento tan inocuo como parece el agua. Por eso no podíamos dejar pasar la ocasión de brindar un más que merecido homenaje, personificado en un vídeo con el mensaje de empatía y fuerza en la voz de Santi Cañizares, a los valencianos por la resiliencia y el coraje que han mostrado en estas dos semanas aciagas.
Quince días en los que la vida, y por supuesto el deporte, se han visto detenidos por un desastre natural de devastadoras consecuencias. En su representación estaba Salvador Gomar, presidente de la Federación de Fútbol Valenciana. "Quiero ofreceros el optimismo y quiero agradecer este testigo que es para todo el deporte valenciano. Y esto me sirve para agradecer a todas las entidades que están ayudando en estos momentos. El segundo mensaje es la realidad, que es que hay que reconstruir más de 70 instalaciones, que serán alrededor de 100 millones de euros y lo que vengo a ofrecer es ese optimismo que vamos a devolver desde el fútbol". ¡Buff!
El mal trago tarda en pasar. Y para ello nada mejor que la música, aunque a veces se cante con un nudo en la garganta. O aunque nos los ponga a los demás como hizo Arena Jara, que guitarra en mano nos emocionó a todos con sus versiones de 'Unstopable' y una para los más mayores como el 'Don't stop believin' de Journey.
Las emociones a flor de piel
Venga, que hay que seguir -aunque no es fácil pese a lo que dijera Mercury de que el 'show debe continuar'- con una gala que a cada minuto que pasa se hace más intensa. No sé cómo voy a llegar al final, pero ahora toca aplaudir a la figura de Paula Leitón. La flamante campeona olímpica sufrió los prejuicios y los insultos amparados por el anonimato de esa caja del diablo que son las redes sociales. Valientes detrás de una pantalla. La guardameta salió en la cuarta calle, acompañada y agasajada por el presidente del COE Alejandro Blanco, por haberse pronunciado pública y activamente contra el odio a los cuerpos no normativos y por haber sido altavoz de las múltiples consecuencias que pueden tener esos mensajes en las personas que lo reciben.
"Este premio no es sólo por mi, sino por muchas chicas y chicos que no tienen la voz para decir lo que yo dije en su momento. Tenemos que pensar en cómo llegan nuestras palabras y esto va para todo el mundo que ha sufrido esos comentarios que no tocan". Una heroína y un ejemplo para todos en la lucha contra ese ciberacoso tan de moda.
Vamos llegando al final. O eso parece. Entre los gags de Sofía de la Iglesia y los aplausos de un recinto a reventar, Leitón pasa el relevo a la siguiente calle. El testigo todavía no se le ha caído a nadie de las manos. Vamos bien. Y ahora quien lo recoge es una leyenda en el mundo del fútbol: Jesús Navas, nombre grabado a fuego en el imaginario colectivo español como campeón del Mundo. Sin embargo yo no estoy aquí para reconocer sólo la trayectoria deportiva. Me han creado para poner en valor una trayectoria impecable, poniendo lo colectivo por encima de lo individual, un deportista con carácter al que definen su fidelidad y limpieza en el campo.
"En primer lugar dar la enhorabuena de Relevo por estos dos años en crecimiento. Me quería acordar de Antonio Puerta y José Antonio Reyes, que me acompañaron desde el inicio y seguro que el no haber cambiado nunca y seguir siendo el mismo les hace estar un poquito orgullosos". Si ya íbamos cargados de emotividad… toma dos tazas.
Y seguimos con el fútbol para pasar el siguiente relevo. Y si hay alguien que merece un reconocimiento como este era Alexia Putellas, una de las figuras que más ha ayudado a elevar el impacto del deporte femenino, aunque en esta ocasión la jugadora del Barça, que destila elegancia y glamour en el césped como si fuera Brigitte Bardot en Cannes. E igual que la actriz francesa, la futbolista ha entendido el altavoz que tiene para cambiar el mundo. Y ella lo hace a través de la Fundación Eleven, que ha utilizado el fútbol como plataforma para la transformación social, luchando contra la brecha de género.
"Este premio no es sólo por mi, sino por muchas chicas y chicos que no tienen la voz para decir lo que yo dije en su momento. Tenemos que pensar en cómo llegan nuestras palabras y esto va para todo el mundo"
"Desde la fundación Eleven pretendemos ayudar a todas las niñas que tengan problemas sociales o familiares. Queremos ayudarlas a mejorar. El martes van a tener este premio que representa los valores que esas niñas están aprendiendo", aseguró la madre de la doble Balón de Oro, Elisabet Segura, encargada de recoger el testigo.
Y por fin me llevan a cruzar la línea de meta y no podía haber un 'atleta' mejor para llevarme en sus manos: He Bing Jao, la deportista que vio llorar a Carolina Marín cuando el sueño en ese parque de atracciones que fueron los Juegos de París se convirtió en una pesadilla por culpa de una rodilla que se nos rompió a todos. La jugadora china se quedó igual de desconsolada que el resto y luego quiso compartir su medalla con Carolina, que fue la encargada de darle el trofeo.
Un gesto que también me obligó a retener alguna lágrima dentro del ojo y que mostraba su admirable empatía y acordarse de una de las mejores deportistas de la historia de España en el momento más importante de su carrera deportiva. "En el momento que me cruje la rodilla no hubo Carolina durante días", reconocía la onubense, que encontró parte de consuelo en el gesto de su rival. "En la vida me podía imaginar que alguien me pudiera dedicar un podio. Creo que ni yo lo hubiera hecho. Agradecida eternamente. Me traje una medalla de cariño y apoyo".
Ese 'metal' simbólico se lo entregó la jugadora china, que en su discurso de agradecimiento se arrancó con el castellano: "Hola soy He Bing Jao y soy de China", declaró la deportista, que agradeció la convocatoria. Ya en inglés se acordó de la onubense con un reconocimiento: "Carolina me ha enseñado lo fuerte que es mentalmente. Siempre le he estado agradecida. Gracias".
Ahora sí. Toca el final. O eso me creía. Porque queda una parte superimportante: los agradecimientos, la foto de familia con el embajador de China en España, Yao Ying, la ministra de Educación y Formación Profesional Pilar Alegría, y las palabras del hombre que ideó todo esto hace dos años. Óscar Campillo, director de Relevo, apenas quería focos para él, pero como anfitrión y 'padre' de la criatura, le tocaba a él cerrar el acto: "Si alguien nos muestra el camino para ser mejor personas y mejor sociedad es, no sólo ella, pero sobre todo ella: Carolina Marín".
La campeona del mundo se vio sorprendida cuando el director de Relevo la obligó a hablar: "Es un privilegio. No quiero dejar pasar el momento que estamos pasando. Quiero mandar un beso a todos los valencianos. España no se va a olvidar de vosotros. Por último quiero agradecer las palabras que me han dedicado hoy. Este tipo de premios no es sólo un reconocimiento a la carrera deportiva. Para mi este premio es un reconocimiento a los valores que una intenta transmitir tanto dentro como fuera a esos niños que ahora empiezan". Fue el penúltimo aplauso de una noche para la eternidad que Campillo cerraba con un nuevo recuerdo para las víctimas de la DANA y el reconocimiento al comportamiento del deporte y de la ciudadanía para ayudar en estos momentos.
Ahora sí. Toca el final. O eso me creía. Tras el protocolo, las fotos, las lágrimas y los abrazos todavía quedaba la parte festiva del acto, las bambalinas donde unos y otros comparten confidencias como Jaime Nava y Damián Quintero. O el corrillo que entre cervezas y canapés formaban los periodistas o deportistas como Jesús Ángel García Bragado y María Jesús Rosa para desgranar de forma desenfadada el mundo del deporte. Pocas voces más autorizadas para ello. Un cumpleaños total con el deporte como telón de fondo.
Son las 21:30 y estoy peor que si hubiera corrido una maratón. Agotado, pero con una sonrisa que tardaré meses en borrar de mi cara. La misma que hasta hace unos segundos sólo era capaz de reflejar admiración por estos deportistas que han demostrado que el deporte no es sólo actividad física. Es más, mucho más que eso. Es uno de los principales motores de cambio para una sociedad que, como yo, tiene que seguir avolucionando y mejorando.