El antes y el después de Montse Tomé en los JJOO que desata dudas inevitables
La seleccionadora es una de las señaladas -no la única- en el fiasco de la Selección en la cita olímpica.
Llegó en medio del ciclón, tejió puentes para reconciliarse con su vestuario y alcanzó los Juegos Olímpicos con el máximo crédito posible en el vestuario de la Selección. Incluso su renovación, hasta la Eurocopa de 2025 en Suiza, fue anunciada sin excesivo revuelo. "Estamos contentas, ha renovado un año más y espero que le vaya igual de bien que a nosotras porque eso significará que seguimos ganando cosas... No decidimos nosotras si renovar o no. Eso viene de arriba. Pero creo que ahora estamos en un ambiente muy tranquilo. Si es para seguir así, bienvenido sea. Si sigue así, pues estaremos contentas de eso", señaló Cata Coll en una entrevista con Relevo antes de poner rumbo a Francia. Más allá de las opiniones sobre si era mejor o peor ampliar el contrato antes de una gran competición -es algo habitual en la RFEF y ya se ha hecho con otros seleccionadores-, nadie puso el grito en el cielo cuando se amplió su contrato.
Y es que no había dudas sobre Montse Tomé, que asumió las riendas del equipo tras ganar el Mundial y, en pleno 'Caso Rubiales', ganó una Nations League y firmó el billete para los JJOO y la Eurocopa. Todo ello con una aparente buena gestión del vestuario, asumiendo que había que llevar a cabo un proceso de adaptación tras la tormenta y manteniendo un perfil bajo. Con todos los objetivos en el bolsillo y un mandato en el que se empeñó en diferenciarse con su antecesor, Jorge Vilda, la asturiana llegó a Paris 2024 con ganas de dar otro golpe sobre la mesa. "Yo no soy Jorge Vilda. Soy una persona diferente", ha insistido hasta la saciedad.
No obstante, el torneo olímpico le hizo vivir de nuevo en una montaña rusa. Entre las dudas, el "infarto" que se vivió ante Colombia, con remontada en los penaltis, el mazazo frente a Brasil y una final por el bronce en la que merecieron más y cayeron por la mínima tras un penalti parado por Berger a Alexia en el último minuto. "Ha sido muy cruel acabar así. El equipo y estas jugadoras se merecían más. Tenemos que seguir trabajando", apuntó la asturiana en la rueda de prensa posterior al partido de Alemania.
Montse Tomé se mostró orgullosa de su equipo, de cómo había competido ante Alemania y de lo cerca que habían estado de ese bronce al que, según indicó, se le había "dado más valor". El resultado de todo quedó en un decepcionante cuarto puesto de su equipo, que no firmó unos buenos Juegos Olímpicos en cuanto a juego y sensaciones. Si bien el partido ante Alemania fue el mejor y el más reconocible en este aspecto, el equipo español caminó por el alambre durante varios partidos. Unas dudas que le terminaron condenando y que apuntan, en parte, al cuerpo técnico.
Al igual que en el duelo de Colombia se plasmó una estrategia eficaz, faltó reacción en las semifinales ante Brasil. Y esto fue letal. Sin final olímpica. Sin medalla asegurada. España jugó con fuego y se terminó quemando. Con el equipo fundido a nivel físico y con una gestión en el vestuario que dejó varios incendios. Desde Jenni Hermoso y su rol más secundario hasta los extraños movimientos con las reservas -se esperó hasta la pelea por el bronce para convocar a Elene Lete, portera, y Vicky López y, salvo Alba Redondo, ninguna de las cuatro reservas tuvo oportunidad-, los continuos vaivenes con jugadoras como, entre otras, Olga Carmona, Athenea o Eva Navarro, que pasó de titular a 'reserva', el cambio de Irene Paredes o la inexplicable suplencia de Alexia Putellas -salió en el minuto 77- en las semifinales.
Entre los nombres citados, las cuatro capitanas. "Es un contexto nuevo para ella y es normal que a las futbolistas les cueste entender cuando no juegan", dijo la seleccionadora sobre Jenni Hermoso. Unas palabras que se repitieron casi en bucle cada vez que era preguntada por la jugadora madrileña, que respondió en declaraciones recogidas en COPE. "Bueno, hay cosas que no tienen respuesta y ahora estoy aquí teniendo un rol diferente y, aceptándolo o no, es lo que me toca", afirmó la futbolista de Tigres.
Alexia pide mejoras y Tomé, tranquila: «Nos vamos con la cabeza alta»
En cuanto al resto de capitanas, Alexia Putellas habló tras el partido frente a Alemania en la pelea por el bronce y dejó una crítica entre líneas: "Ya hemos visto en la fase de grupos que te plantean otros planes de partido, planteamientos que antes nos costaban y que ahora hemos conseguido sacar. Después de este torneo van a sacar otras conclusiones y van a buscar nuestras debilidades, así que tendremos que mejorarlas y hacernos mucho más fuertes en las fortalezas".
Unas palabras que llaman a la reflexión sobre la forma de trabajar en la Selección. Montse Tomé, junto a ella y a falta de una mayor autocrítica, también miró al futuro con la intención de "mejorar" y quiso subrayar todo lo bueno de su equipo en este torneo olímpico. "Nos vamos con la cabeza alta", expuso, antes de apuntar al proceso en el que tendrá que trabajar con su staff. "Hay que valorar y analizar", dijo la entrenadora asturiana, que tendrá ahora el triple objetivo de levantar a su equipo, volver a armar una propuesta ganadora y, sobre todo, volver a ganarse la confianza de todos.
Aunque se sienta respaldada por parte de la RFEF, este chasco olímpico ha desatado cierto runrún en torno a si debe continuar o no al frente de este equipo. Por el momento, la seleccionadora se ve con fuerza. Habrá un duelo por esta caída y el objetivo es reponerse y volver a levantarse más fuertes de cara a esa Eurocopa de 2025. No obstante, quedan muchas conversaciones pendientes, muchos flecos que atar antes de plantarse en Suiza como un equipo nuevamente unido y ganador. El debate es necesario y está servido... Porque la derrota siempre tiene que tener alguna consecuencia.