GOLF

LIV Golf, ¿fiasco o 'hype'?

Pasadas las dos primeras de semana, el circuito saudí todavía no ha anunciado ninguna de las novedades previstas para 2023.

Sergio García, en un torneo del LIV Golf de 2022. /Reuters
Sergio García, en un torneo del LIV Golf de 2022. Reuters
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El año 2022 pasará a la historia como el que iba a cambiar para siempre un deporte tan emblemático como el golf. O esa era la intención de Arabia Saudí con la creación delLIV Golf. Los petrodólares procedentes del país asiático irrumpieron con vehemencia en una disciplina sustentada en la tradición. A base de millones y millones amenazaron con desestabilizar el orden en el PGA Tour, el principal circuito del planeta, y en menor medida en el DP World Tour, antiguo Circuito Europeo y que tantas alegrías ha dado al deporte español. Hoy, un año después, el globo saudí parece haberse desinflado.

Varios fueron los jugadores de renombre que decidieron pasarse al nuevo circuito, con todo lo que ello suponía. Sabían que su llegada conllevaba automáticamente la eliminación de su tarjeta en el PGA Tour, con quien mantiene una dura batalla legal, la pérdida de puntos en la clasificación mundial y, sobre todo, la posibilidad de dejar de acudir a los cuatro 'majors' anuales, para los que algunos todavía mantenían y mantienen excepciones. No les importó, porque el botín era demasiado grande.

De esta manera, ilustres veteranos como Ian Poulter, Phil Mickelson, Patrick Reed o Sergio García, ya con un nivel deportivo lejos del que tuvieron en sus mejores tardes, aceptaron el cheque saudí. También lo hicieron otros jugadores con más peso deportivo en la actualidad pero que tampoco estaban en su mejor momento, como Dustin Johnson, Bryson Dechambeau y Brooks Koepka. El mayor golpe llegó con el desembarco de Cameron Smith en verano. El australiano, flamante vencedor del Abierto Británico, era el golpe de efecto que buscaban los impulsores del nuevo circuito. Pero a partir de ahí, la nada.

Para este 2023 se anunciaron 14 torneos durante todo el año, de los que a estas alturas tan solo se conocen siete, uno de ellos en el campo español de Valderrama. México, Australia, Singapur y tres citas en Estados Unidos completan a día de hoy un calendario que está todavía en el aire. Otro de los asuntos pendientes y que parece que será el primero que comuniquen será el contrato televisivo que consigan a corto y medio plazo.

El pasado año, los espectadores que quisieran ver alguno de los torneos del LIV Golf tuvieron que recurrir a Youtube o Dazn, sumando entre ambas plataformas unas audiencias bastante discretas. Los impulsores del nuevo circuito saudí avanzaron hace semanas estar en conversaciones con grandes cadenas para transmitir las 14 citas previstas, pero de momento no se sabe nada al respecto. Las últimas noticias, publicadas por The Palm Beach Post, señalan que podrían tener un acuerdo con The CW, la quinta red de transmisión en Estados Unidos. Por ahora es solo un rumor y se ceñiría al país norteamericano, pero no al resto del planeta.

Lo más preocupante para el LIV, por ahora, es la falta de grandes estrellas. Salvo Cameron Smith, ninguno de los 20 mejores del mundo ha dado el salto desde el PGA Tour. El siguiente en la lista es el chileno Joaquín Niemann (22º del OWGR). Por no haber, no hay ni la llamada clase media. Grandes figuras como Tiger Woods, Jon Rahm o Rory McIlroy han dejado claro que no tienen intención de irse al circuito saudí y parece que la sangría se ha detenido demasiado pronto.

Este año debería ser clave para el crecimiento definitivo del LIV Golf. Los cuatro 'majors' van a mantener sus criterios de participación, por lo que muchos de los jugadores del circuito saudí podrán disputarlos (todos o algunos de ellos) al mantener excepciones. Lo que no podrán jugar es la Ryder Cup, donde Estados Unidos y Europa se han mantenido firmes en su veto. Si desde Arabia no consiguen más estrellas y un gran contrato televisivo, el 'hype' creado y alimentado hasta hoy podría convertirse en un gran fiasco.