Jon Rahm, el jugador que no falla (casi) nunca y el mejor del mundo desde agosto

La variedad de golpes que hay en el mundo del golf hacen que no pueda existir un jugador perfecto. Los hay que dominan el drive y suelen coger calle con frecuencia cuando se plantan delante del tee de cada hoyo, los hay que tienen una finura con el putter que les convierte en infalibles cerca de green, los hay excelentes a la hora de chippear... La calidad de los golfistas del PGA Tour y el DP World Tour hace que los mejores del planeta tengan que dominar todas estas facetas, y ahí emerge la figura de Jon Rahm, sobre todo en los últimos meses.

Los primeros ocho meses de 2022 del vasco no fueron excelentes, pero tampoco desastrosos. Es cierto que en los 'major' no obtuvo los resultados del año anterior, donde incluso conquistó el US Open por primera vez para el golf español. Sí pudo ganar el Mexico Open en primavera. Sin embargo, pasó del primer lugar del ranking mundial en el mes de enero al quinto en diciembre, aunque aquí también tienen importancia los cambios que hubo a la hora de repartir los puntos en los diferentes torneos de los dos principales torneos. "Es un chiste", llegó a comentar el de Barrika cuando recibió menos puntos por ganar el DP World Championship que los que obtuvo Stevenson por llevarse el RSM Classic del PGA Tour, donde no había ninguno de los 25 mejores del circuito.

Algo hizo 'click' en el juego de Rahm después de cerrar la última temporada. En septiembre viajó a Europa y sus golpes mejoraron. Pegaba más fuerte, cogía más calles y putteaba mucho mejor. Eso le sirvió para acabar el 2022 como un tiro, con dos victorias en el Open de España y el mencionado DP World Championship y una regularidad al alcance de muy pocos jugadores: desde los playoffs de la FedEx Cup acumula ocho top 10 en nueve torneos.

"Quizás no empecé todo lo que yo hubiese querido pero he terminado muy, muy bien. Y eso es algo que cambia mucho la dinámica del año entero. En los últimos cuatro meses se vieron los resultados de cómo yo me veía dentro del campo de golf, que en los cinco primeros meses igual no se vio", apuntó Rahm hace unas semanas cuando recibió el galardón ilustre de Bizkaia.

Más allá de su excelso juego en largo y su notabilísima mejoría cerca en el green, uno de los puntos fuertes de Rahm está en su fiabilidad. El español acumula 19 torneos consecutivos del PGA Tour pasando el corte, esto es, jugando el fin de semana. Es la racha más larga actual. El siguiente en la lista es Taylor Pendrith con 13. De hecho, han pasado más de 450 días desde la última vez que el vasco no jugó sábado y domingo en el principal circuito del planeta.

Además, Rahm falla muy poco. En el reciente título conseguido en Hawái, el de Barrika consiguió un porcentaje del 85% en 'greens in regulation' -llegar al green en el par del hoyo menos dos golpes para puttear-, algo que le abre muchas ventanas de birdies y eagles. Precisamente, en el Tournament of Champions fue el segundo jugador que más consiguió con 28 y 2 respectivamente. Sus cinco bogeys en 72 hoyos fueron el quinto registro más bajo y fue el mejor con el putt, algo inimaginable hace tan solo unos meses.

Desde septiembre, no ha habido un jugador que haya ganado tanto y tan bueno como Rahm. Su último triunfo le permite ascender al cuatro puesto del ranking mundial, cada vez más cerca del podio y con Scheffler y McIlroy en el horizonte. Desde que en 2017 conquistase el Abierto de San Diego, el vasco suma siete años consecutivos con al menos un título en el PGA Tour y en este ya ha llenado la vitrina en la primera semana.

Su objetivo en 2023 es "mejorar en los 'major", pero si sigue a este nivel habrá que preguntarse cuántos puede ganar este curso. Y en septiembre la Ryder Cup. Ahora mismo, nadie puede frenar a Jon Rahm.