FC BARCELONA

Talento a coste cero: la salvación del Barcelona empieza en la Masia

Ansu Fati fue la primera piedra en el camino de una generación de jugadores que se convertirían en el núcleo del proyecto del futuro Spotify Camp Nou.

Una nueva generación de futbolistas de La Masía irrumpen en el primer equipo con fuerza. /AGENCIA
Una nueva generación de futbolistas de La Masía irrumpen en el primer equipo con fuerza. AGENCIA
Mateo López de Prado

Mateo López de Prado

Lionel Messi, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Sergio Busquets, Gerard Piqué,... y una larga lista de nombres conforman las páginas más doradas de la historia de Can Barça. Un grupo de futbolistas criados entre las paredes y los campos de fútbol de La Masía, con una filosofía única implantada en sus mecanismos de juego, le brindaron a las gradas del Camp Nou una obra de teatro digna de los mejores escenarios de Broadway durante más de una década.

Nada es para siempre, los tiempos cambian y los años pasan. Las patas de la mesa blaugrana se estaban desgastando y, ante el final de una generación, apareció en escena Ansu Fati en 2019 como una bocanada de aire fresco para darle un vuelco a la situación de 180º, sin saberlo en ese momento.

El 2-8 ante el Bayern de Múnich o los constantes y dolorosos tropiezos en la Champions League indicaban una clara línea descendente de las prestaciones de grandes figuras. Se pedía una restructuración a voces, pero la mala gestión económica con fichajes millonarios sin resultado como Coutinho o Dembélé, perpetraron el pozo que sumió y sume al club en la actual situación financiera.

Sin embargo, el ya mencionado Ansu Fati, entre todos esos sucesos, comenzaba una carrera futbolística prometedora con un debut con apenas 16 años ante el Betis con el dorsal 31 a la espalda. La precocidad en el Camp Nou no era la moda en aquella época, aunque, posteriormente, sería la tónica a seguir.

Los récords comenzaron a romperse. Se convirtió en el jugador más joven en marcar con el Barça en la Liga, el más joven en debutar en la Champions con los culés, el goleador más joven en la Liga de Campeones o el goleador más joven con la Selección española absoluta. Las expectativas se acrecentaban a su alrededor por la proyección que atesoraba en sus piernas.

Pero las lesiones tocaron a su puerta y comenzó un calvario que persiste a día de hoy. Una tras otra impedían su participación regular en el césped. Rotura de menisco, lesiones de rodilla o en el muslo explotaron el cuerpo del joven de La Masía durante los años posteriores a su irrupción. Aunque su aparición supuso la primera piedra en el camino del futuro culé.

Ansu Fati abrió las puertas del Camp Nou

Antes de la aparición de Ansu Fati, la cantera blaugrana seguía produciendo prospectos de jugadores para el primer equipo. Y fuera por falta de calidad o desconfianza, ninguno conseguía asentarse en la primera plantilla o gozaba de minutos de manera regular. Eran estrellas fugaces que pasaban con rapidez y casi sin poder fijarse en la intensidad de su potencial. El último en hacerse un hueco había sido Sergi Roberto, que debutó en 2010.

El impacto de la figura del joven originario de Guinea-Bisáu, la desastrosa gestión financiera y la salida del jugador más trascendental de la historia del club, Lionel Messi, provocaron que los entrenadores volvieran a girarse hacia los campos de la cuna de los éxitos culés. Era el momento idóneo, las puertas se habían abierto.

Koeman, en primera instancia, Xavi Hernández, más tarde, y Hansi Flick en la actualidad, confiaron en la calidad de las categorías inferiores de Can Barça y encontraron dentro de casa una mina de oro. Gavi, Alejandro Balde, Lamine Yamal, Fermín López, Pau Cubarsí y el último en hacer acto de presencia, Marc Bernal, consolidan la columna vertebral de un futuro prometedor, que ya es presente.

La Masía es sinónimo de talento y juventud. Estos futbolistas nacidos entre 2003 y 2007, entre 21 y 17 años, son el núcleo y la columna vertebral para la próxima década. Beneficio incalculable, coste 0. Su presente sostiene las aspiraciones del club deportivamente con actuaciones inimaginables para futbolistas de su edad y que han evitado males mayores.

Gavi es garra, fuerza, despliegue, sacrificio, calidad y cubre el medio del campo. Con apenas 20 años ya sobrepasó la marca de 100 partidos con el club, insólito. Lamine Yamal, 17 primaveras, es la joya por pulir, aunque ya lidera desde la temporada pasada el ataque con su regate sobrenatural, desparpajo y entendimiento con la pelota, existente en sus piernas desde la niñez por las calles de Mataró.

El Golden Boy de 2022 detuvo su actividad por una rotura de ligamento cruzado y esta temporada, tras completar su recuperación, volverá a transmitir a las gradas su incansable energía. Lamine, por su parte, no deja indiferente a nadie, con 16 y ahora 17 años, ha liderado al Barcelona y a la Selección campeona de Europa con actuaciones inverosímiles e impropias de un jugador de su edad. Está tocado por una varita mágica.

En defensa, Pau Cubarsí, de la generación de 2007, igual que Yamal, representa al central fabricado en las inferiores culés. Espectacular salida del balón y seguro con la línea defensiva adelantada, y no es el único en la retaguardia. El curso anterior a su debut, apareció la figura del lateral izquierdo, Alejandro Balde. Potencia, velocidad e idóneo para correr de atrás hacia delante y al revés.

Fermín López y Marc Bernal son las dos últimas piezas de este puzle que se va completando año a año. El reciente oro olímpico es un mediapunta llegador con una pasmosa capacidad física para presionar. Cuenta con números de cara a puerta dignos de los mejores en su posición. La temporada pasada, la del debut en el primer equipo, terminó con 11 tantos.

Y el ansiado mediocentro defensivo o posicional, Marc Bernal. Es el tornillo que faltaba para engrasar la máquina. Desde la salida de Busquets, se palpaba que había un espacio sin dueño. Hansi apostó y ganó con el joven de 17 años esta temporada para darle un nuevo nombre a esa posición. La mala suerte se cebó con el de Berga que estará sin jugar hasta la próxima temporada por culpa de una rotura de ligamento cruzado con afectación al menisco.

De La Masia surgen todo tipo de futbolistas

Los futbolistas mencionados han tenido un impactado sobrenatural, además de ser piezas claves en la estructura titular del conjunto culé o participar con un papel importante en torneos internacionales con el combinado nacional. A pesar de la juventud que tienen ya se les ha colgado el cartel de indispensables. Pero no han sido los únicos en dar un paso hacia delante.

Las lesiones se han cebado con el conjunto catalán y tener escasez de efectivos obligaron a aparecer en escena a los Héctor Fort, Iñaki Peña, Marc Guiu, Marc Casadó, Ángel Alarcón, Ferran Jutglá, Gerard Martín o Nico González, durante los últimos años. Futbolistas, sin tantas cámaras detrás de ellos, pero que han realizado o realizan -en algunos casos- un trabajo óptimo aprovechando su oportunidad.

Marc Guiu, Ángel Alarcón o Ferran Jutglá han sido determinantes en partidos decisivos de LaLiga, han aportado goles y contribuciones en ataque en momentos delicados. Su paso, efímero, cubrió una necesidad en el instante preciso que se requería, al igual que Héctor Fort, Iñaki Peña, Nico González o la última aparición traída desde el filial, Gerard Martín.

Con más o menos errores, pero sus participaciones fueron esenciales. Porque fallar en un club como el Barcelona ensordece los oídos, pero el trabajo específico de La Masia provoca que todo este tipo de futbolistas se adapten al sistema de juego sin dificultad ninguna y puedan rendir nada más pisan el césped o el primer toque de balón.

Desde los prebenjamines, con seis años, hasta el primer equipo, se forman bajo las mismas indicaciones. Y la ventaja de los canteranos, con respecto incluso a grandes fichajes, es debutar en un campo de Primera División con la misma idea futbolista que en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. El ADN culé se trabaja desde pequeñito.