Xavi ya se imagina cómo sería su Barça con Messi

El barcelonismo se pasó los últimos años de Leo Messi en el Camp Nou preparándose para la marcha del argentino. Para tomar prevenidos el golpe. Pero al final, la herida fue mayor de lo que cualquier culé pensó. Incluso para Joan Laporta. Lo que pocos esperaban era que el heredero de Messi sería el propio Messi. Decidido a no renovar con el Paris Saint-Germain, Barcelona es una de las ofertas que tiene Leo encima de la mesa.

Cualquier voz autorizada del Barça que ha hablado sobre Leo ha clamado por su vuelta: Laporta, Xavi, Rafa Yuste, Lewandowski... Y no van de farol. El Barça ya trabaja con LaLiga para que la patronal apruebe su plan de viabilidad y comienza a reestructura su plantilla para que cuadren los números. Además, Xavi ya ha apuntado en su pizarra el nombre de Leo.

Los resultados y el juego cosechado por el Barça tras el cambio de sistema de Xavi le dieron la Supercopa en Arabia Saudí y le catapultaron a LaLiga. Contaba el entrenador en una entrevista a Sport que reformuló el esquema porque el equipo sufría demasiadas transiciones y entendía que el equipo necesitaba más control. Le volvió entregar las llaves del equipo a los centrocampistas y el equipo perdió los picos de verticalidad que le condenaban.

Todo apunta a que el Xavi construirá su Barcelona de la próxima campaña bajo los mismo patrones. En la entrevista a Sport reconoció que, en caso del regreso del argentino, el equipo "sería prácticamente el mismo". Xavi reconoce que Messi ha ido perdiendo "explosividad", pero se agarra al Mundial que hizo para valorar lo que sigue siendo capaz de hacer. "Pienso que tiene todavía años por delante de mucho nivel", comentó.

Con la voluntad de reincorporarlo, ¿dónde se imagina Xavi a Messi? El entrenador lo tiene claro: "de falso nueve, de extremo, de interior, incluso en la base, viniendo para hacer último pase". Estas son algunas de las opciones que se le podrían presentar al de Terrassa.

Conservando las piezas que tenía Xavi en el armario durante este curso, la opción de Leo como falso nueve le serviría al equipo para dar descanso a Lewandowski. El polaco es trascendental para el Barça: ha sido el jugador de campo con más minutos en Liga. La del falso nuevo no sería, en absoluto, algo nuevo para el campeón del mundo. Desde ahí nació una de las goleadas más recordadas en la historia barcelonista: el 2-6 en el Bernabéu.

Con Messi partiendo con libertad de movimientos desde la punta de ataque, el Barça se aseguraría sumar un cuarto centrocampista. En lugar de hacerlo descolgándolo de la banda con Gavi, formaría el cuadrado con el punta. Esto obligaría a los extremos a aguardar su posición en las bandas para fijar a los defensas y no ensuciar el carril central. Además, les obligaría a ser punzantes al espacio en sus movimientos sin balón, a desmarcarse en vertical, un registro que tanto Dembélé como Raphinha han potenciado bajo las órdenes de Xavi.

Messi, con el paso de los años, se ha convertido en un futbolista que le pide cada vez más a sus compañeros. Regula sus esfuerzos defensivos -y ofensivos- minimizando su radio de movimiento, dosificándose para permitirse las arrancadas que le siguen etiquetando de diferencial. Por este motivo, las piezas de su entorno siempre tienen que jugar con un ojo puesto en él.

Imaginar a Messi como extremo, o falso extremo, significa pedirle al interior derecho y al lateral de ese mismo costado unos movimientos compensatorios. Así las cosas, necesitaría un jugador que ofreciera la amplitud al equipo cuando Leo decidiera irse hacia zonas interiores, como en su última etapa en el Camp Nou. Juntar a Pedri y Messi supondría jugar con la carta de superioridad cualitativa.

El lateral podría ser la otra pieza del puzle que ocupara la banda. Encajaría más en un perfil estilo Cancelo que en los presentes en la plantilla, Araujo o Koundé. Aun así, el Barça se equilibra jugando con un lateral largo -Balde- y otro corto -Jules-. Sumar en la ecuación a dos laterales con tendencia ofensiva podría romper al equipo.

El fútbol de Leo Messi durante los últimos años ha ido reconduciéndose hacia las zonas interiores. Se ha convertido en un especialista en el último tercio, en entregar pases de gol. Es el quinto jugador de las cinco grandes ligas que más pases de calidad entregar (asistencias esperadas), el que mejor registro guarda entre disparos y pases clave (6,53 por partido). Además, también es uno de los que más hace progresar a su equipo con balón, el que más encuentra a sus compañeros a la espalda de la defensa y el tercero que más pases al área por partido completa.

Sus números son de generador, por eso tendría sentido, como indica Xavi, en dejarle jugar por dentro y permitirle acercarse a la base. Podría convertirse en el cuarto centrocampista, dejando el carril derecho para Dembélé -donde se siente mejor que en la izquierda- y toda la banda contraria para Balde. Con Messi alejándose de la zona de la mediapunta, Gündogan podría ser el elemento ideal para compensarle y cargar el área de Lewandowski.

"No hay ninguna duda de que si Messi vuelve nos va a ayudar futbolísticamente. Así se lo he hecho saber al presidente. Yo no tengo ninguna duda porque sigue siendo un futbolista determinante, porque sigue teniendo hambre, porque es ganador, porque es líder y porque además es un jugador diferente", reveló Xavi, que reconoció estar en contacto con el argentino.

Dice Xavi que Messi aportaría último pase, en el balón parado, supondría sumar a otro goleador... "un jugador diferencial en el último tercio", en definitiva. El Barça ha hecho saber por todas las vías posibles que quiere volver a ver a Messi vistiendo de blaugrana. Xavi ya lo dibuja en su pizarra. Ahora el balón está en el tejado de Leo.