Las vacaciones de Deco en Brasil en medio de la 'tormenta Olmo' son el síntoma de la soledad de Laporta
El director deportivo regresó para el encuentro de Copa del Rey ante el Barbastro y ahora deberá afrontar el mercado con 1:1.
"Nosotros hacemos nuestro trabajo y el club debe hacer el suyo", declaró Hansi Flick, claro como alemán que es, sin ambages ni emociones a la hora de referirse a la situación incómoda que están viviendo Dani Olmo y Pau Víctor y a las responsabilidades de cada área. Unos momentos de división en el Barcelona, todos a la espera de que finalmente el CSD o el tribunal contencioso-administrativo les dé la cautelar para inscribir a ambos y las aguas se suavicen de puertas para adentro... porque de puertas hacia fuera la imagen del presidente, Joan Laporta, vive momentos oscuros. Tanto es así, que, la oposición al mandamás azulgrana, junto a distintos grupos y plataformas culés, han pedido la dimisión de Laporta. Según su comunicado, la crisis social en el club es "suficientemente evidente" y el Barça "vive al límite de forma constante causando un perjuicio material, económico y social irreparable".
La sentencia de Flick resume a la perfección también la ausencia del director deportivo, Deco, en todo este fregado. El portugués se fue de vacaciones a Brasil en la semana de Navidad y no regresó hasta que lo hizo la competición, justo para poder acudir al partido de Copa en Barbastro. Entre medio de la 'tormenta Olmo', de las prisas del Barcelona por regresar a la norma 1:1 antes del 31 de diciembre, de las consecuencias de no lograrlo, del sufrimiento de ambos jugadores... el director deportivo estaba de vacaciones, síntoma de que sus funciones son más 'futbolísticas' que económicas y que Laporta, como ya publicamos en Relevo la pasada primavera, echa de menos una figura que le acompañe y le ayude al control económico, como en su día estaba Mateu Alemany o Franc Carbó, que dejó la entidad hace justo un año para marcharse con Ramon Planes a Arabia Saudí.
El propio Deco, que siempre se ha mostrado ambiguo en sus respuestas ante los medios preguntado por temas económicos, se enfadó como publicó Miguel Rico en Relevo cuando, durante el transcurso del encuentro ante el Leganés, se le interrogó tres veces por la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor. Visiblemente nervioso y descolocado -no se espera esa pregunta como le habían asegurado en el Barça-, comentó que "el Barça podrá inscribir a Olmo, seguro. El club está trabajando y está todo tranquilo. De cómo lo hará, eso son temas internos. No te preocupes, lo arreglaremos". Le insistieron, y zanjó todo con un "aquí venimos a hablar de fútbol y del partido".
La promesa de Deco a Dani Olmo
Desde su llegada al club, Deco ha tenido que lidiar con una situación anormal por el fair play financiero, y las apuestas no salieron como se esperaban la temporada anterior, cuando Joao Cancelo y Joao Félix no dieron rendimiento, ni tampoco el fichaje de Vitor Roque, hace justo un año, supuso una mejora, sino todo lo contrario. Y eso que costó 31 millones de euros. El delantero se reencuentra ahora cedido en el Betis. Con más impedimentos si cabe, el pasado verano consiguió el fichaje de Dani Olmo, con la promesa de la directiva que solucionarían antes del 31 de diciembre la normativa 1:1, algo que llegó, pero fuera de plazo, por lo que aumentó el desaguisado.
Ahora, el director deportivo, que ya tiene prácticamente cerrado a Jonathan Tah, el central del Bayer Leverkusen que llegaría libre el próximo verano, deberá lidiar con las altas y las bajas en este enero, una ventana en la que el Barcelona podrá operar con normalidad. La salida de Eric García al Girona, la situación de Ansu Fati, los fichajes que se puedan acometer dependiendo de las inscripciones de Dani Olmo o Pau Víctor… Situaciones puramente deportivos, sin tener un control mayor sobre el aspecto económico, algo en lo que Deco se ha ido desmarcando en sus comparecencias públicas y sus acciones.
La marcha de Reverter, Alemany y Romeu
Laporta ha demostrado en todo este caso estar prácticamente solo porque sus mejores directivos en esta parcela han abandonado la entidad por distintos motivos. El primero en irse fue Ferran Reverter, director general, que dimitió en 2022 después de no estar de acuerdo con el contrato con Spotify aunque se alegaron motivos personales. Después, Mateu Alemany, en agosto de 2023, para teóricamente iniciar nuevos retos profesionales. También el pasado marzo dejó la entidad el vicepresidente económico Eduard Romeu aludiendo incompatibilidades con su profesión.
En las reuniones, Laporta ha estado acompañado del vicepresidente deportivo Rafa Yuste, del directivo Joan Soler y del tesorero Ferran Olivé. Entre medio de todo este entuerto, gravita también la gestión del Barcelona del límite salarial desde agosto sabiendo que había que inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor. Entre medio se han acometido algunas renovaciones y las cuentas en las que apareció la salvedad del auditor por los impagos de Barça Studios provocaron que el acuerdo con Nike no fuera suficiente para llegar a la norma del 1:1. De ahí, a toda prisa y en unas negociaciones que comandó Joan Laporta -y su cuñado, que no es de la junta, Alejandro Echevarría-, que el club haya cerrado la venta de los asientos VIP por debajo de las intenciones iniciales.
El presidente incorporó a su junta directiva antes de la Navidad a Siscu Pujol, empresario del sector cárnico de Lleida que presidía el Almacelles y que participó como avalista de la junta directiva. No pudo entrar antes porque no cumplía los requisitos de cinco años de socio. Y ahora entra aunque en el entorno del Barcelona se sigue resaltando la falta de talento dentro de la cúpula que impide el desarrollo del club y la falta de planificación. Y, ante esa improvisación, Deco se desmarca aplicando la frase de Flick, el que mejor define todo lo que desprende ahora el Barça: "Nosotros hacemos nuestro trabajo y el club debe hacer el suyo".